LO QUE LA MUERTE SE LLEVÓ

CAPITULO 6

–Hijo mío qué gusto verte No sabes cuánto me alegra que aceptaras la invitación–

–No es nada, madre también quería verlos–

Greicy salta a los brazos de su abuela con amor.

–Hijo–

Su padre estrecha su mano

–Si te dignaste a venir–

–Sí papá–

Leandro ya se encontraba ahí, conversaron un poco en familia cuando alguien tocó la puerta.

–¿Esperamos a alguien más?–

Preguntó zahir, Leandro lo miraba confundido.
Pasaron unos segundos y una bella mujer atraviesa la puerta a donde se encontraba la familia.

–TIA ARIANA!–

Grita la niña y corre a los brazos de la mujer, esta la carga y le da vueltas en el aire.

–Greicy, estás enorme–

Zahir y Leandro abrazan con cariño a su hermana menor que acaba de llegar de Alemania.

La velada se puso mucho más interesante y la cena fue muy divertida.
Ariana tenía la habilidad de animar a todos y contaba una de sus anécdotas cuando un pequeño foco se enciende en la cabeza de Zahir.

–Perdon ¿Qué fue lo último que dijiste?–

–Que ella no paraba de hacerme la vida imposible, así que contraté a alguien Que investigó toda su vida y con algunos de sus secretos más privados la amenacé y dejó de molestarme–

Esa era la solución, buscaría a alguien que investigara la vida de safiye y así idear cómo envolverla para que durmiera con él.
Estaba decidido y para él era el plan perfecto, al investigarla sabría qué cosas usar para llamar su atención, conquistarla y hacer la suya.
Luego de la grandiosa idea, la cena con su familia fue maravillosa.
Al llegar a casa buscó en internet al mejor investigador privado de la ciudad, era un plan que no podía fallar esa misma noche contactó al hombre y lo citó en su oficina.

Por la mañana en la oficina como era de costumbres afiche ya se encontraba allí, pasó por su lado y se encerró a trabajar.
Algunas horas más tarde ella toca su puerta.

–Señor, un hombre lo busca su nombre es Samuel Richards–

–Que pase lo estaba esperando–

Era el investigador.

–Buenos días–
dijo el hombre

–Buenos días–

respondió Zahir estrechando su mano

–Señor Richards, el trabajo es muy fácil, necesito que investigue y me dé un informe de absolutamente toda la vida de mi secretaria, la mujer que lo recibió–

El hombre asintió

–Quiero saber todo, las cosas que le gustan, cosas que le han pasado en su infancia, novios, ex novios, todo lo quiero todo, No importa cuánto cueste y si puede para lo antes posible mejor–

–Claro que sí, señor–

Zahir le dio el nombre completo y eso era lo único que se necesitaba, el investigador se encargaría del resto.

Tres días después, el investigador volvió a la oficina de Zahir con un enorme folder en sus manos.
La información sobre esta mujer era muchísima y él logró reunirla toda.

–Señor Rivadeneira, aquí encontrará absolutamente todo lo que me pidió, incluidas algunas fotografías del pasado, aunque debo advertirle que tal vez le sorprendan un poco los cuatro últimos años de esta mujer–