Cuarta Carta

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Primer Strike.

Todos tenemos un límite, eso quiere que es lo último que llegamos a permitir sobre esa situación, en especial cuando algo nos agobia demasiado. Somos seres humanos, que todo nos duele, nos lástima, no todo es malo porque hay momentos en los que reímos, gozamos, sonreímos, celebramos.

Querido Kenneth mi vida era tranquila y feliz, mi niñez y mis inicios de adolescencia también fueron bonitos. Pero sabes, tú llegaste a joderlo todo de una manera que estaba compuesta por una mezcla de colores muy confusos, a veces tu personalidad era color amarillo, bonito y encantador, pero otros era color negro, muy dark.

Tú, no eras el culpable de todo, porque yo hubiera puesto un alto desde el primer momento, pero maldita sea, provocabas que yo me obsesionara contigo cada vez.

Semanas después de haber salido del hospital, me sentía bastante mejor para volver al colegio de nuevo, cuando regresé volviste a ser una jugada inesperada para darme un golpe bajo dónde más me dolía, el corazón. Porque Kenneth estaba enamorada de ti de una forma muy difícil de explicar.

Cuando llegué, todas las personas queridas me desearon buenas vibras, luego de mi visita en el hospital por ese incidente que tú habías provocado, y que los dos sabíamos que era nuestro secreto. El día que regresé fue bonito, pero algo tenía que joderlo todo. Cuando había terminado mis clases, una de mis amigas me había dejado un mensaje que decía así y que lo recuerdo tal y como me llegó:

"Madison, ocupo que te quedes un momento para hablar sobre tu participación en el baile del grupo para la gira cultural. Nos vemos dentro de diez minutos en el gimnasio principal" Atte. Kelly.

No le había visto nada malo al mensaje, me dirigí al gimnasio como de costumbre para culminar los detalles para mi presentación de grupo. Al llegar al gimnasio te vi, no esperaba verte en el mismo lugar en el que yo estaba. Y la pregunta que me hice fue: ¿Dónde estaba Kelly? Me mintió, era imposible que ella lo hiciera. Me acorralaste por segunda vez, el episodio del restaurante se recreaba otra vez de manera diferente.

Me comenzaste a decir "Eres una estúpida", "Eres psicópata al igual que yo", "Tú y yo vamos a terminar muy mal", "Quieres jugar con fuego, pues lo harás maldita Madison" "Bienvenida al juego que yo cree y tú lo terminarás" Mientras te reías como un sociópata y psicópata que eres.

Dos palabras que se escuchaban igual, la diferencia era que tenían definiciones distintas.

Te empuje como instinto, salí del gimnasio corriendo para huir de ahí. Subí al auto que llegaba por mí y solo pedía a gritos llegar a casa para procesar todo lo que había sucedido en el gimnasio del colegio.

Kenneth era la primera falta que hacías de tres que te iba a permitir en el maldito juego que vos y yo habíamos creado a partir de hoy, un juego perverso donde las consecuencias eran difíciles de descubrir en el transcurso del desarrollo. 

Nota de autor:

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Nota de autor:

Hola, mis queridos lectores si han llegado hasta aquí quiero decirles que muchas gracias por su apoyo, si les han gustado no duden en apoyarme con su voto, haciendo clic en la estrellita que sale arriba y también si tienen teorías sobre como irán las siguientes cartas de Madison, pueden escribirlas en los comentarios yo las estaré leyendo, bueno eso es todo con amor, Belen.

Cuídense. 


Sombras de papel: amor en llamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora