Roto

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Tay comienza a buscar con la mirada a los guardaespaldas de Kinn, pero después de barrer con la mirada ese ruidoso bar se da por vencido, el alfa parece haber venido completamente solo, lo que le parece una locura, pero Kinn no entiende razones en este momento.

Porque Kinn está desecho por la traición de Tawan.

No contento con haber vendido información de la familia, Tawan fue y se acostó con Vegas, el muy hijo de puta no pudo hacerlo con alguien más.

Desde ese desastre Kinn ha estado inconsolable, su periodo de dolor lo está sobrellevando con el alcohol.


Tay casi quiere tirarse del cabello porque ya no sabe qué hacer para ayudar a su amigo, ya no tiene palabras y solo puede permanecer a su lado para que el alfa no muera de un coma etílico, se supone que Time vendría para poder ayudar a llevar a su amigo a casa, pero parece que tiene un asunto que arreglar en el trabajo y no está ahí.

Lidiar con un Kinn borracho es difícil para dos personas ¿Qué puede hacer él?


– Ha sido suficiente por hoy, vamos a tomar un poco de aire fresco en lo que le pido a Khun que mande a alguien por ti – Tay dice mientras le quita el vaso de las manos, Kinn parece estar tan mal que ya ni protesta.


– Tay, ¿Por qué crees que lo hizo? – Kinn dice sin mirarlo, con los ojos vacíos y la voz apagada.


– No lo sé – ¿Cómo podría saber lo que pasaba por la mente de ese tipo? Lo único claro es que al final no amaba a Kinn, en realidad le sorprende que haya fingido por tanto tiempo y que haya logrado engañarlos.


– A papá nunca terminó de agradarle, nunca supe por qué, tal vez de alguna manera sabía que iba a terminar mal.


– Nadie puede saberlo, ven, vamos afuera – Tay comienza a intentar poner en pie a Kinn, quien apenas copera y pone todo su peso en el omega.


– ¿Sabes algo? – Kinn no paraba de hablar mientras ambos se tambaleaban hacia una zona abierta – Cuando papá te conoció dijo que estaría bien si terminaba enamorándome de ti.


La baja voz entró en los oídos de Tay, quien se paró en seco mientras pensaba en esas palabras, pero un momento después siguió caminando.


– ... Tu padre es conocido de los míos.


– No es solo por eso, de verdad le agradas. – Tay hizo que Kinn se sentara, pero el alfa no soltó su agarre y lo llevó con él, Tay casi terminó sentado sobre el alfa – Ahora pienso que tenía que haber asistido a clase aquel día, así nos habríamos conocido antes y tal vez... tal vez podríamos amarnos.


Las palabras de Kinn taladraron profundo en la mente de Tay, pensó que tal vez el alfa estaba hablando desde el dolor por su decepción amorosa, pero la siguiente oración le dejó en claro que no era así.


– Cuando te vi por primera vez me pareciste la persona más hermosa que hubiera visto jamás – Kinn dijo con una sonrisa y la mirada en el cielo, parecía estar evocando sus recuerdos – Fue inevitable, me gustaste desde entonces.

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