XIII - Lobo

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Una melodía de carnaval a todo volumen despertó al omega, estiró el brazo para desactivar la alarma y miró la mano que seguía en el mismo lugar. Dos horas de sueño atendiendo su vientre el Alfa, al parecer no se habían movido. Draco parpadeó cansado y se incorporó para quitarse las vendas que ya no necesitaba.

—Voy a asearme que en una hora vienen los yakuza. Mandaré que te envíen el desayuno. — Blaise salió de la cama y recogió el móvil para irse de la habitación—. Ahora nos vemos, Bro.

Draco cabeceó adormilado, viendo con pesar a Blaise abandonar el dormitorio.

Debían solventar un problema muy gordo con la yakuza. Ambos jefes; Blaise Zabini y Satoru Nomura, se habían citado a las diez para aclarar las cosas y evitar que corriera la sangre. Blaise tomó una tila para controlar su creciente ansiedad, no podía tomar bocado sin sentir náuseas. Cuando el alfa se reunió con el omega en la barra, ya estaba todo dispuesto para la visita.

—¿Y Theo?

—Con Lavender, ahora sube.

Dicho y hecho, vieron a Theo subir las escaleras con cara larga y aspecto de haber llorado. Los tres suspiraron y Blaise reunió la entereza para abordar la situación.

— ¡Quédate callado! Hablo yo o Draco.

— ¡El único que huele a alfa calladito! Así no me respetarán.

— Theo... — le advirtió Draco con el semblante grave.

—Si quieres que salgamos todos vivos de ésta, te mantendrás callado, pase lo que pase, y digan lo que digan.

Se sentaron en una de las mesas cercanas al escenario y esperaron impacientes a que Marcus recibiera a la tríada japonesa portando exultante katanas. El camarero les ofreció asiento en la mesa de los socios y les tomó el pedido. El lobo de Blaise hizo lo que siempre, y contrario a los demás omegas, se quedó inmóvil, callado, anulando su presencia instintiva con los sentidos alerta.

— Buenos días caballeros. — empezó Blaise con tranquilidad y soltura — No quiero hacerles perder el tiempo, así que seré claro y directo para que no se repita la misma confusión que acaeció anoche.

Uno de los secuaces le tradujo al jefe en japonés. Éste asintió serio y ceñudo.

"Tranquilo Bro, eres un omega rodeados de alfas poderosos, pero tú puedes...¡Comedme el ano hijos de puta jajajajaja."

— Tenemos una extensa carta de prostitutos a vuestra entera disposición. Todos dispuestos excepto el camarero —señaló a Marcus que traía las bebidas—, obviamente nosotros —miró a sus socios— y dos chicos omegas que eran los ayudantes de Marcus.

Blaise esperó a que los japoneses tomaran un trago de las copas servidas y continuó.

—El señor Nott es el proxeneta, y se encargó muy amablemente de explicar a todos tus miembros quienes eran las personas disponibles.

—Señor Yamamoto — le susurró Draco al oído. El omega parpadeó afirmativamente.

— El señor Yamamoto también era consciente de quién estaba disponible y quién no. Entiendo que el ambiente festivo y el alcohol puede llegar a obnubilar la mente y hacerte olvidar lo que se dijo a primera hora de la noche. El señor Nott le recordó al señor Yamamoto cómo estaba la situación, cuando requirió los servicios de Júpiter.

Otro trago tenso y miradas cruzadas entre la yakuza.

"Venga Bro, eres el amo y aman este local porque eres la puta polla"

— Pese a las reiteradas advertencias, el señor Yamamoto requirió los servicios del omega Lavender. Él no está disponible porque es el omega del señor Nott.

III En las garras del lobo (Saga Lobo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora