Desde Las Sombras.

04 Salida.

El tiempo había pasado, Ryuko de ahora 11 años se había condecorado como una miembro élite. Ese día llevaría a cabo un entrenamiento con el clan Uchiha, mismo que duraría dos meses, después de ese tiempo hará su ascenso a Ambu, bajo el mando de Shisui Uchiha, el jefe de los escuadrones Anbu. Ella había recibido educación privada, ya que su clan no estudiaba en la academia por cuestiones de sucesión.

Ryuko es una joven hermosa, considerada un diamante, la joya del Rey. Pues los que conocieron a sus padres o abuelos, dicen que heredó las grandes habilidades, los que no tuvieron ese privilegio, pero que si la conocen a ella, aseguran que ha generado su propio camino, siendo inspiración para shinobis y civiles. Aunque se le ve teniendo mayor interacción con los Shinobis.

Ahora mismo estaba con Itachi, ambos cerca de los territorios del clan del joven. Siendo tranquilos, pero con evidente relación.

Estoy nerviosa…—Dijo la menor, mientras sostenía la mano de su novio. Todo oficial, una vez ambos tuvieran la edad adecuada, contraerán matrimonio.- Aunque también quiero estar contigo.

Siempre estamos juntos. —Sonrió mientras abrazaba a su novia. Se sentía feliz, se sentía dichoso.

Ambos se tomaron de la mano, el mayor cubría a la menor, siempre. Ambos son una pareja armoniosa, aunque no hacen misiones juntos, si es necesario se refuerzan mutuamente.
Ambos habían hecho varias misiones, y era Itachi quien regularmente se encargaba de asistir a la menor. Por otro lado Ryuko había desarrollado habilidades con el tiempo y con la práctica.

¿Quieres ir a pasear? —Itachi preguntó mientras guardaba algunas cosas. Deseaba hacer algo diferente, algo único con la persona que más ama.- Podemos ir a dar un paseo, después ir a cazar algo para comer y mañana por la tarde llegamos. Además podemos aprovechar para ir a comprar algunos dulces de los que te gustan en las aldeas pequeñas.

Me parece bien, me gusta mucho la idea. Además hoy no tenemos misiones. —Sonrió mientras abrazaba el pecho de su amado. Le encantaba el olor de su pareja, le gustaba sentirse protegida.-

—Sonrió feliz.- Ve a preparar tus cosas, mientras yo iré a inteligencia a informar a tu padre y después iré a mi casa para decirle a mi madre. Te veo en una hora. ¿Te parece?

Me parece. —Se colgó para darle un beso, y antes de que el mayor pudiera hacer algo, corrió a su casa y se metió.-

Esa niña te trae loco. —Itachi escuchó la voz de su amigo y mentor Shisui.-

Si, ella es todo lo perfecto de éste mundo. —Sonrió feliz, está totalmente enamorado de la menor, y feliz de poder estar rodeado de su pareja.-

Ella merece ser cuidada, la veo como una hermosa hermana menor. ¿Sabes que desde que era niña yo era el Anbu encargado de cuidar de ella? —Preguntó Shisui mientras observaba como halcón a su amigo.-

Mientras tanto Ryuko se disponía a darse un baño rápido, buscó un atuendo bonito, uno que hace poco Itachi le había dado. Un vestido tipo tradicional, usaba colores blancos y rojos. Elegante pero que podría servir para casi cualquier ocasión. Ese día era especial, iba a salir con su novio y pasarían un rato largo juntos. Pues debido a sus misiones eran pocos los momentos largos que podían disfrutar. Se veían casi a diario, pero cada uno tenía asignaciones diferentes. Así que se veían poco.

Este es el vestido que lleva Ryuko.

Me encanta. -Pensó Ryuko al verse en el espejo con el atuendo que Itachi le había dado. Se sentía feliz.- Creo que es momento. Él es el único que deseo a mi lado.

Bajó hasta la sala ancestral de su familia, ahí habían muchos secretos. Al pertenecer a la familia Uzumaki tenía más secretos por proteger. Así que decidió ir hasta un baúl, hermoso y antiguo. Quitó los sellos que resguardan infinitos secretos y lo abrió. Sacando una caja color blanco. Con el símbolo de ambos clanes. El Senju y el Uzumaki.

Luego subió a su habitación y terminó de peinarse, colocándose una de las horquillas que su padre le había dado. Se peinó con unas trenzas que se conectaban en un pequeño hongo que era coronado por una horquilla hermosa. Una de las que su padre le había dado.

Se puso loción y bajó a la cocina, calentó un poco de té y un tazón de comida. También preparó algunos dulces para llevar en su salida. Después subió por su mochila y guardó todo, además de algo de dinero. Le dejó una nota a su padre y terminó su té.

Ryuko. -Itachi tocó la puerta como todo un caballero, esperó un poco y al fin la puerta fue abierta.-

Ambos se dieron una cálida sonrisa y se tomaron de la mano, al ser ambos shinobis, jugaron una carrera hasta la entrada de la aldea. Entre árboles, techos y suaves saltos llegaron a la entrada de la aldea. Donde Ryuko se coronó como la ganadora.

Vamos princesa. -Itachi tomó la mano de la menor.-

Vamos Itachi-San. —Le dio un beso al mayor en la mejilla.-

Ambos salieron de la protección de al aldea. Felices de disfrutar un día libre.