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Jungkook esperaba que lo limpiara, como siempre hacía. Como incluso -ayer- había hecho en el estudio. Pero no fue así.

—Cambiaré las sábanas, ve a ducharte. —Dijo con voz monótona.

Jungkook hizo caso pero se sintió extraño. Si bien había llegado a tocar el orgasmo, no se sentía bien después de ello. No es como si Yoongi no lo hubiera besado como siempre, y dicho cosas bonitas. Pero no se sentía bien.

Al salir de la ducha, fue de nuevo al interior de la habitación y Yoongi ya había terminado de cambiar las sabanas.

—Iré a ducharme. No me esperes despierto...—Ni siquiera le miró a los ojos. Y entró al baño que tenían en la habitación.

Eso solo hizo que su pecho se sintiera más pesado y lo molestó. Así que se ató bien la bata y entró de nuevo al baño.

—¿Qué mierda pasa contigo? ¿Soy una puta para que me trates así?

—¿Jungkook?

—Mañana no vas a ir a trabajar. Me importa muy poco si tienes que hacer cosas. Tenemos que hablar. Y hoy...duerme en la habitación de huéspedes. No te quiero cerca.

Yoongi no dijo nada y tampoco le dio tiempo porque Jungkook salió de ahí y se metió en la cama en cuanto se vistió.

Cuando Yoongi salió de la ducha escuchó el sollozo de Jungkook, pero no sabía por donde empezar así que se fue, y eso hizo que Jungkook se sintiera peor.

De verdad esperaba que Yoongi se acercara y se disculpara. Pero no lo hizo, lo que lo llevaba a pensar que seguramente, ni siquiera sabía que había hecho mal.

[...]

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[...]

La tensión era evidente para los niños. Soobin y Hye se movían más silenciosos que nunca, no quiero disgustar a Jungkook ni perturbar a Yoongi.

Nadie rechistó, ni hizo berrinche. Soobin terminó de recoger sus platos del desayuno.

—No hace falta que friegues. Ya lo hará tu padre. Ve a cepillarte los dientes, cariño.—Dijo y Soobin asintió.

Cuando salió ya estaba con la mochila puesta y Jungkook ya lo esperaba en la entrada.

—Ten...hoy no me dio tiempo de prepararte un bocadillo. Discúlpame...—Su voz tembló y Soobin lo miró a los ojos. Estaban cristalizados y eso le removió por dentro. —Cómprate algo delicioso. He hablado con los padres de Sun. Puedes quedarte la tarde con ellos, pero luego uno de tus tíos te irá a recoger.

—¿Appapi? —Dijo Soobin intentando buscar la mirada de su padre.—Perdóname.

—¿Por qué pides perdón tontorrón?

—No lo sé. Pero estas raro, tu siempre eres el más feliz. Y hoy ni siquiera has venido a despertarme con un beso en la frente. Ni sonríes, ni te ríes de mis intentos de peinado. Es raro...

Padre Casado | Secuela de Padre Soltero | Yoonkook libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora