Empíreo

Pronoia II

De entre todas las cosas curiosas que le hubieran pasado en la vida, Lan Sizhui contaría esta como la número uno, aunque la vez que los conejos lo siguieron por todo Gusu o cuando pudo leer por sí  mismo dos tablas en un idioma complicado a los 7 años podrían ser las más extrañas eso era antes; no todos los días una extraña tormenta con forma de cono, un eclipse y un chico cayendo del cielo son sucesos normales.

El muchacho entre sus brazos gimió dolorosamente, la luz que los envolvía se disipó, aclarando la apariencia ante los ojos grises del pelinegro, piel blanca, contrastando con negras pestañas gruesas, labios rosados y una pequeña marca dorada en su frente que se fue apagando hasta ser bermellón. Sizhui levantó levemente una mano y le pareció que brillaba con destellos en oro que poco a poco desaparecían.

-En serio hombre, deberías ser más sensato y que yo diga algo que tú dirías es demasiado-Jingyi jadeó saliendo entre los árboles, le faltaba el aire, pero apenas pudo recuperarse un poco cuando vió a su primo con un hombre en brazos, admirando sin reparos desde la cara hasta la larga cabellera, se sonrojó tanto como cuando sus tíos se ponían amorosos o sus padres desaparecían por horas después de buscar excusas muy tontas... Todo el aliento salió de su cuerpo, casi se desmaya.

-Al fin... A tu madre le dará un colap... Oh...- Lan Xichen miró a su hijo que no le prestaba nada de atención, no era extraño pero al menos cuando se dispersaba no era tan notorio, ahora estaba de piedra mirando un punto fijo, cuando dirigió la cara vió a su sobrino, la regla 2367 de su clan resonó en su cabeza "No te dejes llevar por pensamientos mundanos" pero era inevitable, esa forma de sostener a alguien y curiosear tan desvergonzadamente dejaba mucho que pensar.

-¿Los encontraste? ¡Voy a romperle las piernas a esos dos mocosos imprudentes! -La voz de su esposo lo hizo saltar.
- Es nuestra culpa en parte Cheng, Cheng, no esperaba una conexión tan fuerte... Y... Oh- Jingyi miró a su tío con mala cara, había una diferencia entre ese "oh" y el "oh" de su padre, podría decirse que uno era sorpresa y el otro era... No quería saber realmente porque le parecía inapropiado.

Sí, Sizhui estaba sosteniendo a una persona de apariencia muy andrógina y posiblemente parecía que estaba acariciando sin reparos su rostro, el cabello, las manos y la espalda pero no con esas intenciones ¿Verdad?
- ¿Quieres dejar de tocar a mi sobrino así antes de que te rompa las piernas y esas manos? -Amenazó Jiang Cheng saliendo de entre los arbustos sin meditar sus palabras, Lan Yuan salió de su asombro curioso y sonrojado, al verse observado inquisidoramente entregó al muchacho
- ¿Su sobrino?- Preguntó Jingyi, el único primo que conocía era Sizhui... Ahhh y la joven amante, su padre siempre mencionaba que visitaba al muchacho en sus viajes a su muy lejana tierra desconocida... El hijo de la hermosa tía que tenía y tampoco conocía.
- Tranquilo, mi rabanito estaba simplemente verificando de dónde venían esas- Explicó/mintió Wei Ying señalando las dos manchas de sangre, enredada en la tela de esa zona, encontraron una argolla dorada, como si se hubiera quedado atorada, ambos se miraron - No es de él -Susurró -¡Pero mira cuánto han evolucionado en nuestro hogar que ya perfeccionaron los talismanes de transporte! -Comentó de la nada, Jiang Cheng parecía decir con la mirada que no entendía que decía, pero pronto cambió
-Vamos a llevarlo... A otro lado... Para que nos explique cómo y por qué usaron... El -Carraspeó varias veces
- El talismán, sí, ese talismán, seguro que está cansado, gastan mucha energía... -Wei Ying completó.
- Mentir está prohibido en los recesos de las nubes -Exhaló Xichen, pero los otros dos Lan que deberían estar de acuerdo ya se habían retirado de su lado para interrogar/mirar conspiradoramente a Sizhui.
- Si el maestro Qiren hubiera visto eso serías hombre muerto amigo- Regañó Jingyi.
- Sólo... Estaba... dijo mi mamá ¿Un talismán?- Preguntó extrañado, no había visto nada de inscripciones, ni sentido ningún tipo de energía, los talismanes eran cosa común, algo que dejaron sus antepasados para hacer más fácil la vida... Pero se necesita forzosamente un poco de energía y ese chico no tenía nada, además... No apareció ¡Había caído del cielo!
- Un talismán- Repitió su padre como punto final, Sizhui asintió, no porque lo creyera, si no porque el tono indicaba que no tendría respuestas aunque las pidiera.