El viernes llegó, y la noche se llenaba de emociones en el bar Mamamia. Me había propuesto la idea más osada que había tenido en toda mi vida: seducir a Vittore Cacciatori y llevármelo a la cama para perder la virginidad de una vez por todas.Mientras esperaba ansiosa, la ilusión de verlos entrar por la puerta y la esperanza de que esta velada fuera especial me hacían sentir nerviosa y expectante.
Marianne, mi hermana, los había invitado a la celebración del inicio del verano en el bar, pero el tiempo pasaba y ellos no aparecían. Por supuesto, ellos no habían confirmado que irían, pero yo tenía la esperanza de que, como en las películas románticas, aparecieran cuando menos me lo esperaba.
A pesar de mi optimismo, la desilusión ya empezaba a asomarse; sin embargo, me esforzaba por mantener la sonrisa y disfrutar de la velada junto a los demás.
A cierta hora, como siempre, un bullicioso grupo llegó dirigido por la mariposa social, Giuseppina. Milo los acompañó hacia el área de la discoteca, donde ya estaba preparada la mesa principal, y las luces de láser se disparaban por doquier mientras el disc-jockey ponía lo mejor de la música trance.
Marianne, me guió a través de la multitud enérgica que llenaba la sala de fiestas. Luces de colores parpadeaban al ritmo de la música electrónica que vibraba en el aire. A pesar del bullicio y la diversión, Marianne tenía una mirada decidida en su rostro mientras me llevaba hacia una figura alta y enigmática en la cabina del DJ.
El DJ estaba ocupado mezclando pistas en su mesa, concentrado en cada movimiento que hacía. Mientras su atención estaba en la música, no pude evitar notar su cabello oscuro con un mechón lila y su aspecto misterioso. Marianne le dio un toque en el hombro, y él se volvió hacia nosotros con una sonrisa amistosa.
—Elena, permíteme presentarte a alguien muy especial —anunció Marianne, su voz apenas audible por encima de la música. —Este es Riccardo, pero algunos lo conocen como 'Sinfonía'. Riccardo es el talentoso DJ que también nos salvó con su habilidad en la tecnología.
Lo que Marianne estaba tratando de decir disimuladamente era que Ricardo era el hacker que había recuperado el vídeo que borró de los Cacciatori. El muchacho asintió con una sonrisa modesta y extendió la mano hacia mí.
—Es un placer conocerte, Elena. —Marianne me ha hablado mucho sobre ti.
Estreché su mano, impresionada y agradecida por su intervención.
—Mucho gusto, Ricardo. No sé cómo agradecerte lo que hiciste. Ese video era realmente importante para mí.
—Me alegra haber podido ayudar. —él asintió, guiñándome un ojo. —Si alguna vez necesitas ayuda con algo más, no dudes en decírmelo.
—Gracias... —me sentí fascinada por la dualidad de sus talentos.— Debe ser genial tener la habilidad de la música y la tecnología al mismo tiempo. —Ricardo rió suavemente.
—Sí, a veces la música y la tecnología se entrelazan de maneras sorprendentes. Pero, por ahora, ¿cómo te gustaría disfrutar de la fiesta? ¿Quieres que te muestre un truco de DJ mientras estamos aquí?
—¡Por supuesto! —asentí emocionada.
Riccardo regresó a la mesa de mezclas y comenzó a demostrarme cómo mezclaba y combinaba diferentes pistas, creando una mezcla enérgica y contagiosa que hacía que los corazones en la pista de baile se sincronizarán y todos se movieran al unísono, como poseídos por la música. Marianne y yo nos unimos al ritmo, perdiéndonos en la pista.
Minutos después salimos de la marea de gente y buscamos una mesa. Vimos a Gio sentado tomando su bebida y nos acercamos.
—¡Uy, estoy exhausta! —dijo mi hermana, antes de dejarse caer en el sillón.— ¿Podemos sentarnos aquí?
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Il bel caffè
Любовные романыElena es una joven de veinticuatro años, que está decidida a perder su virginidad de una vez por todas, por razones personales se muda a italia y empieza a trabajar en el bar cafe de su hermana. Elena nunca se imaginaría que allí en aquel pueblito...