La Granja [c!Quackity]

Capítulo 3

Creyó que habría algún problema que logrará atrasar su vuelo, algún percance provocara que el avión no despegará, incluso cruzó por su cabeza la idea de que a mitad del vuelo el avión tuviera una falla y cayeran en picada a una muerte segura. Por suerte, nada de eso ocurrió. Al menos, esperaba que algo malo le pasará a él. Pero eso tampoco sucedió. Su vuelo fue tranquilo, encontrándose relajado en primera clase sin algún tipo de ruido que perturbara su paz.

Durmió las tres horas de vuelo, lo que duraba su viaje. Al llegar hasta la ciudad de Campbellsville, Kentucky; había un chófer privado esperándolo en el aeropuerto para llevarlo hasta la granja de Sam. Solo llevaba equipaje para dos semanas o menos. Luzu le prometió que si en algún punto dado se sentía bastante incómodo junto al hombre, solo era necesario hacerle una llamada y compraría el primer boleto de avión de regreso a la capital del país. Agradeció ese gesto, sobre todo porque sabe de antemano que Luzu es la clase de persona que cumple sus promesas.

Cuando vio al hombre mayor sosteniendo un letrero con su nombre se acercó rápidamente a él. Le ayudo con su equipaje y lo guío hasta el auto negro que lo llevaría directo a su destino. Una vez dentro, el conductor le índico que sería otro viaje de una hora y media, que a la zona donde se dirigían estaba bastante retirada. Quackity solo asintió y busco entre sus cosas la laptop que siempre cargaba consigo, el castaño le había aclarado que le envío un correo con tal la información que habían logrado encontrar de aquel hombre.

Al parecer, Sam Winchester había nacido el 12 de octubre de 1996, lo único que se sabe de sus familiares son los nombres de sus abuelos maternos. Clara y Oliver Blackhood. No hay registros de su madre, ni siquiera de su padre; algunos datos confirman que se casó a los 15 años de edad con la hija de unos granjeros vecinos, pero por causas desconocidas aquella familia se fue del estado y jamás volvió a saberse de ellos. Más tarde, y por lo poco que su madre le contó acerca de él, ella tenía dieciocho años cuando se casó con su padre, él tenía alrededor de veintiséis años cuando contrajo matrimonio con Guadalupe.

Actualmente, tiene 51 años de edad, tiene bajo su cuidado una granja que heredó de su padre, siendo el mayor exportador a tiendas locales de su zona e incluso de vez en cuando suele viajar hasta el centro de la ciudad para reabastecer unas cuantas tiendas orgánicas. La última revisión, luego de volver la ley de derechos de los híbridos y antropomorfos, se investigó que bajo su poder tenía al rededor de 16 tipos de especies de seres amorfos bajo su cuidado, la mayoría siendo animales de granja que explicaron que no tenían nada en contra de trabajar para aquel hombre.

Siempre le describían cómo alguien apasionado a su trabajo en el campo, los cultivos y ganadería eran su fuerte. Es un hombre de respetar y bastante popular entre granjeros, no ha tenido historial delictivo y tampoco alguna multa. Todo su historial se encuentra limpio, por lo que no es una persona que pueda causar problemas. Sin embargo, para Quackity sigue pareciendo extraño que se tenga el nombre de sus abuelos maternos pero no el de su madre.

También, los documentos no especificaban que se había vuelto a casar, incluso cuando su madre le mencionó que se casaron por el civil y ante la iglesia, por lo que se supone debería haber quedado algún tipo de registro sobre ello. La mayoría de esos documentos fueron proporcionados por uno de sus colegas que trabaja para el FBI, fue todo lo que pudo conseguir, pues se le denegó el acceso a más información debido a que Sam se había vuelto todo un fantasma en los registros del estado y su ciudad.

De hecho, tampoco saben si ese es su nombre real.

Quackity suspiró y cerró su laptop, tanta información lo estaba agobiando, no podía procesar casi toda esa información a la vez. Miró a través de la ventana el paisaje de la ciudad, observando los locales y hogares cercanos a la ruta 68 que atravesaba la ciudad. Miró con detenimiento cada calle y zona residencial, memorizando el camino mientras mentalmente recordaba los nombres de las calles por las que cruzaban.