LO QUE LA MUERTE SE LLEVÓ

CAPITULO 38

–Buenos días, señor Rivadeneira –

–Buenos días oficial, por favor sin rodeos, dígame, ¿Han hallado algún rastro de ellas?–

–No señor, como le dije anoche por teléfono, tenemos que esperar a que el niño esté un poco más recuperado para que pueda darnos su declaracion–

–¿Que paso con él? ¿Acaso está muy grave?–

–Esta en la unidad de cuidados intensivos, el día de ayer recibimos una llamada a eso de las 2 de la tarde, una pareja a la cual su auto parece haberse averiado por la zona nos llamó, lo hallaron expuesto al sol, cuando la unidad llegó para darle auxilio nos notificaron que el niño estaba muy mal, hace un rato la clínica nos envió un reporte.
El pequeño tiene un alto grado de deshidratación y su desnutrición es crítica, sin mencionar los múltiples golpes y rasguños en su cuerpo, al parecer fue abandonado allí en la noche y pasó casi todo el día expuesto al sol lo cual causó graves quemaduras en su piel–

Zahir estaba atonito, era una verdadera tortura todo lo que ese pobre niño había atravesado, sabía que a Safiye no le haría nada bien oír esto, pero tampoco quería ocultarselo, ya que con el seguimiento del caso tarde o temprano se enteraría.
El oficial le dijo unas cuantas cosas más que no eran de mucha importancia, salió de la estación pero en lugar de ir a casa, le pidió al guardia que lo llevara al departamento de Leandro.

Al llegar allí tocó en repetidas ocasiones la puerta pero nadie respondía, iba a dar la vuelta y marcharse cuando la puerta se abre dejando ver a Romina vestida únicamente con una de las camisas de su hermano, ambos se miran sorprendidos de ver al otro allí y ninguno dice nada, pasan unos segundos de total silencio.

–¿Romi, quien es?–

Aparece Leandro que al ver a su hermano casi se va hacia atrás.

–¿Te cogiste a la hermana de mi esposa?–

Pregunta casi en un grito mirando a su hermano.

–No es lo que crees–

–¿Ah no?–

–Zahir, dejanos explicarte–

Dice ella nerviosa al ver la forma en la que Zahir se dirige a Leandro.

–¿Explicar que Romina?–

–Ok es suficiente, ya basta, no estás reprochando como si fuéramos niños, creo que ya estamos bastante grandes como para saber lo que hacemos–

Responde ella con autoridad, Zahir que solo venía a desahogarse con su hermano se encontró con esa escena la cual le había advertido a su hermano muchas veces que la evitara.

–Anoche le pedi formalizar una relacion–

Dice Leandro.

–Y yo acepte–

Añade Romina sentándose en el gran sofá que está en medio de la sala.

–Hablemos en privado–

Le dice Zahir a su hermano caminando en dirección al despacho que Leandro tiene en su apartamento, una vez allí, lo encara.

–Maldita sea, te lo advertí ¿cuántas veces te lo advertí Leandro?, estoy seguro de que esto no va a gustarle para nada a Safiye –

–¿Por qué no? ¿Acaso estamos haciendo algo ilegal o inmoral?–

–Es su hermana menor–

–Zahir ella no es una niña y yo tampoco así que ya para con tu actitud de padre sobreprotector y bájale un poco a tu estres–

Él suspira frustrado.

–Mejor dime ¿A qué viniste? Por qué dudo que solo sea a ver mi linda cara o hacer visita, tu jamás viene por aqui–