Capítulo 1

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No lloró, porque se lo había prometido. Ni una sola lágrima derramó cuando vio el féretro ser dejado en aquel agujero donde su cuerpo se iba a pudrir hasta que quedarán los huesos. Fue un día soleado, uno cualquiera, uno que había formado parte de lo que ella consideraba sus mejores rutinas. A pesar de que para él todos los días eran exactamente iguales, para ella la monotonía no existía, era solo un cuento que los abuelos inventan.

Iba a extrañar todo de ella.

Sus cálidos abrazos; los besos que le daba antes de dormir, incluso aún siendo adulto amaba cuando su madre le contaba alguna fábula para animar su noche. Iba a extrañar las veces que le preparaba chocolate abuelita en aquellas tardes de invierno dónde el frío congela la sangre y vuelve morada tus extremidades. Extrañaría su dulce voz mencionando su nombre, en persona y a través del teléfono cuando estaba en sus tardes de la oficina tratando de resolver algún caso.

Ella viviría siempre en su mente. Ella estaría a su lado incluso cuando no la pudiera ver. Sabía que a pesar de que solo unos días atrás se veía feliz y habían ido a comer en ese restaurante en el centro de su ciudad natal en el país mexicano, era la señal de que solo se estaba despidiendo. De que, quería irse al otro mundo recordando la sonrisa de sus hijos y actual esposo. Necesitaba demostrar a todos que su partida era parte de vivir, que tarde o temprano ella se tenía que ir.

Pero Quackity prefería que lo hubiera hecho antes.

Aquella tarde soleada en la ciudad de Santa María Del Oro. Guadalupe Azcárraga Domínguez, esposa de Alessio Santoro, Madre de Quackity y Ranboo Santoro. Fue enterrada en su ciudad natal, víctima del cáncer de mama que le arrebató la vida a la edad de cuarenta y cinco años. Familiares y amigos estuvieron presentes durante el entierro, en dónde todas las miradas se posaron sobre el hijo mayor, quien no derramó ni una sola lágrima.

Pues ya no le quedaba nada luego de haberla encontrada muerta en su habitación en el hospital, sentada al lado de la ventana mientras tenía una cálida sonrisa.

Ya no podía seguir llorando.

Poco a poco las personas se retiraron del cementerio, hasta que solo los familiares cercanos se quedaron solitarios frente a la tumba que comenzaba a ser llenada por la tierra que la vio crecer. El joven adulto de ojos dorados sonrió con amargura, buscando entre sus pertenencias una cajetilla de cigarros de dónde tomó uno. El chico de cabello bicolor se le quedó mirando a su hermano mayor, para luego guiar la vista hacía su progenitor que no dejaba de mirar la tierra caer al agujero.

—A mamá nunca le gustó que fumaras. Sobre todo a la edad que tienes.

Quackity no pudo evitar reír por el comentario del menor, saco su encendedor e ignoró al muchacho que siguió reclamándole por no escucharlo.

—A mamá siempre le pareció curioso mi forma de actuar. Y sí, sé que le molestaba que fume, pero como ella después me dijo "Es tu vida, haz de ella lo que quieras, pero no lastimes a otros".

Expulsó el humo lejos de su hermano, llevando su rostro hacia el lado contrario del menor para evitar ver su rostro, el cual ya estaba destrozado en llanto.

—Vas a lastimarme a mí si tú también te vas.

Aquellas palabras le hicieron girarse sorprendido al menor, quien se abrazaba a sí mismo mientras limpiaba sus lágrimas. Estiró su brazo para alcanzar al adolescente, envolviéndolo en un fuerte abrazo el cual fue correspondido, estando bajo la atenta mirada del hombre mayor.

—Tranquilo, no voy a irme de tu lado, ni siquiera muerto. Voy a jalarte las patas cuando duermas para que sepas que estaré ahí.

Se mofó de manera notable y en broma del menor, continuó soltando leves risas incluso cuando Ranboo le golpeó las costillas por su mal chiste que si le saco una sonrisa, pero no era el momento para hacer ese tipo de bromas. El hombre de cabello canoso dejo escapar una sutil risa cuando vio a sus hijos volver a sonreír. Era agradable saber que a veces el mal humor desaparecía cuando Quackity estaba cerca, después de todo era la viva imagen de su madre, tenía sus actitudes y esa personalidad tan carismática que ni siquiera Ranboo pudo sacar.

La Granja [c!Quackity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora