𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 είκοσι επτά

435 57 0
                                    

los últimos días avanzaban con una gran lentitud es como si el mismo tiempo supiera de la muerte de Kikyō

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

los últimos días avanzaban con una gran lentitud es como si el mismo tiempo supiera de la muerte de Kikyō.
Al igual que en la mayoría de tiempo nos la pasamos exterminando monstruos y justamente algunos de ellos comenzaban a marcharse después de causar estragos en una de las tantas aldeas que se encontraban por el camino

—iré a ver — dije por mero instinto y desde el lugar donde estábamos ejerzo fuerza para saltar en la dirección donde aquellas alimañas salían

—¡Inuyasha espera! — pidió la oji chocolate, el resto del grupo la veía con pena, no esperaron más y comenzaron a tratar de seguir me el paso a pesar de la gran diferencia

Cuando llegamos a la aldea había demasiadas cabañas destruidas y los cuerpos de personas abundaba en el lugar junto con el hedor a sangre y muerte era lo único que hasta el momento habitaba en ese lugar

— esto es terrible — murmuró por lo bajo sin quitar su mirada en la mayoría de cuerpos que estaban descuartizados o que algunos ya casi no les quedaba nada más que alguna pequeña parte de su cuerpo

—esta ya es la quinta aldea — hablo a la nada Miroku, con su mirada puesta en algunos cuerpos y después la retiro de ellos para ahora fijarla en el maravilloso espectáculo que daba la puesta del sol gracias a que el atardecer apenas empezó y que lograba quitar el amargo trago de ver a la muerte directamente a los ojos

— solo percibo el aroma que esos monstruos dejaron a su paso — respondí y cruze mis brazos

—esto debe, ser una obra más de los monstruos que escaparon del monte de las ánimas — volvió a hablar el monje y miro de nueva cuenta a los cuerpos esparcidos por el piso — merecen descansar en paz, por lo tanto hay que darles una sepultura digna — dijo

— tienes razón estas personas almenos merecen un entierro — respondi y después lo mire, el asintió y yo comenze a arremangar me las mangas de mi hitoe — mencioné después nos pusimos a cabar cuantos agujeros pudimos para poder enterrar algunos de los cuerpos el sol ahora estaba por ocultarse completamente detrás de las montañas

—un monje — expresó Aome y ante sus  palabras todos prestamos atención a la dirección que señalaba al lado contrario a la puesta del sol un viejo monje aparece entre las pocas cabañas que aún quedaban en pie

— jóvenes, debe de ser difícil para ustedes, pero si ustedes desean puedo ayudar los con todo gusto — expresó con una mirada neutral y sin emoción en su voz

Los demás lo invitaron a sentarse y hablar, yo decidí mantenerme un poco alejado de ellos y mantener mi distancia con ese hombre

—durante mi preparación he viajado por muchos lugares, y también he pasado por el monte de las animas, y las criaturas malignas que vi salieron dirigiéndose al sur — explicó el viejo monje viendo a todos los que se encontraban hay, el monje Miroku asiente ante la respuesta del contrario ambos estában sentados mientas que lo demás permaneciamos de pie— es increíblemente sorprendente, pero lo que dijo esa sacerdotisa era cierto. Eso fue exactamente ase 3 días, cuando pase por el río encontré una sacerdotisa que había sido arrastrada por el río. Mencionó que había sido herida por Naraku y que nuestro deber era detenerlo a como diera lugar antes de que continúe causando más estragos. Sin embargo sus heridas se veían deplorables, no puedo asegurar que siga con vida— dijo cosa que llamó la atención del Hanyōu que se ocultaba en mi interior y es que aún que el estuviera siendo prisionero en mi interior

— ve y búscala Inuyasha — incitó la oji chocolate con una mirada de pena, los demás solo soltaron una exclamación y comenzaron a murmurar; yo la miré sorprendido — es mejor que arregles esta situación, cuanto antes

Yo asentí y salí a buscarla poco después me daría cuenta de que todo solo había sido una trampa para poder secuestra a Aome

[>>]

— veo que, fuiste tu quién creo el campo de energía — hablo con su voz fría a la mujer que se  encontraba frente a ella

— así es — respondío de la misma manera — Kikyō si te traje hasta este lugar es para que te recuperes, nada más — añadió

— ¿que acaso deseas quedar como la buena mujer frente a Inuyasha? — pregunto sentada y recargada en un árbol dentro de él campo de fuerza en el cuál se encuentraba un pequeño estanque — por qué hagas lo que hagas Inuyasha nunca va a caer en tus redes

— no, claro que no, para quedar como mártir y santa estas tú — respondío y una sonrisa burlona se asomo en sus labios _______, Kikyō sólo frunció su entrecejo y dejo de mirarla para agachar la cabeza — a mi se me da de maravilla el ser la villana

— fuiste tu quien, le pidió a Naraku herirme hasta quedar al borde de la muerte ¿no es así? — afirmó y de nueva cuenta levantó su mirada furiosa  para mirar la, a respuesta la reencarnación de la diosa fue una sonrisa — valla, tal parece que necesitas que otros hagan el trabajo sucio por ti, tanta inseguridad te causó que estas dispuesta a utilizar a alguien para que se deshaga de mi —dijo y la mirada de la diosa demostró enojo pero fue sustituida por una de felicidad

—no cariño, tu no me causas inseguridad — respondío y paso su lengua por sus labios

— entonces, responde si no te causará inseguridad, no harías todo ésto, sabes que cuando yo quiera Inuyasha puede volver a mi — canturreo y una sonrisa disimulada se dibujo en su frío rostro

— hay por favor alguien como tú, no puede llegar a compararse con alguien como yo y si Inuyasha te quiere tanto como dice ¿por que me prefiere mil veces a mi?— dijo y la sonrisa de Kikyō se borro — soy mucha mujer como para en capricharme y rogar la atención de un hombre, en pocas palabras no soy como tu Kikyō

— eres la peor persona del mundo — respondío cortante Kikyō

— lo se, me lo han dicho — respondío y miro sus uñas con desinterés

—¿por qué, quisiste ayudarme? — pregunto tratando de persuadir las dolorosas respuestas de que la reencarnación de la diosa le daba

— por qué podrías ser me de gran ayuda Kikyō, tómalo como una segunda oportunidad, una que te fue obsequiada por la rencarcarnacion de la diosa — dijo sonriendo con burla

Nota:
No es por nada pero me encanta el drama

Nota:No es por nada pero me encanta el drama

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐄𝐥 𝐂𝐔𝐄𝐑𝐏𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐒𝐄𝐎《Inuyasha》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora