Capítulo 10: Nuestra primera vez

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***Hak***

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La cabeza me dolía demasiado, todo me daba vueltas y no entendía del todo en donde estaba ni que fue lo último que hice. Hubiera preferido seguir así, pero imágenes vinieron rápidamente hasta mi mente recordándome lo que había hecho, los ojos color rojos que me miraban presos del pánico y de cuanto esfuerzo hizo por hacer reaccionar mi mente cegada por el celo. Por último recordaba algo peor. La mordida. Rápidamente traté de enderezarme pero sentí como era regresado a la cama.

-No Hak, aun no te encuentras bien- esa voz yo la conocía así que rápidamente busque su rostro con mis ojos. Debo de admitir que tenía miedo de lo que encontraría, pero era más mi desesperación por saber cómo se encontraba.

-¿Yona?- cuando nuestros ojos se encontraron sentí muchas cosas, por una parte me sentía aliviado al ver que se encontraba bien, pero por otra me sentía un miserable cuando ella me miraba con ese rostro preocupado, estaba cuidándome, después de lo que traté de hacerle, ella seguía aquí a mi lado.

-Gracias a dios el inhibidor esta surtiendo efecto, pero aún no es suficiente, así que descansa- ¿Esa era una voz de alivio? ¿Cómo podía comportarse así con el alfa que casi la obliga a estar con él?

-Puedes retirarte- volví mi vista al techo, me sentía un asco de persona, ¿Cómo podría ser posible que me saliera de control? Justo con Yona.

-¿Ehh?

-Estoy mejor, así que puedes retirarte- no podía ni verla sin dejar de sentirme de esa manera

-Pero...

-Ya hiciste suficiente Yona, así que vete ¿O es que acaso no tienes miedo de lo que pueda hacerte?

-Yo no te tengo miedo Hak- aquella voz era de determinación- sé que no harías nada que me lastimara- escucharla decir eso me enojo más, porque era precisamente lo que estaba dispuesto hacerle hace unos instantes.

-¿Qué dices?- me enderece a verla y ella estaba ahí sentada a mi lado con su mirada inocente pero determinada- tú y yo teníamos un trato, no pasaremos nuestros celos juntos, así que es mejor que te vayas

-Eso lo sé, pero no puedo irme y dejarte así en ese estado

-Yona, hace unos instantes deseaba hacerte muchas cosas, así que por favor vete antes de que no pueda volver a controlarme- estaba perdiendo la poca paciencia que me quedaba, peor aún, estaba comenzando a desearla, mi cuerpo entero me suplicaba por su aroma, por su piel y sus besos.

-Ya te dije que no puedo solo irme de aquí- pude ver como estaba a punto de tocarme la mano, pero una ola de mis feromonas la detuvo en seco

-¿Por qué? ¿Por qué vas a arriesgarte a estar aquí conmigo?

-Porque soy tu omega- tanto ella como yo nos quedamos sorprendidos por sus palabras y note como levemente sus mejillas se volvieron rosadas- eso me has repetido hasta el cansancio desde que... acepte tu ayuda, así que esta más que claro que yo me sienta con este derecho de quedarme a tu lado- miraba hacia el suelo avergonzada y yo deje salir el aire mostrando que me había dado por vencido, no podía ni quería alejarla de mi lado y sabía que en algún momento me podría arrepentir de no hacerlo- además, hay algo que quiero platicar contigo, así que disminuye tus feromonas porque me está comenzando a dar nauseas- mi estado nervioso había ocasionado que mis feromonas se volvieran pesadas, así que rápidamente las disminuí.

-Lo lamento- ella hizo un gesto para que no le tomara importancia y después suspiro profundamente, como si se estuviera preparando para decir algo que le costaba mucho trabajo.

A ESTO SE LE LLAMA DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora