𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 τριάντα δύο

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La besé, me separé levemente de ella dejando un pequeño hilo de saliva

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La besé, me separé levemente de ella dejando un pequeño hilo de saliva. Sonreí levemente ella me correspondió y esta vez fue ella quien me beso, nos estábamos entregando mutuamente como las dos almas que se conocían de vidas pasadas.

Esa tarde, bajo el fulgor solar y la brisa del viento, me encargué de acariciarla, de entregarle todo de mí, bese y acaricie su piel, cada parte de su silueta quería encargarme de que mi ser se quedara como una marca permanente en su cuerpo para que jamás me olvidara para que supiera que mi existencia había sido real y no una fantasía, me dolía. El hecho de que después de esto teníamos que regresar a la rutina de ser unos completos extraños, por qué ella se veía obligada a fingir cariño hacia otro hombre y yo tenía que fingir que me daba igual y esto solo causaba que mi enojo creciera aún más, tal cual un torbellino. Me molestaba, me molestaba porque que alguien más estuviera en mi lugar, un lugar que me correspondía desde hace muchos años, de la misma manera en que a ella le corresponde un lugar en mi vida y no había manera de que otra persona, otro ser sobrenatural, llegue a ocupar.

Con ______ experimente mucho más haya de mis alcances, ha sido mi mentora, mi amiga, mi amante y mi mujer. Yo he sido testigo de cada faceta suya, de su manera de amar, esa misma manera que se ha ido adentrando en cada poro de mí pile y ha recorrido mis venas hasta llegar a mi corazón, sus labios entre abiertos dejando escapar aquellos sonidos que hacían que mi alma llegara a la gloria, acelere los movimientos de mí caderas y ella mordió su labio inferior para evitar que esos dulces sonidos escaparan

-deja que los oídos sordos y los ojos ciegos escuchen el sonido de tu voz-susurre con mi rostro en su cuello, bese y mordí dejando un recorrido hasta llegar a su pecho

-¿y si nos descubren? -pregunto entre jadeos, sus movimientos de caderas se encontraron con los míos

-pues entonces que admiren el show-aconseje.

Mis manos acariciaban su silueta hasta llegar a sus glúteos, los amasé con ambas manos, guiando sus movimientos sobre mi pene. Gruñí, extasiado, por lo apretado y húmedo de su coño.

-Oh, Inu.- llevo sus manos a mi espalda y araño con furia -, eres demasiado bestia como para follarme contra la corteza del árbol.

-y ni te imaginas donde más te voy a follar, amor.

Su cuerpo tembló y la piel se le erizó, sus piernas aflojaron, su agarre en mi cintura, sus pezones se endurecieron, la saliva en mi boca se hizo agua y mi lengua hormigueaba sin hacerme esperar, más me prendí a ellos como un bebe buscando su alimento; daba lengüetazo uno seguido de otro y siendo acompañado de mordidas

-si me sigues apretando así voy a terminar muy pronto, cariño - la bese y mordí su labio inferior - pero antes quiero darte una lección - empujé con fuerza haciendo que ella saltará de nuevo y su espalda raspara con la corteza del árbol, ella gimió y encajo sus uñas en mi cuello - no sabes lo rico que se siente tu interior - mis manos estaban sudorosas y recorría con ellas su cintura caliente hasta llegar a sus glúteos otra vez donde la hice saltar levemente - para que sepas que jamás debes aflojar tú agarré en mi cintura

𝐄𝐥 𝐂𝐔𝐄𝐑𝐏𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐒𝐄𝐎《Inuyasha》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora