Regalos, Marco jamás había recibido regalos. No que él recordará. Cuando los abrió miró a su papá en busca de aprobación para sacar el lindo barco de juguete que había en la caja, regalo de Shanks.
¿Te gusta? ¡Es muy bonito!— Shanks saltaba emocionado mientras Ben cuidaba que no pisara mal y cayera.
Abre el mío— Izou, sonreía. Marco dejó cuidadosamente el barco a un lado para abrir el de Izou, sonrió al ver lo que era.
Eran dulces y una pistola de dardos de plástico.
Newgate esperaba que Marco no tuviera problemas con ella.
Pronto estuvieron jugando, Newgate le había dado un gran peluche de fenix a Marco, había notado al Niño gustoso por esos animales mitológicos.
Ahora lo usaba como su avión mientras jugaba con Shanks y Izou.
¿Te llevarás a Izou?— Dijo Newgate, Shanks estaba más que dormido en sus brazos. Mientras que Izou estaba despierto, pero se le veía la cara soñolienta.
Si, su padre me habló, me dijo que no podría venir por el— Dijo Ben. Newgate asintió. Finalmente se despidieron.
Newgate miró a Marco dormido encima del gran fenix de peluche y sonrió.
Lo cargo y lo llevo a su habitación. A la mañana siguiente tenía al niño jugando con sus regalos. Newgate no podía ser más feliz.
Algo que a Newgate le preocupaba, y demasiado es que Marco tuviera mal sueños. Y que llorara solo en su habitación por miedo a despertarlo.
¿Marco? ¿Un mal sueño?— Newgate entró lentamente a la habitación del infante, eran pasadas las tres de la mañana.
Marco limpiaba su cara mientras hipaba. Newgate se acercó a él agarrándolo entre sus brazos dándole leves palmaditas en su espalda para calmarlo.
Esta bien.. ¿quieres dormir conmigo?—Marco asintio mientras limpiaba su carita en la camisa de su papá
Marco de nuevo durmió con su padre. Newgate esperaba que con el tiempo este tipo de problemas pasaran. Tendría que hablar con él pronto.
Un sábado por la tarde. Newgate estaba limpiando la cocina. Tenía pensado hablar con marco pronto, pero debía ser persuasivo.
Marco.. ¿que dibujas?— Marco volteo hacia su padre y sonrió para mostrarle. Era un dibujo de él y sus amigos en un barco pirata.
Yo, Shanks, Izou.. papá... y Ben— Dijo con una sonrisa. Newgate sonrió y se sentó a su lado.
¿Puedo dibujar contigo?— Marco asintió más que feliz. Dándole una hoja y colores a su papá.
Voy a dibujar.. una araña.. me dan mucho miedo las arañas— Marco ladeó su cabeza. Su papá es un hombre fuerte y grande. ¿Por que le daban miedo? Aunque a marco también le daban mucho miedo.
A marco también— Dijo el niño queriendo hacer sentir mejor a su papá lo que hizo reír a Newgate.
Gurarararara, ¿Enserío?— Newgate veía como Marco se quedaba más que pensativo, en eso él Niño pareció recordar algo y asintió.
Newgate vio cómo trazaba al sujeto que odiaba tanto. Miró su dibujo de araña y suspiró el dibujo no era uno de sus fuertes.
¿Quien es?— Pregunto Newgate con delicadeza.
Marco miró su dibujo. ¿Quien era este hombre malo? No era su papá, su papá estaba aquí con el.
Es un hombre malo— Newgate dio un leve suspiro y se acercó a él.
Esta bien temerle marco— Dijo Marco trago y cerró sus manitas haciéndolas puño.
El ya no está aquí, estoy yo, Marco está seguro conmigo— Marco mordió su labio levemente y hipo, de solo pensar en esa persona lo ponía mal, y con ganas de llorar, Marco sabía que no estaba. ¿Pero y si volvía?
Newgate sacó de sus pensamientos a Marco acomodándolo en su regazo.
¿Te digo por que? Por qué estoy aquí contigo Marco, cuando tengas sueños con él ven conmigo ¿si? No importa a qué hora— Marco asistió aferrándose a la camisa de su papá. Sentía mucha calidez con su papá, marco sabía que estaba en un lugar seguro.
Cuando Marco cumplió ocho años, Newgate tenía a un niño bastante alegre, creativo y amable.
Papá, Shanks vendrá— Si, tampoco se había desecho de Shanks, él Niño pelirrojo imperativo a morir seguía siendo amigo de Marco, al igual que Izou.
¡Hola! ¡Señor Newgate! ¡Marco! ¡Vamos arriba te mostraré algo genial!— Dijo el niño jalando a Marco, Newgate solo les dijo que tuvieran cuidado en las escaleras.
Newgate siempre quiso tener una familia grande, y pensaba que era tiempo de extenderla un poco.
