Desde Las Sombras.

02 Primera Etapa.

Rápidamente pasaron tres meses, después de concluir su primera etapa con el clan Aburame, pasó al clan Inuzuka donde recibió un hermoso guardia, al cual nombró Ryuu, un hermoso can que es descendiente directo del líder de la manada. Siguió su entrenamiento con el clan Akimichi, en estos tres clanes aprendió grandes cosas, con los Aburame a formar poderosos venenos, algunos antídotos y el proceso de crianza para que pronto comience a crear su propia especie de insectos. Decidió usar Arañas y hormigas, si bien los insectos no son de su agrado, su sensei Shibi Aburame le dijo que las hormigas y las arañas podría dejarlas y no era obligatorio que las portara en su cuerpo. Así que aceptó que podrían ser una idea viable.

Posteriormente con los Inuzuka aprendió a conectar con los Lobos, eso hizo una gran ventaja para su entrenamiento, pues además de tener grandes instintos a pesar de su corta edad, ahora tenía un guardián que le cubriría la espalda. Después de unos días, pudo ir a ver a su sensei Fugaku y les llevó dulces además de que jugó con Itachi. Y se quedó la noche en la residencia Uchiha.

Después pasó a ser cuidada por los Akimichi, donde su Sensei Chouza le enseñó un poderoso y directo estilo de combate cuerpo a cuerpo. Aprendió varias recetas y a su vez fue una especie de descanso, pues Chouza aunque estricto era bastante razonable en cuanto a los descansos. Además de cuidar y mimar un poco a la niña que era amable y tranquila.

Ahora mismo Ryuko estaba en un periodo de descanso, tendría una semana para descansar de estudios y entrenamiento, debido a su edad, no era obligatorio entrenar todo el tiempo, pero aún así debía ser diligente.

Ryu-Chan… —Ibiki entró a casa, encontrando a su hija dormida con un libro sobre ella.- Ahhh está niña.

Ibiki quién en su trabajo es frío y muy meticuloso, con su hija resulta ser bastante cariñoso y consentidor, pero también un padre estricto que haría lo que fuera por su hija. Pero que jamás dejará que alguien le vea como inferior. Así que Ibiki buscaba ser un padre estricto pero también un padre confiable. Todo en equilibrio le había aconsejado mucha gente.

Ibiki ordenó algunas cosas que su hija había dejado regadas y dejó que la menor tuviera un tiempo libre. Tenía algo en mente, así que podría llevarlo a cabo.

Después de unas horas Ryuko despertó, movió su entumecido cuerpo y se sentó para meditar. Había logrado un gran nivel de concentración, eso ayudaría en sus futuros entrenamientos, había externado Fugaku cuando vio su alcance en la meditación.

Papá… —Se sentó a la mesa al ver que había comida y varios dulces.-

Comeremos, después irás conmigo a IT. Quiero que aprendas sobre diversas posibilidades. —Hablo con voz tranquila. Sirvió de comer y se sentó a lado de su hija.-Gracias por la comida.

Ryuko estaba muy feliz, pues por primera vez iría a IT. Siempre había tenido mucha curiosidad sobre el trabajo de su padre, además de que disfrutaba pasar tiempo con algunos de los hombres que trabajan para su padre, pues los mayores jugaban con ella mientras su padre trabajaba.

Iré a ver a Yuu-san. —Gritó feliz mientras su padre alistaba su cabello, estaba feliz de ver al integrante del clan Sarutobi que jugaba con ella.-

Yuu-san también está feliz, cuando supo que irías comenzó a planear juegos que pueden enseñarte. Mmmm podrías empezar con el Shogi, es un juego de estrategia y te servirá mucho en el futuro. -Ibiki sonrió mientras trenza a el hermoso cabello de su hija.-

Quiero una tranza y unas flores en ella. También quiero que me pongas un rico olor. —Mostró su sonrisa mientras jugaba con algunos hilos que su padre le había dado.- Papá cómprame colores y otras cosas para dibujar. Ya no tengo muchos colores.

También te agregaré unos detalles con unas ramas. Ayer encontré estos adornos. -Le mostró una hermosas ramas modificadas con una técnica de algunos artesanos, durarán muchos años.- ¿te gustan pequeña?

—Las observó, las tocó detalle con detalle, en el acto sin querer preocupo a su padre.- ¡Son perfectas!

Ryuko gritó emocionada mientras se aferraba al cuello de su padre. Estaba muy feliz de tener un padre como el mayor.

Gracias papá. —Le dio un sonoro beso a su padre.-

Princesa mía. —Cargó a la menor sin problemas y continuó trenzando el cabello de su hija, colocando como adorno principal una de los hermosos adornos.-