20 Kazumi Hime

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Me quedaré contigo

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Me quedaré contigo. -Afirmó Naruto mientras daba un paso al frente. -

Yo también, cubriré tu espalda. -Declaró Sasuke.-

Nosotros somos leales a ti, así que sabes que siempre iremos con usted. -Yasu e Itachi se inclinaron.-

Sabes que eres como mi hermana menor, he visto como creces mientras tienes la misma mirada que tu padre. Yo también voy. -Kakashi sonrió mientras tomaba ambas manos de Ryuko.-

Entonces vamos, la formación deberá cambiar, vamos a un pueblo cercano. Así tardemos más, debemos hacer un plan y comer algo. -Ryuko ordenó.-

Bien, entonces tienes el mando de la misión. -Kakashi dejó el mando, pues sabe que Ryuko había salido desde chica de la aldea y tenía un entrenamiento de alto nivel.-

De momento, Naruto y Yasu al frente, Tazuna-san camine con ellos, Sasuke en medio con Ikki-san. Kakashi y yo al final. El pueblo está cerca hacia el oeste, Yasu en cuanto lleguemos busca un lugar para quedarnos, arma una habitación para cuidar del cliente. -Ordenó mientras sacaba algunas cosas de su mochila.- Tazuna-san, usted llevará ésto. Si está en peligro debe lanzarlo lo más fuerte que pueda. Sabré que está en peligro y lo ayudaré.

El equipo comenzó a caminar, hasta que Tazuna notó qué la otra niña no iba con ellos. Pero antes que pudiera preguntar, Yasu se acercó a él.

Iré a ver lo que me ordenó mi ama, por favor, acérquese a ella pero obedezca a los demás. -Yasu se fue. -

Lo primero será buscar un lugar para comer, el restaurante más cercano está a dos calles. Vamos. -Explicó Ryuko mientras caminaba unos pasos al frente.-

Todos siguieron a Ryuko, Itachi, quien ahora tenía el nombre de Ikki se sintió como en el pasado, feliz, tranquilo, así que al posicionarse junto a Ryuko, decidió hacer algo que tenía años no hacía frente al público. Tomó la mano de la menor, ambos caminaron en silencio frente a la mirada atónita de todos.

-Ryuko se sentía feliz, así que caminó con mayor seguridad.- Gracias. -Susurró suavemente.-

Amada mía, es todo un placer. -Itachi había prometido no hablar, en caso que alguien le reconociera, pero era inevitable cuando se trataba de su amada.-

Todos entraron al restaurante, Ryuko decidió hablar.

Mesa para 7. Quiero un lugar privado o alejado. -Pidió Ryuko con tranquilidad.-

El servicio fue llegando, Itachi se había dado cuenta que ese civiles veían a su novia, así que se sentó junto a ella marcando su territorio de forma educada y respetuosa.

Señorita, todo quedó arreglado, para evitar problemas pedí todo el último piso para nosotros, instalé seguridad y mandé a traer el escuadrón de defensa Anbu para cubrirnos al dormir, al menos mientras estemos en la posada. -Explicó Yasu mientras se integraba a la mesa, a un lado de su señorita.-

Me parece bien, estoy pensando que podríamos irnos en la madrugada, pero...

El jutsu de niebla. -Interrumpió Kakashi mientras se tocaba la barbilla.-

Si, yo no tengo problema, pero hay que estar entrenados. Él Sol no garantiza ganar, pero podemos usar otros jutsu u otras estrategias. -Decidió Ryuko mientras tomaba algo de agua.-

El equipo liderado por Ryuko salió del pueblo en la mañana, había cambiado la formación, Itachi y Ryuko irían al frente para contener con una fuerza dominante, detrás de ellos el cliente junto a Yasu, después los tres restantes. Ryuko notó que Naruto iba muy alerta, eso no le agradaba, pero quizá era una buena estrategia, su padre había sido sensor de amplio espectro con ella, su madre con un alto nivel de radio para detectar a los rivales, así que eso entrenaría su instinto.

Naruto sintió algo raro, lanzó un kunai sorprendido a todos. Hicieron una pausa, Kakashi iba a reprender a Naruto, pero...

Todos abajo, ahora.!!!

-El grito de Ryuko hizo que la niebla se hiciera más densa. -- Jutsu tornado, fase tres.

El chakra de Ryuko se hizo un tornado, mismo que dispersó la niebla en un instante. Yasu ni se acercó a ella como siempre. Está vez él se quedó con el cliente y con los dos menores que se habían quedado sorprendidos por la fuerza que había mostrado Ryuko.

Itachi se colocó a lado de Ryuko. Ambos vieron cuando un sable se dirigía a ellos, así que Ryuko sacó su espada y la frenó con una fuerza impresionante. Itachi rodeo a Ryuko con un jutsu de cuervos.

Valla, valla, valla. -Un voz entre la niebla se escuchó.-

Itachi rara vez usaba a sus cuervos abiertamente, por lo que Ryuko sabía perfectamente que se dirigía hacia ella, su espada era bastante temida en el mundo shinobi.

Pensaba que encontraría a la hermosa Kazumi-Hime. -La extraña voz dentro de la niebla, alertó a Ryuko y a Kakashi por lo que todos decidieron esperar.-

Zabuza Momochi. -Ryuko se quedó al frente, nunca había visto en persona a ese ninja, pero las habilidades de ambos eran conocidas en el mundo ninja, por lo que confiaba en que podría hacer algo.-

Es un honor que la princesa de la aldea de la hoja, me conozca. -Se dejó ver entre la niebla, inclinándose como un guerrero que se inclina ante su más alto mando.-

-Suspiró.- He escuchado mucho de usted, es evidente que tiene un rango elite entre los shinobis, en caso contrario, no tendría el privilegio de ser conocido por la princesa de una aldea tan importante como Konoha. -respondió con burla, pues sabía que el aparente respeto que el mayor presentó con anterioridad era solo eso, una burla.-

-Sonrió satisfecho.- Denme al constructor y los dejaré irse limpios. -Afirmó mientras veía a la menor, claramente era quien estaba a cargo.-

-Sonrío feliz.- ¿Qué te hace pensar que yo entregaría a mi cliente sin pelear y morir en el intento? -Ataco mientras sacaba una hermosa espada que había mandado a construir con los mejores artesanos en su tiempo con el señor Feudal.-

-La princesa habla al final, sabía que no me decepcionaría.- Zabuza afirmó con mucho respeto y cuidado, había escuchado mucho sobre ella.

-Señorita, yo la cubro.- Yasu se acercó hacia su joven ama, decidido a dar la vida por ella. Siempre le había ofrendado su vida, porque su vida no es de él, sino de su ama.

Negó con la cabeza. -Cuida del cliente y de los niños, sólo de los niños.- Ordenó suavemente mientras sacaba su espada.

Suspiró, su ama siempre era amable. -Haré todo para cumplir su orden, mi joven ama.-

Itachi observó a su amada y a su mano derecha, simplemente había deseado hacer las cosas diferentes, siempre había lastimado a la menor sin darse cuenta.

Zabuza sacó su espada, sorprendido por la tenacidad de la menor, había escuchado mucho sobre ella, Kazumi-Hime, o también llamada La Princesa de la Hermosa Paz, una joven hermosa y temida, respetada y alguien que provocaba incertidumbre. Se sabía poco de ella, pues en el libro bingo que él poseía no había nada de habilidades sensoriales, se sorprendió cuando logró detectarlo entre la niebla. Esa niña era un completo tesoro.

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Desde Las Sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora