Conticinio

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Tengo severas objeciones del beta respecto a darle prioridad a empíreo pero, aquí estamos, llevándole la contraria y actualizando para ya casi terminar.

Beta inconforme que prefiere lo que deja y no lo que quita el tiempo. -Ángel

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Jin Ling se removió, además de dolor físico, sentía que su mente daba vueltas y vueltas sobre los mismos eventos.

Si bien sabía sobre el terror que daba la idea de morir en realidad no había experimentado estar cerca del fin de su vida. Fue realmente monstruoso, frío, doloroso, cuando la palma de Wen Zhuliu se pegó al pecho de Lan Yuan no creyó que sentiría tal dolor, fue cómo si una pesada gravedad rápidamente devorara todo su ser, comprimiendo, desgarrando, explotando cada átomo de su cuerpo.

Todo el flujo de su vida interrumpido de manera agresiva, sumamente sofocante. Además del sufrimiento del que fue presa, también el miedo. Un horror similar a caer en un vacío oscuro que no tiene principio ni fin.

Arrugó su expresión con incomodidad, su cuerpo estaba ardiendo, los sonidos a su alrededor severamente distorsionados. Una mano pasó por encima de su frente, quitándole el cabello del rostro.

¿Lan Yuan? el toque que le daba estaba lleno de cariño, cuidado y respeto, pero había algo extraño, frío, inusual. Cómo si estuviera a Miles de kilómetros de él y no pudiera sentir su corazón. Eso lo incómodo aún más.

—¿Todavía no despierta? -Preguntó alguien cuya voz era profunda
—Debe estar cansado, cayó del cielo -Señaló otra persona que hablaba con cierta actitud alegre -¿Cómo van los preparativos?
—En tiempo y forma, joven maestro, no tiene nada por lo cuál preocuparse, la ceremonia se llevará a cabo sin error, no obstante quisiera entrevistarme antes con su prometido

Prometido... Sí era un prometido, un novio que se iba a casar pero... Pero no reconocía la voz de esa persona.

—Claro, en cuanto despierte podrás hacerlo -Señaló el otro
—Su alteza, si me permite, creo que debería esperar a que el joven despierte para preguntar si está de acuerdo con la ceremonia -Otra voz tranquila y suave interrumpió
—¡Pero ya les dije que él lo dijo, me dio su corazón!
—Claro que sí, joven príncipe, es natural que al ser alguien tan extraordinario llamara la atención de un hijo del firmamento, el gran maestro sólo expresa un poco de preocupación por el estado del joven señor ¿No es así?
—Hijo del firmamento o no las personas tienen derecho a decidir sobre sus destinos, consejero Wu -Señaló el de la voz clara
—Ya lo verán, cuando despierte él se los dirá -Afirmó ése otro tomando su mano y entrelazando los dedos con los suyos.

Rulan frunció las cejas, en un intento por estar despierto pero ciertamente estaba exhausto, sólo logró parpadear un momento mirando las imágenes borrosas alrededor por un segundo.

Un par de siluetas vestidas de blanco, una más alta que la otra, quien sostenía su mano tenía ropa azul oscuro.

No pudo permanecer consciente más tiempo, ni proferir una sola palabra. ¿Dónde rayos estaba? ¿Quienes eran esas personas? ¿Y SiZhui? ¡Tampoco vio a Zizhen ni al tonto de Jingyi! ¿Lo habían capturado?

Imposible, pudo percibir que estaba cómodamente recostado, un aroma dulce en el aire, incienso, pero no era del estilo de Gusu que amaderado llenaba los pasillos, tenía un toque floral que no había olfateado nunca. Si fueran enemigos estaría muerto o bien encerrado en algún lugar sin ninguna consideración. Tenía que abrir los ojos, tenía que buscar a su familia, a Lan Yuan.

SiZhui en cambio, sintió algunas gotas en su cara, frías. Sus párpados se abrieron lentamente, había oscuridad aunque no era completa, la luz se filtraba por varios huecos en el techo

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