XV - Celos

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-Hola gente...

Draco se presentó al grupo, portando una copa en la mano y dirigiendo al moreno sus encantos aromáticos. Se sentó entre el hueco abismal existente entre los dos y dejó la copa en la mesilla. Tiempo faltó para que el pelirrojo se lo intentara merendar con la mirada entornada.

- ¿Cuando piensa volver Zabini? - Preguntó Theo.

- La semana que viene.

-¡Wuo! - el omega de ojos verdes se recolocó las gafas sin despegar su mirada de él-. Nos codeamos con grandes.

Draco sonrió ladino- Y tan grandes...

Un denso hedor a feromonas de territorialidad y posesión se interpusieron entre el moreno y Draco.

"Lo está reclamando..."

-Cof-cof, Ronald, te están bailando en la cara -espetó el Omega con la mirada cargada de veneno-. Repliega tu aroma que me entra tosera y me molesta.

"Jajajaja, ¡qué desparpajo!"

-¿Tú también eres proxeneta?- preguntó Ronald a Draco.

Pero éste no se molestó en mirarlo, tenía un objetivo muy claro y el deseo irrefrenable de admirar esa preciosa mirada verdosa rodeada de una expresión chispeante.

- No, yo soy el relaciones públicas.-contestó sonriendo al omega.

"Este alfita no podrá conmigo." - Draco desplegó una cantidad obscena de feromonas, enviando al omega el mensaje de atracción.

- Pues para ser un relaciones públicas eres la alegría de la huerta con esa cara de limón que te gastas.

El aludido miró a Ronald con el rostro pétreo y una ceja arqueada- Procura no amargarte mucho que sino de añejo pasarás a ser rancio, y yo el alcohol rancio lo tiro por el váter.

-Mi nombre es Draco Malfoy.

- Yo Harry Potter, la última vez no pudimos interactuar como es debido, pero ahora somos un grupo, con la unión de mi amigo y el tuyo.

- Eso es discutible omega, yo no me juntaría con ese alfa pelirrojo ni aunque mi vida dependiera de ello.

-Es mi mejor amigo... -Susurró cabizbajo.

Draco inició un escrutinio a su expresión facial y corporal y chasqueó entre dientes.

-Tu amigo te marca.

- No... Yo... -balbuceó avergonzado.

Ese gesto tan dulce e inseguro derritió a Draco en el acto. Su objetivo resultó ser un omega de doble cara; una faceta de omega típico y otra de rebelde sin causa.

"Como Blaise..." - pensó con amargura al recordarlo.

Draco se sacudió de encima esa dolorosa comparativa y le pasó al omega el brazo por el cabezal del sofá, emulando que lo envolvía para que comprendiera claramente sus intenciones. Pero ante tal despliegue de expresión corporal y feromonal, la escueta respuesta del omega fue una sonrisa triste y desganada, Draco captó la negativa y decidió abordarlo con dignidad.

- El chico de la otra vez, el moreno, es el jefazo; Blaise Zabini.

- ¡Ostras! - exclamó Harry - ¿El que se le insinuó a mi amigo Ronald?

Draco asintió sereno- Desistió porque, como tú muy bien dijiste, ya tenía a alguien que le atendiera el celo.

-¡Sí! Lo tiene, no necesita a nadie... - sus palabras perdieron fuelle y bebió azorado.

-¿Eres tú el que le atiende el celo? - preguntó clavándole sus intensos iris plateados.

- Emm... umm... No siempre...

III En las garras del lobo (Saga Lobo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora