Capitulo 4

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En la profundidad del bosque se escuchaban los pasos de un joven cultivador buscando, bajo el cielo nocturno y una luna brillante, su figura parece bañada de luz blanca.

Lan WangJi se abrió paso entre los árboles, deteniéndose con un silencio tenso ante ese cultivador de túnicas oscuras, que giraba una flauta del mismo color, entre sus dedos.

Alrededor se escucharon sonidos guturales de los cadáveres y las voces lejanas de los discípulos de Gusu anunciando una retirada. Wei WuXian estaba apoyado contra uno de los árboles, a su alrededor se percibía un humor tétrico y cauteloso.

—Wei Ying.

El nombrado hizo un gesto con su mano para detener cualquier intento de diálogo.

—Segundo Joven Amo Lan, ¿aún vamos a llamarnos tan familiarmente? ¿No crees que es hora de ser más formales?— Wei WuXian esbozó una media sonrisa rígida, ocultando sus propias penurias. Se cruzó de brazos sin dirigirle un segundo vistazo. —Ya hemos peleado tantas veces. A los ojos de todos, tal vez también a tus ojos, somos enemigos ahora.

Lan WangJi mostró un indicio de molestia en sus ojos claros, acercándose un paso más con Bichen en mano. La hoja nívea de su espada resplandecía bellamente, como la misma luna.

—¿Dónde está mi hermano?— el segundo jade de Gusu fue directo a la única cuestión que puede atarlo a esta conversación. Probablemente hay un caos en su mente y en su corazón por no ser capaz de contradecir aquello.

La sonrisa de Wei WuXian se amplió y soltó un largo suspiro, camino unos momentos alrededor, con los brazos por detrás, miraba al cielo nocturno mientras la cinta carmesí que ata su cabello se balanceaba a su paso.

—Relájate, somos enemigos pero no quiere decir que vamos a dañar a un líder de secta, sobre todo de Gusu Lan. Es la secta que más nos regaña y menos nos ataca por la espalda.— la mirada oscurecida del Patriarca se dirigió hacia una parte del bosque donde se escuchaba un ruido. —Te prometo que Zewu-Jun estará bien. Hablaré con Jiang Cheng y te lo devolveremos intacto.

Dando media vuelta, dio pasos largos a la dirección contraria.

Al darse cuenta de que Wei WuXian intentaba irse, Lan WangJi se acercó a una distancia que ya era una invasión al espacio personal. Sujetó el brazo del de túnicas oscuras, obligándolo a girarse para encararlo.

—¿Por qué sigues recurriendo a esas técnicas? Estás dañando tu cuerpo y tu corazón.

Wei WuXian emitió una risa fría y se liberó del agarre. —¿Otra vez estás con eso? ¿Vas a volver a decir que quieres llevarme a Gusu contigo? No solo eso, Zewu-Jun y tú están con lo mismo. Se creen justicieros y proclaman querer llevar a toda la secta Yunmeng Jiang, para limpiar nuestros corazones. Pero tú y yo sabemos la verdad, no importa cómo lo adornes, estamos siendo dirigidos a la muerte. Todas las demás sectas nos ven como una amenaza y están esperando que Gusu Lan haga el trabajo sucio de atraparnos.

Escuchando eso, Lan WangJi apretó el mango de su espada tan fuerte hasta que sus nudillos se volvieron blancos, parecía en medio de una lucha interna, —Yo...

A punto de mostrar el dolor a través de su rostro siempre inexpresivo, un repentino ruido de hojas y ramas siendo pisadas lo distrajo.

Lan WangJi apuntó con Bichen hacia la figura que emergía entre la espesura del bosque y la oscuridad, era un joven hombre encorvado arrastrando sus pies. Su largo cabello cubría el rostro en la postura en que caminaba, lo llevaba algo enmarañado; usaba túnicas en tonos oscuros grisáceos y la piel era pálida con un mismo tono gris.

En cuanto se acercó, Wei WuXian le recibió con un gesto amistoso y le quitó algunas hojas atrapadas en el cabello.

—¡Justo a tiempo!

Capturando a la Belleza [ChengXi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora