-Estoy nervioso, no te lo puedo negar. Ni siquiera cuando nacieron nuestras pequeñas fieras estaba cómo estoy ahora. -Confesó Sasha ajustándose el nudo de la corbata.
-Es normal que estés tan nervioso, ansioso y preocupado. -Respondió Sol. -Yo me siento exactamente igual, amor. Tenemos cuatro pequeñas fieras en casa y ahora estamos a punto de sumar otra pequeña fierita más a nuestra familia numerosa. Pero estoy inmensamente feliz, aún no me lo puedo creer que hayamos logrado adoptar a ese pequeño greñudito cuando todo parecía estar en nuestra contra.
-Pero ha pasado fiera, ahora es nuestro hijo y será tan amado y querido como nuestras pequeñas fierecitas. -Declaró Sasha dando un abrazo a su esposa.
Ambos estaban expectantes en la entrada de aquel orfanato esperando por el nuevo miembro de la familia Hoffman.
Por circunstancias de la vida, el camino de Sasha y Sol se cruzó con la de un niño indefenso que vivía en muy malas condiciones con padres que lo maltrataban. Entonces Sasha decidió darle ese pequeño príncipe una vida feliz, con una familia amorosa y un hogar donde jamás le faltaría cariño.
Sol agarró la mano de su esposo cuando un niño de unos ocho años salió por la puerta acompañado de la asistenta. Él tenía los cabellos largos y rubios, unos hermosos ojos azules y la mirada desconfiada. Iba agarrado de la mano de la mujer que los había ayudado en todo el procedimiento de adopción y en la otra arrastraba una guitarra que era más grande que él.
-Alexander a partir de ahora, como ya lo sabes, la señora y el señor Hoffman serán tus papás. - Dijo la asistenta y el niño levantó la cabeza para mirarla y después dirigió sus ojos a la sonriente pareja.
El niño ya los había visto antes, pero le causaba miedo tener que irse con ellos. En su anterior hogar él había vivido un verdadero infierno y no sabía que podía esperar de aquella nueva familia.
-Hola Alexander. -Dijo Sasha colocándose a la altura de los ojos del niño. -¿Estás preparado para conocer tu nuevo hogar y tus nuevas hermanas?
Alexander levantó la cabeza para ver a la asistenta que lo animó a contestar. Entonces el niño volvió su atención a Sasha.
-¿No me van a pegar? -Preguntó con timidez y un poco asustado.
El corazón de Sol se estrujó al escuchar esa pregunta y se puso al lado de Sasha mirando el pequeño greñudito con ternura.
-Por supuesto que no cariño, solo te daremos todo el amor que te mereces. Estoy segura de que te encantará conocer a las niñas y el resto de nuestra familia.-Aseguró Sol con una sonrisa.
Sasha miró la guitarra y se fijó que en ella había un nombre grabado.
-¿Lex? -Se interesó. -¿Así es cómo te gusta que te llamen verdad? -Preguntó con interés y niño asintió. -Es curioso, porque tenemos el mismo nombre y a mi también me gustan que me llamen de otra manera. Todos me dicen Sasha.
-A mí me gusta que me digan Lex, como Lex Luthor -Contestó el niño bajito.
-¿Cómo el villano de Superman? -Indagó intrigado y Lex asintió. -Pero es malo.
-Y también muy listo, me gustan las personas inteligentes. -Expuso Lex abrazando su guitarra.
Sasha sonrió maravillado con el pequeño de cabellos largos, en tan poco tiempo ya sentía que Lex había robado una parte de su corazón.
-Estoy segura de que eres un niño muy inteligente y que también serás muy talentoso. - Opinó Sol señalando la guitarra. -Puedo ver en esa carita que eres un artista y te aseguro que en nuestra casa hay muchos, Sasha es uno de ellos.
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Entre hermanos (COMPLETO)
Teen FictionNikki Hoffman podía tener a cualquiera, todos los chicos que pertenecían a la alta sociedad de Londres arrastraban la baba por ella, pero Nikki puso sus ojos en el único hombre que no podía tener, el hijo adoptado de sus padres, Lex Hoffman. Para L...