The Edge Of Glory

CAPÍTULO 3

Las puertas de la habitación se abrieron, Rhaenyra entró rápidamente por ellas, no la habían dejado estar en el parto, sus ojos se dirigieron a su omega que estaba en la cama, aun desaliñada y sudorosa, para la alfa, Alicent estaba hermosa. Su pecho se llenó de orgullo, calidez, cariño y ternura al ver como la omega batallaba un poco por cargar a los dos bebés.

La omega le sonrió cuando Rhaenyra llegó a su lado.

—Felicidades princesa, tiene un saludable omega y beta —dijo una de las parteras.

Alicent le dio una sonrisa nerviosa, no sabía cuál sería la reacción de su alfa al ver que no le había dado el alfa varón que le había prometido. Pero todas las inseguridades desaparecieron cuando Rhaenyra le dio un suave beso en la frente al igual que a sus hijos.

La alfa agarró al omega, le había dicho que él era su primogénito.

—Aegon —pronunció la alfa —Su nombre será Aegon, segundo de su nombre y próximo heredero al trono de hierro.

Rhaenyra le sonrió a Alicent, esta le devolvió la sonrisa.

—Helaena —miro a la bebé en brazos de su omega, con su mirada busco la aprobación de su omega, esta solo asintió —Helaena.

Las puertas volvieron a abrirse, Alicent sintió miedo al ver a su padre entrando junto a el rey, la omega sabía que su padre no diría nada frente a los alfas, pero estaba segura que cuando estuviera sola, su padre le reclamaría.

—¿Dónde están mis nietos?. Hoy es un día maravilloso. —Viserys tenía una sonrisa. Avanzó con entusiasmo hasta la pareja, la alfa estaba de pie a lado de la cama, mientras que la omega se mantenía acostada en la misma.

—Padre, este es Aegon —empezó Rhaenyra y enseñando al bebé que ella tenía en brazos —Y ella es Helaena —señaló con un movimiento de cabeza al bebé que Alicent tenía en sus brazos.

—Aegon, un nombre poderoso. —dijo Viserys, la alfa le pasó al bebé a su padre cuando éste lo solicitó —Serás un gran Rey, como tu antecesor.

Otto se acercó, se puso delante del rey, Viserys le pasó al niño, entendiendo que el beta quería igual conocer a su nieto, Alicent sujeto con fuerza a Helaena, el miedo se intensificó, este había menguado al ver la alegría del rey pero volvió con más fuerza cuando le pasaron a Aegon a su padre. Su hija protestó por el agarre soltando quejidos, Rhaenyra se acercó a ella y le quitó a Helaena para luego ser quitada por su padre que quería ver a la bebé.

Otto examinó al bebé en sus brazos, el aspecto del niño reflejaba su sangre Valyria, en ambos se les podía ver que su cabello sería platinado, fue en ese momento en que Aegon decidió abrir los ojos mostrando el color violeta de los ojos Targaryen.

—Es un apuesto alfa —pronunció.

—Omega —levantó la mirada de su nieto a la alfa —Aegon es omega y Helaena es beta.

La mirada de Otto recayó en su hija, Alicent apretó las sábanas, su padre no necesito decir nada, con la mirada lo decía todo, pero la omega sabía que no se salvaría de su reclamo.

—Un omega —dijo el Rey —Los dioses nos han bendecido, esto hay que celebrarlo, sé que dijiste que no querías un torneo para estar en todo momento con tu omega, pero esto hay que celebrarlo hija, un Omega —la sonrisa del Rey era radiante —Y una beta, saludables.

Y Rhaenyra no podía decirle que no a su padre al verlo tan emocionado, todos los presentes sabían porque la emoción del Rey no solo era porque en la Antigua Valyria los omegas varones se veían como una bendición de los dioses, hombres que podían traer vida, muy diferente a la Fe de los Siete, que los veía como inferiores. Si no, la razón más importante era Baelon Targaryen, el padre de Viserys y Daemon fue un omega.