XVII.

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Chan despertó de golpe, sintiendo un dolor, apenas soportable en su cabeza. Miró a los alrededores.

No reconoció nada, su último recuerdo era que le habían disparado, y Junhui estaba a su lado.

Se levantó de la cama, caminando con temblorosidad. También se dió cuenta de su abultada pancita, se suponía que apenas llevaba unas semanas, ¿Cómo era que su pancita era así de grande?

Salió de la habitación, la casa era la misma donde estuvo viviendo los últimos años, con los chicos después de huir de donde los tenían aislados.

Bajó las escaleras, encontrándose con Myeongho cargando a un bebé de apenas unos meses, intentando que durmiera, pero el bebé, parecía no querer dormir.

Jeonghan salió de la cocina con el cabello naranja, que le media hasta los hombros, con Hanji colgada de su espalda. Jeonghan llevaba una cuchara de comida, que le dio a probar a Myeongho, y este sonreía por el sabor.

Su mirada viajó a su mejor amigo que cantaba una canción en inglés, mientras su pequeño hijo cantaba a la par con él, pero un poco débil, a la vez un poco mal pronunciado.

Yena salió con Joono, llevaba un oso blanco, con unos moñitos iguales a los de ella.

—tío Hao, cuando vamos a darle el oso a papá Chan — Chan miraba extrañado como le habían dicho a Myeongho, pero este sonrió.

—deja que llegue Soonyoung... — dijo Myeongho y levantó la mirada por las escalera, viendo a Chan de pie ahí.

Myeongho se quedó pálido, los niños miraron hacía arriba y gritaron "papá Chan", mientras este terminaba de bajar las escaleras y ellos lo abrazaron.

Jeonghan y Samuel también se quedaron sin habla, pero se acercaron a él, mientras lo revisaban.

—¿Qué pasó? ¿Seguimos en Boston? — los mayores se miraron, mientras Chan tomaba el osito que sus hijos le ofrecían.

—estamos en Corea... Seúl, Corea del Sur — mencionó Samuel, mientras cargaba a su hijo, que tenía los ojos de Samuel, pero todo lo demás era de Seokmin.

—¿Y el disparo? — Jeonghan miró hacía el mismo lugar donde Chan veía.

—no tienes nada... —

—¿La guerra? — Chan estaba cada vez más confundido.

—no hay ninguna... o ninguna de la que no sepamos... — Myeongho lo miró ladeando la cabeza.

—¿Chan? ¿Estás bien? Te pegaste muy fuerte en la cabeza — Chan miró a Samuel.

—¿Eh? —

—te caíste en la regadera, Junhui te encontró... dijeron que estabas muy grabe, que si no despertabas en una semana, no había mucha esperanza — Chan tocó su cabeza, sintiendo la venda en ella. —y despertaste en el cuarto, ¿no te acuerdas? —

Chan negó, no recordaba que se había pegado en la cabeza, lo que recordaba, es que estaba en Boston, una guerra, que huyeron. No recuerda nada más desde ahí.

—Junhui te tendrá que llevar al doctor... — dijo Jeonghan.

—¿No eres enfermero? —

—me da asco la sangre... soy chef — contestó Jeonghan con una sonrisa, miró a Samuel.

—me salí cuando me enteré que venía este chiquitín — pellizco levemente la mejilla de su hijo.

La puerta se abrió, entró Seungcheol de traje, con gafas de sol, y su teléfono en mano.

Incompatible (JuNo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora