Era un lindo fin de semana luego de meses de problemas. El ataque de un villano a Bakugo, el abuso del ministerio de héroes hacia Midoriya y el repentino incendio de su casa que causo su muerte y la de su madre, luego la entrada de Katsuki a la U.A. y el ataque a la USJ. Lo único bueno de esos meses fue su ingreso a la preparatoria de enfermería.
Katsuki solía estar ocupado por lo que se juntaba más con Dabi. El día de hoy salió demasiado temprano por la falta de sus profesores por lo que iba de regreso a casa para descansar, pero al pasar frente la casa de Bakugo la señora Mitsuki la llamo desde la puerta.
Sra. Mitsuki: ¡qué bueno que te veo Anko querida!
Anko: buenas tardes señora Mitsuki –saludo acercándose – ¿me necesita para algo?
Sra. Mitsuki: veras, Katsuki dejo algunos libros hoy sobre la mesa y seguro los necesitara. ¿Podrías llevárselos por mí?
Anko: claro, no hay problema
Sra. Mitsuki: muchas gracias, su clase es la 1-A.
Y así fue como ahora se encaminaba a la U.A. a entregarle unos libros a su explosivo mejor amigo.
Las calles tranquilas y cielo despejado. Gente caminando de aquí allá con o sin prisa. La idea de la U.A. le rodaba por la cabeza, ¿Cómo iba a entrar? Se necesitaba credencial para eso y ella no tenía.
Pero parecía que la suerte estaba de su lado. Al llegar a la dichosa escuela, alguien estaba entrando, parecía una profesora. Se acercó y toco el hombro de la mujer
-¿sí? ¿En qué puedo ayudarte? –pregunto girándose hacia la azabache.
Anko: disculpe, pero necesito llevar estos libros a la clase 1-A del curso de héroes, son de mi hermano
-¿clase 1-A? por supuesto, pasa. –dijo usando su credencial para que pudiera pasar
Anko: muchas gracias- dijo entrando al campus. Entro al edificio y busco la clase 1-A.
La escuela era muy grande, entro por un pasillo amplio hasta toparse con una gran puerta. Había llegado por fin al salón 1-A.
Se acercó a la puerta y escucho mucho escándalo. Cuando estaba por tocar la puerta se abrió mostrando a Katsuki muy enojado. Ambos se miraron entre sí, el ruido del salón cesó cuando la vieron en la puerta.
Katsuki: ¿¡qué demonios haces aquí Anko!? –exclamo molesto por su presencia. Los demás estudiantes la halaron dentro del aula ignorando a Bakugo.
-¡hola! Yo soy Mina –dijo una chica de piel rosa y cuernos
Anko: yo...
-¡soy Denki Kaminari! ¡Un gusto preciosa! –saludo un chico rubio con un mechón negro en forma de rayo.
Anko: este...
-soy Hanta Sero, un gusto –saludo un azabache.
Más personas se presentaban a la vez que hacían preguntas, el aula era cerrada y con tanta gente a su alrededor comenzaba a faltarle el oxígeno, comenzó a hiperventilar cuando Katsuki interrumpió por fin.
Katsuki: ¡dejen de molestarla extras! –Exclamo apartándolos de la joven que apretaba los libros contra su pecho -¡a un lado!
Cuando estuvo frente a ella, la tomo por los hombros y la sacudió levemente, su respiración se aceleraba más y más, como si no hubiera oxígeno en el sitio, el cenizo le arrebato los libros y se los dio a Kirishima, todos estaban preocupados y algo asustados. Anko se apoyó en Bakugo para no caer cuando sus piernas cedieron, le faltaba el oxígeno.