𓆩*𓆪 Treinta y seis

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Chan miró su reloj por tercera vez, ya habían pasado cuarenta minutos desde la hora acordada, hizo una seña al mesero que pasaba junto a su mesa para que rellenara su copa de vino

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Chan miró su reloj por tercera vez, ya habían pasado cuarenta minutos desde la hora acordada, hizo una seña al mesero que pasaba junto a su mesa para que rellenara su copa de vino.

"Si no viene en 20 minutos más me voy".

Pensó, aunque sabía que terminaría esperando hasta que el local cerrara de ser posible.

Él realmente esperaba que esa persona llegara.

—¿Bang Chan?

Una suave voz le llamó a sus espaldas, el nombrado se levantó en seguida para observar al hombre frente a él.

Era ligeramente más bajo que él, lucía una rubia cabellera que competía con él dorado de su esposo, vestía con sencillez y un tanto demacrado, aun así, parecía alguien joven y agradable.

—¿Yoo Hweseung? —preguntó un poco ansioso, aunque sabía la obvia respuesta.

—Así es, señor Bang, disculpe la tardanza.

—No hay ningún problema, agradezco de verdad que se haya presentado —y realmente lo hacía—. Por favor, tome asiento —pidió sacando la silla frente a él.

—Muy caballeroso —susurró divertido aceptando de todas maneras el acto y sentándose con tranquilidad—. Gracias.

—Por nada —respondió el menor con nerviosismo, volviendo a su lugar—. Yo... En serio estoy agradecido por aceptar reunirse conmigo, por favor, ordene lo que guste.

El mayor asintió y acto seguido miró la carta del menú.

Por lo menos 10 minutos...

Chan suspiró, no sabía muy bien cómo iniciar una conversación con el que prácticamente era su suegro.

Le miró con atención, sus rasgos eran lindos, a pesar de lo algo descuidado que se miraba, parecía alguien que portaba una belleza natural (como su Jeongin), aunque podía ver en esos bonitos ojos algo de cansancio, incluso su expresión era triste.

—¿Por qué no sencillamente hablamos para lo que realmente me citó, señor Bang? —preguntó el mayor dejando caer la carta en la mesa y entrecruzando los dedos de ambas manos frente a él.

—Bien... Yo... No estoy muy seguro de por dónde iniciar.

—Entiendo... —Hweseung asintió comprensivo—. ¿Por qué no inicias diciéndome cómo está él?

—¿Perdón? —Chan entendía perfectamente de quién hablaba, aunque no esperaba que el mayor fuera directo al grano.

—Dime, ¿cómo está Jeongin? ¿Cómo está mi bebé?

—Dime, ¿cómo está Jeongin? ¿Cómo está mi bebé?

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My Man² ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora