Capítulo 23

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Capítulo 23: Vacío

Dejó que el agua corriera por su rostro, ardiendo al contacto.

Observó su reflejo en el espejo que se encontraba sobre el lavamanos, para encontrarse con una versión agotada de sí misma devolviéndole la mirada. Sus ojos enrojecidos le ardían a radiar, mientras una gruesas gotas saladas empezaban a formarse en ellos, deslizándose por sus marcadas ojeras sin que si quiera se molestara en detenerlas.

Abrió el grifo dejando correr el agua fría, para formar con sus manos un cuenco y lavar su cara por enésima vez en la noche.

Llevaba media hora repitiendo la misma acción, pero iba a necesitar mucho más que un poco de agua fría para recuperarse.

Dándose por vencida tomó la pequeña toalla que colgaba de la perchera tras la puerta para secarse un poco la cara antes de regresar a la cama, intentando no hiperventilar mientras caminaba a paso lento, envolviéndose luego con las sábanas y encendiendo el televisor.

Primer canal, una pareja adoptando un perrito.

Segundo canal, una pareja besándose.

Tercer canal, una chica escogiendo un vestido de novia.

Vaya mierda.

Paso los canales uno a uno, con la mirada ausente, hasta detenerse en uno especializado en manualidades y cosas estilo "hazlo tú mismo" en donde pasaban un programa de huertos caseros.

Siyeon no tenía ninguna intención de ponerse a plantar tomates en el balcón de su casa, pero ver eso era mucho mejor que llenar su mente de parejas amorosas haciendo actividades de parejas amorosas, mientras los presentadores se enternecían por su amor y esas patrañas.

Estaba harta de las parejas amorosas.

Por un momento tuvo la tentación de tomar su teléfono celular para revisar tonterías en sus redes sociales, pero recordó que, tan solo para evitar una conversación sobre los hechos matutinos, le había escrito a Minji y a Handong que estaba en extremo cansada y que se iba a dormir para no pensar en eso.

Lo cual, por supuesto, eran dos mentiras en una.

No podía dormir. Por un momento lo pensó, luego de quedar exhausta por las lágrimas derramadas, pero cada vez que cerraba sus ojos la visión de Hyung Sik y Bora inundaba cada espacio de su mente, acelerando el ritmo de su respiración y provocando una nueva oleada de lágrimas, cada vez más grande que la anterior.

Definitivamente no podía dormir.

Y tampoco podía dejar de pensar.

No podía dejar en pensar en Bora, en
su sonrisa y en lo cálido que se sentía
el escuchar su voz. No podía dejar de
pensar en lo mucho que la amaba aunque sus sonrisas fuesen para otra persona, aunque ella en su totalidad fuese para otra persona.

Era una idiota. De entre todas las chicas se había tenido que enamorar como una colegiala de aquella con la que no tenía ni la más remota posibilidad desde un principio, y, aun así, en vez dedarse por vencida al darse cuenta de la realidad, había creído que sería capaz de mantenerse a su lado, observándola de lejos y cuidándola, sin necesidad de enamorarse más.

Dios, cuanto quería en ese momento no haberse enamorado más.

Nuevamente el dolor en su pecho se instalaba, y los sollozos se hacían presentes agitando su respiración y lastimando su garganta.

Tenía que parar.

Llevaba toda la tarde llorando como una magdalena, y seguía volviendo al mismo punto. El punto en el que Bora ahora era oficialmente la prometida de Hyung Sik y no una maldita invertida como Siyeon, por lo que a ella no le quedaba más que mirar lo felices que eran mientras se hacía a un lado, a un costado de la vía.

You are my sickness [Suayeon]♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora