En menos de un segundo, después de haber confesado lo que sentía por Nikki a su mejor amigo, Ben se vio con rostro pegado a la pared y Lex detrás de él con la pretensión de asesinarlo.
—¡No te quiero faltar al respeto hermano! –Se defendió Ben. —Solo busco tener tu permiso para estar con la chica que me gusta. Confías en mí y sabes que jamás le faltaría a tu familia.
—¡Es mi hermana! —Vociferó Lex sin poder contener su ira.
—¡Y yo soy tu mejor amigo, Lex! —Replicó Ben y Lex lo giró para mirarlo de frente.
—Empiezo a dudar si de verdad eres mi amigo Ben porque, ¿cómo se te ocurre pedirme algo así?
—Porque te tengo cariño hermano y sé que tú a mi también. —Respondió Ben intentando apaciguar la rabia de su amigo. —La quiero con sinceridad Lex, jamás te pediría algo así si quisiera a tu hermana para pasar un rato. De verdad que Nikki me gusta y quiero que sea mi chica. ¡Piensa Lex! ¿Prefieres verla con cualquier otro arriesgando que puedan hacerle daño o conmigo que me conoces tan bien y sabes el tipo de hombre que soy?
Lex lo soltó y se puso pensativo. Lo cierto es que no quería verla con nadie, le costaba asimilar la idea de ver a Nikki teniendo una relación con cualquier otro hombre y no sabía exactamente porque se sentía de esa forma. Pero Ben estaba en lo correcto, por lo menos a él lo conocía y sabía que cuidaría de ella. También porque no podía molestarle verla con otro, por lo menos no con un hombre que era de su máxima confianza.
—No tengo cabeza para pensar en eso ahora, ya lo hablaremos más adelante. —Evadió Lex el asunto pues no le apetecía seguir pensando en Nikki y Ben pasó el brazo por encima de sus hombros con una gran sonrisa en el rostro.
—¿Eso significa que sí? —Preguntó Ben entusiasmado.
—¡He dicho que ya lo veremos! —Rebatió Lex molesto con la insistencia de Ben. —Ahora vamos a buscar un bar que esté abierto para beber, necesito sacarme de encima el estrés que me causado esa leoncita.
—Está bien, vamos a celebrar que seremos cuñados. —Se aventuró Ben y Lex contestó con un gruñido. —Pero tampoco debemos pasarnos, recuerda que mañana tenemos compromiso en el gimnasio. Todos echan de menos verte pelear, al igual que a tu padre y no te vas a escapar.
Para el día siguiente cuando Lex se paró de la cama lo único que quería era seguir metido en ella. Había pasado toda la noche bebiendo, dando vueltas en lo que había sentido la noche anterior con relación a Nikki y en los sentimientos que Ben tenía por ella.
Lex solo quería seguir debajo de su manta y si era posible con otra botella de alcohol porque la cabeza le iba a estallar con tantos cuestionamientos que se hacía a sí mismo.
Pero le había prometido a sus amigos que iría a gimnasio, además, porque allí encontraría a Sheila, la chica con la que había tenido un par de encuentros casuales cuando vivía en Londres. Lex sabía que ella buscaba una relación, pero él no estaba para esos asuntos, solo le interesaba divertirse un rato y quien sabe si así dejaría de pensar en la Leona con sus locuras.
Lex se asomó por la ventana con un fuerte dolor de cabeza al escuchar el sonido del claxon seguro de que era Ben, que se había presentado a primera hora para sacarlo de la cama.
—Primero dice que quiere salir con Nikki y ahora me despierta a estas horas y con resaca. De verdad que este imbécil se está buscando la muerte. —Rezongó para sí mismo antes de bajar.
En el auto Ben le hizo un puchero a su amigo, no le pareció extraño su malhumor pues eso era algo muy típico en Lex y este ya sabía lo que quería.
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Entre hermanos (COMPLETO)
Novela JuvenilNikki Hoffman podía tener a cualquiera, todos los chicos que pertenecían a la alta sociedad de Londres arrastraban la baba por ella, pero Nikki puso sus ojos en el único hombre que no podía tener, el hijo adoptado de sus padres, Lex Hoffman. Para L...