Raíz

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Tay es una persona que ha vivido una vida feliz, sin ningún tipo de preocupación y siempre rodeado del amor y la protección de su familia.

Ahora que inicia una nueva etapa en su vida, la terrible y esperada universidad, sus padres le están comenzando a soltar poco a poco. La verdad es que ellos podrían llegar a ser sobreprotectores con él y nunca le han dejado andar por ahí casualmente, debido a esto Tay no es cercano a muchas otras personas, no tiene amigos.

Sus padres parecen haberse dado cuenta de que están limitando la vida de su hijo, ellos no quieren cortar sus alas aun si temen al día en que vuele lejos de ellos, los tres han sido siempre tan unidos y su vida es feliz así como están. Pero Tay necesita un poco de libertad, eso lo saben.

Por tanto, están dejando a su hijo comenzar a vivir un poco más sin ellos. La universidad puede ser el lugar indicado, se han asegurado de encontrar un lugar con la mejor seguridad porque Tay es especial, bastante especial.

Un omega joven, apenas comenzando a vivir.


Pero debe saberse que su sobreprotección a su único hijo no tiene falta de fundamentos, retrocediendo en el tiempo, años atrás las personas entraron en histeria por la evidente desaparición de los alfas y omegas, en especial omegas. En esos tiempos los pocos que aún quedaban comenzaron a ser secuestrados en todos lados. Si bien los niveles de seguridad han incrementado en general y ya no hay casos de omegas desaparecidos, ellos no pueden evitar preocuparse por su hijo. Siempre han procurado la mejor seguridad en la familia, pero nunca se puede estar lo suficientemente protegido.


En el país la población de alfas y omegas es bastante baja. Los omegas son una existencia bastante apreciada, y los omegas macho son considerados particularmente raros por representar la más mínima población, actualmente apenas existen y la mayoría se quedan en las altas esferas de la sociedad.

La historia ha cambiado y donde antes se menospreciaba a cierta casta, ahora ambos son valorados. Los alfas y omegas son existencias queridas en cualquier lugar o casa en la que nazcan, no importando las condiciones sociales y económicas. Los omegas son especialmente valorados, pero, así como las personas los adoran y respetan, hay otros que simplemente les ven como un trozo de carne perfumada en las más atrayentes fragancias que puede tomarse fácilmente al no contar con una protección adecuada.

Nunca falta este tipo de locos que fantasean con tener un omega por ser especialmente raros. Afortunadamente las personas avanzan y ahora es extraño toparse con casos así.

Los más importantes clanes antiguos tomaron medidas que hasta el día de hoy se siguen practicando: comenzaron a instruir a sus hijos para no dejar escapar su aroma frente a los demás, la principal característica por la que se les puede identificar, y ahora también se le agregó el significado de autocontrol. Las personas no van por ahí mientras dejan una estela de olor a su paso, incluso los alfas solo recurren a esto como una última advertencia para intimidar a alguien que se empeña en molestarlos y como advertencia de que no están en niveles similares en cuanto a fuerza física. Los hijos de las importantes familias son incluso más celosos de su esencia y el aroma es algo intimo que solo se deja salir con personas cercanas.


Todas las personas conocen sobre la historia, Tay la conoce aún mejor que la mayoría porque toda su educación la ha recibido en casa y siempre se la han procurado los mejores conocimientos.

Debido a que las personas del viejo clan Lerttravinont siempre mantienen un bajo perfil, en el exterior solo se sabe que esta importante familia, dueña de la más importante cadena de hoteles y con muchos otros negocios, tiene un hijo que no suele aparecer en los medios y revistas. Ahora que Tay sale al mundo es imposible que los demás no se den cuenta de su casta.

Los padres de Tay quieren confiar en que su hijo podrá con esto, pero eso no significa que vayan a dejarle sin protección, los guardaespaldas más capaces siempre van a estar con él.


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Por la mañana, siendo hora de que Tay emprenda el viaje, sus padres están con él en la entrada principal de la mansión pidiéndole encarecidamente que no se ponga nervioso, porque eso le haría perder el control y su aroma podría salir, nadie quiere siquiera imaginar lo que pasaría si por casualidad hay un alfa cercano y este pierde su control y va a por él: desastre, tal vez incluso una marca no deseada en el peor escenario.

– Cariño ¿Y si hacemos una llamada rápida a la universidad para pedirles el permiso de tener a tus guardaespaldas contigo, en las clases? – Su madre lucía genuinamente preocupada, casi parece que quiere ir y tomarlo en sus brazos para después mantenerlo en su seno. – Tal vez también podríamos conseguir que lleves un arma, tu defensa personal es buena, pero sería mejor si podemos agregar más seguridad.


– Mamá, por favor confía en mí. – Tay le pide a su madre mientras ve la lucha en sus elegantes ojos, su padre está a su lado y también parece renuente a dejarlo salir, pero se contiene de mejor manera porque sabe que es necesario.


– Solo vete ya, yo me encargo de tu madre, ten cuidado. – Su padre pone fin a lo que podría alargarse varios minutos más.


– Lo haré, nos vemos luego.


Tay les dirige una mirada y una sonrisa, da la vuelta y sube al coche. No se preocupa más por su madre porque sabe que su padre estará con ella y se consolaran mutuamente.

Siempre ha admirado la relación que tienen, ellos son una pareja ejemplar en muchas maneras, su amor y su cariño sigue perdurando a lo largo de los años, sus padres son felices juntos. Su relación es envidiable, incluso Tay les envidia y les pide a los dioses que cuando llegue el momento, pueda encontrar a alguien con quien vivir lo que sus padres viven.

El coche avanza y pronto llegan, la universidad se presenta imponente y pone nerviosos a muchos de los que están ahí para su primer año, Tay siente ese ligero malestar, pero no deja que la impresión le saque de sí mismo, les da una última mirada a los chicos que están ahí para cuidarlo y da el primer paso.







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