Amar en un camino misterioso, es un sendero de aprendizaje. Ésto lo aprenden dos parejas desde distintos ángulos, pero ambas relaciones comparten que hubo una separación dolorosa y que aún a pesar de intentar hacer un cambio, el amor pudo más.
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Itachi y Ryuko estaban en el hospital, pues Sasuke de solo 2 años estaba en el hospital por una fuerte temperatura. Ryuko consolaba a Itachi, los dos habían pasado la noche en vela, cuidando a Sasuke. Pero entonces Ryuko recordó que su familia tenía un líquido único, él cual servía para sanar, un invento de uno de los ancestros de su familia.
Itachi —Meneo al mayor mientras cuidaba de no despertar al bebé ni a su sensei.-
Mmmm ¿qué sucede? —Se despertó mientras veía a la menor, ella estaba con una sonrisa y al parecer algo se le había ocurrido.-
—Hizo el gesto de silencio.- Vamos
Itachi siguió a Ryuko, ambos tomados de la mano. Subieron entre algunos tejados, caminaron por algunos senderos y llegaron a la residencia Senju. Itachi se sorprendió, había estado varias veces en ese lugar, pero Ryuko parecía muy feliz.
Itachi ven. Hay algo que le servirá a Sasuke. - Tomó las manos del mayor, sonrió y lo llevó dentro de la residencia.- Calienta un poco de agua, haz un té de mandarina y saca la miel que está en el frasco dentro de la despensa. —Instruyó para después salir corriendo hacia otro lado.-
Itachi alzó los hombros y comenzó a realizar lo que Ryuko le había pedido. Mientras que Ryuko estaba en el templo de sus Ancestros, estaba hincada mientras realizaba una plegaria. Al frente estaban los retratos de su abuelo y su tío abuelo, además de otros antecesores.
Abuelo, ayudaré a Sasuke. Tomaré un poco del agua del manantial que corre tras la casa. —Hablaba con tranquilidad, se sentía muy feliz, pues ese manantial lo había hecho su abuelo cuando construyeron esa mansión, era poderoso pues ahí corría chakra de su tío abuelo, de su abuelo, de su tía abuela, de su abuela y de sus padres, cuando no podía meditar el manantial se convertía en el mejor lujar para apaciguar su mente. Ahí podía entrenar y siempre podía nadar en el manantial después de un día largo.-
Se levantó y tomó uno de los pequeños frascos que tenía ese lugar, mismos que habían sido realizados por su madre, así que a parte de ser resistentes tenían medicinas para todo, sólo debían agregar agua del manantial. Pues otra agua no servía para eso.
Caminó hacia el manantial y se dedicó a meditar por unos minutos. Después de limpiar su mente y apaciguar su corazón, se acercó al manantial y dejó que el agua se metiera en el frasco. Después lo sello y quitó las barreras que contenía el frasco. Posteriormente secó el frasco y lo guardó entre su ropa. Sonrió hacia el manantial y se inclinó un par de veces para después ir hacia la cocina, pero entraría por el huerto. Así que ya no paso por el templo.
Itachi-Kun… —llegó cantando alguna canción que se le ocurrió y encontró al mayor sirviendo el té, después vio como el mayor le ponía miel al té y le sonreía.- Mi papá trajo fruta, comimos algo y después regresamos al hospital, podemos llevarle comida a tus padres.
Mmm —Sonrió y quitó de la sartén el pescado que había hecho, también había puesto a calentar comida que había dejado Ibiki.- Ibiki-San dejó mucha comida, ¿Quieres sopa o arroz?
