Capítulo 9: Un regalo para ti.
Apenas tenía dos horas de haberse levantado de la cama y era el segundo café que se tomaba en el día.
Intentó apurar su taza mientras su teléfono vibraba de manera insistente sobre el mesón de la cocina. Dejando escapar un suspiro apenas audible hizo la taza a un lado, apresurándose a contestar.
- ¡Siyeoooooooon! - Gritó Gahyeon desde el otro lado de la línea.
- ¡Gahyeon! - exclamó Siyeon, alejando el teléfono de su oído mientras esperaba que su prima terminara su grito de guerra.
- Solo quería asegurarme de que estuvieras completamente despierta - comentó Gahyeon, como si nada.
- Bueno, ahora puedes estar segura de que estoy despierta y sorda. - refunfuñó Siyeon, lavando la taza de café ya vacía.
- ¡Si eres exagerada! ¿Estás lista? - preguntó Gahyeon
- Al menos estoy despierta y tengo ropa decente. Es más, de lo que puedes exigirme.
-¿Cómo piensas ir de compras si aún no estás completamente despierta?
- No me pongas a prueba, puedo arreglar huesos en este estado, así que pórtate bien o tendré que practicar con los tuyos - respondió Siyeon, de mala gana.
- ¡Tranquila fiera! - la calmó Gahyeon, intentando no sonar asustada - Yo ya estoy lista y las chicas están terminando de arreglarse, así que puedes venir cuando quieras.
- Vale, vale, voy saliendo para allá.
-No te quedes dormida en el camino - dijo Gahyeon con una risa - Si tía Yoona se entera de que te estoy arrastrando así me matará.
- Tranquila, todo está bajo control, nos vemos en quince minutos.
- Llámame cuando estés frente al edificio. ¡Nos vemos!
No pudo evitar regañarse mentalmente por ser tan cabezota, mientras tomaba las llaves de su auto y salía de su apartamento. Al fin y al cabo, era su culpa estar tan cansada.
Había quedado unos cuantos días atrás con Gahyeon para ir a hacer las compras de navidad, sin embargo, se mostró entusiasmada cuando le ofrecieron una guardia nocturna la noche pasada, guardia que estuvo en extremo movida y que significó su llegada a casa casi a las 8 de la mañana. Y su encuentro con Gahyeon estaba programado para la 1 de la tarde, por su puesto, ya llevaba una hora de retraso.
El café había hecho que por lo menos coordinara un poco más. Cuando se había levantado estuvo a punto de quedarse dormida leyendo un mensaje de reprimenda de Gahyeon, así que el haber logrado vestirse y mantener una conversación coherente por un par de minutos era un logro digno de ser alabado.
Además, no podía retrasar más sus compras, la semana siguiente era navidad y Yuri, su otra mamá, llegaba un par de días antes. Eso, sumado al trabajo, limitaba su tiempo disponible para hacer compras a una salida al centro comercial apresurada con Minji, casi un día antes de la cena familiar.
Y Minji era tan eficiente ayudándola a escoger regalos como Gahyeon comportándose de manera normal, es decir, un completo desastre.
Así que aunque estuviese muriendo de ganas por regresar a su casa y quedarse escondida entre las sábanas tenía que obligarse a permanecer despierta. Por supuesto, la mala programación de los programas de radio no le ayudaba mucho, pero al menos el ruido la hacía espabilar a veces.
Luego de quince minutos que le parecieron eternos se estacionó frente a un gran edificio blanco, ubicado en una tranquila zona residencial. Estuvo a punto de empezar a tocar el claxon como una loca, más para despertarse que para lograr que Gahyeon bajara, pero luego recordó que tenía que llamarla primero, así que ubicó su celular, reprimiendo un bostezo, y marcó el número de su prima.
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You are my sickness [Suayeon]♡
AléatoireLos largos pasillos del hospital y las incontables guardias nocturnas eran el día a día de Siyeon. Con apenas tiempo para descansar, podría decirse que había descuidado su vida personal para dedicar ese tiempo extra en ayudar a los demás, pero todo...