Tercera Carta

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Crisis de ansiedad 

Un día, me encontraba en un restaurante con mis amigas, con la intención de avanzar en nuestros trabajos de investigación, todo marchaba bien como de costumbre. Mientras sacaba mi laptop, sentí un dolor profundo en mi pecho, como si mi corazón pedía a gritos salir de mi caja torácica. Me disculpé un momento, para ir al lavamanos y buscar alguna idea para que el dolor disminuyera. No era algo común en mi cuerpo, por eso le tomé importancia.

Cuando llegué al baño femenino, te encontré, era ni nada más ni nada menos que tú... Con una mujer blanca y rubia, se estaban besando. Cuando entré, su beso se acabó y era la primera vez que los dos habíamos tenido contacto visual.

Había algo que los dos teníamos muy presente, nos conocíamos de cara, y el rumor que se había esparcido desde el momento en que llegaste, cuando cometí el error de comentar mis sentimientos hacia ti, con un público muy comprometedor cuando llegaste a lo que iba a ser tu nuevo colegio.

Sabía que tú ya estabas enterado de que me gustabas, pero hasta ahí nomás.

Nuestras miradas se observaban mutuamente, comenzaba a tener nervios, el dolor de mi pecho aumentaba demasiado rápido, sospechaba sobre lo que me estaba pasando.

"Estaba presentando una crisis de ansiedad"

No podía verme débil ante ti.

Cuando la rubia se fue, yo iba a entrar en uno de los cubículos para intentar parar esa sensibilidad horrible, pero no, me interrumpiste el paso y me agarraste el brazo con fuerza, diciéndome que envés de la rubia, podía haber sido yo, pero no. Por qué yo no merecía que alguien me amara, por fea, inútil y sobre todo por expresar mis sentimientos al aire público.

Yo no prestaba atención a tus comentarios, porque ante todo tenía amor propio y me amaba ante todo el mundo. Yo me sentía linda, inteligente y sobre todo una persona con mucha libertad en la sociedad, imagínate a los 15 años, muchos no tienen madurez.

Ese día, tú estabas desquitando todo tu enojo en contra mía, simplemente. ¿Por qué? ¿Por qué resulta que tus queridos padres te habían comunicado que yo me iba a convertir en tu mentor temporal para que estuvieras al día con el colegio? Y no me equivocaba y sí, dirás cómo estaba enterada.

Los chismes corren como si fuera la venta de panes calientes en promoción, mi querido "my love", yo ya lo sabía mucho antes de que te dieran la noticia. Pude haber rechazado la oferta, pero no la hice. Estaba interesada en darte una oportunidad.

Yo intentaba zafarme de tu agarre, pero me era imposible. Hasta cuando por fin viste que me estabas provocando un moretón, me soltaste y me tiraste con brusquedad al suelo. Caí y me golpeé con algo de mármol. El golpe fue fuerte, que mi cabeza ya estaba sangrando. Tenía una laceración; lo fuerte que fue el golpe me hizo entrar en un trance donde procesaba el dolor, me sentía pérdida. Me levanté; pero me mareé en el intento, caí en el suelo y quedé inconsciente, luego solo sentí que mis amigas pedían a gritos una ambulancia y después de ahí ya no recuerdo nada.

Tenía algo muy en claro que de un simple ataque de ansiedad, terminé en urgencias por una herida en la cabeza que me produjo efectos secundarios.Te marchaste y me dejaste ahí, en un charco de sangre por el maldito golpe.

Cuando ya me sentía mejor, la policía llegó a preguntarme qué quién era el responsable de la herida de gravedad para terminar en urgencia y también del gran moretón en mi brazo, esperaban mi declaración con ansias para decir el nombre de mi agresor, no pude decirles que eras tú. Resulta que el karma es una mierda y tarde temprano ibas a sufrir y preferí guardar silencio, sabiendo que estaba mal. Pero aun así lo hice y tenía un plan en mente.

Una parte de mí, sabía que debía de decirles quién era el responsable, porque siempre apoya a las mujeres que dijeran el nombre de sus agresores, cuando acompañaba a víctimas de la organización en la que era voluntaria, siempre les decía a ellas nunca se queden callada y yo me quedé callada, pero no porque tenía miedo, sino porqué tenía en mente un plan entre manos.

Mis padres me presionaban para que dijera el nombre de mi agresor, pero de tanto insistir me dejaron en paz y simplemente me dijeron: "Tú sabes lo que haces y por qué lo haces, tarde o temprano nos terminas confesando,querida hija".

Querido Kenneth, por algo guardé silencio, ¿Porqué estaba obsesionada desde ese día contigo, era correcto? Claramente que no, esa obsesión se convirtió desde lo más romántico hasta lo más perverso. Tenía en claro que la venganza se servía en un plato dulce.

Tú creaste un juego dónde yo era la presa y tú el cazador, pero tenías tus propias inseguridades sobre el juego, porque todo podía jugarse con las reglas inversas.

Tú creaste un juego dónde yo era la presa y tú el cazador, pero tenías tus propias inseguridades sobre el juego, porque todo podía jugarse con las reglas inversas

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Sombras de papel: amor en llamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora