El lunes por la mañana, ella llega a la oficina temprano y como de costumbre él aún no ha llegado.
La noche anterior él había insistido en que se quedara a dormir pero ella se negó rotundamente.
Tuvo que esforzarse en caminar normal para que su hermana no se burlara cuando llegó a casa.En el trabajo le costó bastante contener las muecas de dolor al caminar normal y sentarse.
–Buenos días safi–
–Buenos días lana–
–¿Estás bien? Te noto extraña–
–Si, creo que me dará un resfriado–
Le miente descaradamente a su amiga
–Oh, espero y no, toma algo para eso–
–Claro, lo haré –
–Buenos días damas–
Leandro Saluda a las secretarias, Zahir que venía junto a él, pasa por su lado y deposita un beso en los labios de safiye ella le sonríe hipócritamente.
Cada uno entra a su oficina y Zahir no tarda en llamarla, como era de esperarse A ella le cuesta un poco levantarse de la silla, pero se pone de pie lo más rápido que el dolor se lo permite.
–Dígame señor ¿que puedo hacer por usted?–
Él hace una seña para que se acerque, cuando ya está cerca de él se queda parada al lado del escritorio observándolo.
–Sientate–
Le ordena y se hace para atrás dándole espacio para que ella se siente en sus piernas, pero ella niega con la cabeza él se levanta y le rodea la cintura con sus brazos.
–¿Estás enojada conmigo?–
La mira con ojos de borrego a medio morir
–¿Que pasa?–
Ya se empezaba a notar preocupado por el silencio de ella.
–No, no estoy enojada, es solo que...–
Se detuvo un momento porque sabía que al decirle lo que pasaba él iba a mofarse de su hazaña
–No puedo caminar muy bien ni sentarme correctamente sin que me duela el útero–
La sorpresa lo invade, quiso sonreír abiertamente Pero sabía que si lo hacía ella se iba a enojar más.
–Mi amor–
Le dice y la envuelve totalmente en un abrazo, se acerca a su oído y con voz ronca le susurra.
–yo te lo advertí, Pero tú no me hiciste caso–
Inmediatamente todos los vellos de su cuerpo se erizaron ante la suavidad de sus palabras y el tono de su voz.
–¿Ya estás satisfecho?–
Pregunta irónicamente contra su pecho mientras él le acaricia la espalda con delicadeza.
–Como no tienes idea–
Permanece en un rato más así hasta que él rompe la conexión y se separa un poco.
–¿Te duele mucho?–
Pregunta en un tono verdaderamente preocupado.
–La verdad sí, no es que sea insoportable pero es bastante molesto Y no me deja caminar bien–
–¿Y si te vas a casa para descansar?–
–Claro que no, tomé un analgésico antes de venir, con el solo hecho de que hoy no me hagas caminar mucho es suficiente–
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LO QUE LA MUERTE SE LLEVÓ
RomanceUna vida y un matrimonio perfecto, Safiye tiene como esposo un hombre maravilloso y esperan un hijo pero. ¿que pasará cuando un accidente le arrebate lo que ella más ama? la vida la llevará por un camino distinto dónde conocerá al hombre que podría...