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Jaebeom sonrió con tristeza al despertar y ver la cama vacía a su lado. El calor del cuerpo de Youngjae aún se encontraba presente en su piel como un recuerdo placentero. Sus caricias y el sonido de su voz lo habían inducido con facilidad al sueño. No pudo evitar sentir la culpa invadirlo de nuevo. Estaba preocupando a su prometido de manera innecesaria y cuando le preguntara qué había sucedido no sabría qué responder. De algún modo sentía una pequeña brecha formándose entre los dos. No era usual para ninguno ocultarse cosas desde que empezaron su relación, pero Jaebeom sabía que, aunque no había mentido ninguna vez, aún tenía una conversación pendiente con él. Youngjae también lo sabía.

Había sufrido por años a su lado consolándolo de sus pesadillas. Creía que Youngjae ya se hacía una idea de las posibles razones detrás de ello, pero no lo entendería a menos que Jaebeom lo explicara. Y ahí estaba el problema. Nunca había intentado hablar de Jinyoung con él porque eso lo haría real. Se había limitado a decirle que su primera experiencia en el amor le había dejado un hueco en su corazón difícil de llenar, sin embargo, si lo pensaba bien, esa era la historia de muchas personas. Ahora que Jinyoung había regresado a su vida se supone que no debería de tener miedo a contarlo todo. Ya no existía ese temor de averiguar que quizá habría muerto, ni de tener que afrontar por completo el dolor de su pérdida; porque la esperanza sólo era como un analgésico temporal a su ausencia, pero sin ella habría estado perdido, ni siquiera se creía capaz de soportar una pena así de grande.

Contra todo pronóstico Jinyoung estaba bien, mejor de lo que alguna vez se atrevió a imaginar. No obstante, ahora más que nunca tenía miedo de compartirlo con Youngjae. Su corazón comenzaba a llenarse de dudas, y no estaba seguro si se trataba de la impresión que le causó ver a Jinyoung de nuevo o si había algo más de lo que no lograba percatarse. Necesitaba aclarar su mente con urgencia. Lo que menos quería era lastimar a Youngjae. Se estiró y se levantó con intención de ir al baño, pero antes de que llegara a la puerta escuchó los ladridos de Coco en el patio. Caminó hasta la ventana de la habitación y desde ese punto lo recibió una imagen cálida y hogareña. Sonrió, Youngjae jugaba con Coco haciendo que lo persiguiera para quitarle uno de sus juguetes favoritos.

De un momento para otro Youngjae pareció verlo de reojo porque se distrajo, tropezó y calló en el pasto. Rió cuando Coco empezó a lamerle la cara y Jaebeom sólo pudo sonreír una vez más con la manera en la que intentaba quitársela de encima. A veces sentía que no merecía a una persona tan pura como él. Si algo lo caracterizaba a diferencia de Jaebeom era lo sincero que era con sus sentimientos, mientras que a él le costaba expresarlos si aún no los procesaba, Youngjae no tenía problema en mostrar incluso su confusión e incertidumbre.

Aprovechó el tiempo que se tardó Youngjae en entrar para comenzar a preparar el desayuno. Últimamente no tenía el tiempo para cuidar de su relación. Los dos estaban demasiado ocupados y a pesar de que vivían juntos, era difícil encontrar momentos para sentarse y disfrutar de su compañía. Escuchó los pasos a la distancia y después un par de puertas cerrándose. No era el mejor cocinero, pero al menos lo intentaba. Preparó Bibimbap y cuando terminó de servir fue a buscar a Youngjae. Lo encontró sentado en la cama mirando a la nada pensativo. A Jaebeom lo invadió una indecisión sobre acercarse o no, después de todo Youngjae no era la clase de persona a la que le gustara evadir o ignorar los problemas. Quizá querría que Jaebeom se abriera y le diera una explicación razonable a su comportamiento del día anterior. Se resignó y caminó a su lado.

-Ey- Jaebeom se sentó junto a él y posó su mano en su hombro -¿Estás bien? Preparé el desayuno- le avisó, se paró de la cama y tomó su mano con la intención de guiarlo.

-Hyung, ¿qué te sucedió anoche? - Youngjae aprovechó su agarre y lo obligó a sentarse de nuevo.

-Youngjae, cariño, no fue nada, sólo me sentía un poco estresado últimamente- intentó restarle importancia.

Ámame de nuevo | JJPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora