Sexta Carta

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El agua y el aceite no se mezclan

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El agua y el aceite no se mezclan.

El agua y el aceite son dos componentes que no se pueden mezclar debido a que el aceite es una sustancia no polar y tiene una densidad más pequeña y las partículas del agua no permiten que las partículas del aceite entren en ella, por ello vemos como se marca con claridad el límite entre el aceite y el agua. Es una definición bastante exacta en Chrome.

Ya habían pasado semanas desde que había estado en el hospital, los agentes estuvieron yendo por varios días queriendo ver si no cambiaba mi declaración que había dado sobre la persona que tú y yo habíamos dicho, sobre la descripción de nuestro atacante.

Mi jugada comenzaba, contaba con los recursos y las influencias necesarias; en ese momento tenía en cuenta que nuestros puntos débiles éramos nosotros mismos. Mi jugada estaba escrita: reunirte en una propiedad privada, con varias trampas ocultas; una de ellas era que al entrar en la casa te ibas a lastimar e iba a ver mucha sangre.

Eso sonaba bastante asqueroso, pero estaba tan cegada que no me importaba.

Ese era mi primer paso; el segundo iba a contar con la ayuda de una persona para que te encierre dentro de la casa y así no poder salir. Lo demás iba a suceder espontáneamente.

Llegó el día y todo lo que había hecho se fue por la maldita borda. Tú también habías planeado tu maldita estrategia que me sorprendió. Llegué a la casa para ver cómo te quedabas encerrado, pero yo también me quedé encerrada contigo otra vez. ¿Cómo sucedió?

Resulta que había instalado un sistema tecnológico unas horas antes, me tomó por sorpresa y volvimos a jugar esta vez. "Yo, nunca, nunca", nos aburrimos como dos personas maduras. Decidimos elevar el nivel, jugar con cuchillos. La propiedad quedaba detrás de un bosque con unas 30 hectáreas, lleno de flora y fauna. Muchas ideas venían a nuestras mentes.

Estábamos desquiciados, no era normal y lo sabíamos. ¿Qué íbamos a hacer ahora? Bueno, por el momento conocernos. Kenneth, en un momento decidiste darme un navajazo en la parte de atrás de mi brazo derecho, me dolió. Pero eso no me dejó hacer lo mismo contigo.

Te aseguro que ese día, no sé si es que nosotros dos habíamos ingerido alguna droga previa, porque te lo aseguro que sí éramos unos psicópatas en ese momento. Estábamos encerrados, pero mis habilidades de inteligencia no me impidieron hacer cómo deshabilitar el sistema tecnológico. Lo logré y salí de ahí.

Huir con mucho dolor, sangre brotaba de mi brazo, probablemente porque una vena se había roto o no sé. Dios, en ese instante, imaginé: ¿Qué voy a decir cuando alguien me revise la herida? Otra vez nos volvimos locos, una situación que para nada era normal.

Existía un límite y el mío estaba llegando a su fin, pero ese cambio iba a ser radical junto con muchas sorpresas.

Existía un límite y el mío estaba llegando a su fin, pero ese cambio iba a ser radical junto con muchas sorpresas

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Sombras de papel: amor en llamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora