Déjame hablarte de mi crush italiano, es un hombre, amable, carismático, físicamente hermoso, alto, con el pelo oscuro y con un estilo elegante perfectamente estilizado.
La primera vez que lo vi, el tiempo se congeló frenando el mundo bajo mis pies y a pesar de que estábamos a tan solo cinco grados mi cuerpo se calentó en el acto. En ese momento, yo aún no sabía que estaba frente al amor de mi vida; Pero empecemos desde el principio, porque todo esto pasó en el «Mamamia», ubicado en un pequeño pueblito italiano de la región de Lacio, en Roma.
Cada mañana a las cinco de la madrugada, El «Mamamia» bar café, abría sus puertas a las personas que se levantaban temprano para ir a trabajar, para que todos sus clientes pudieran llevar consigo el sabor y el dulce aroma del café recién molido.
Cuando llegué a Italia, no tenía muchas expectativas de mi futuro; sin embargo, era una manera de volver a empezar. Atrás había dejado mi vida, tanto mis alegrías como mis esperanzas.
Mi hermana y su esposo me esperaban en el aeropuerto, en cuanto me vieron aparecer, me cubrieron con un «giubbotto» y me llenaron de abrazos, lo cual agradecí, porque el ambiente allí era mucho más frío que en mi país natal.
Roma era un lugar hermoso, lleno de historia y un aire de elegancia, yo miraba por la ventada del vehículo en el que íbamos, embriagada por el majestuoso paisaje. Mientras, iba memorando en mi cabeza el conjunto de circunstancias que tuvieron que combinarse para que yo estuviera allí.
Nuestra madre no había dormido esperando noticias mías, por eso mi hermana empezó una videollamada con ella para hacerle saber que ya había arribado, la saludé y al mismo tiempo le envié por WhatsApp un sticker de pulgar arriba a mi mejor amiga Bee, como habíamos acordado para avisarle que había llegado bien.
Después de estar una hora en la autopista, tomamos un desvío y nos adentramos por un camino que conducía a las montañas, mi hermana se dirigió a mí mirando a su esposo con complicidad.
-La primera vez que Alessio me trajo aquí, este lugar me pareció tan vacío y recóndito que pensé en mi cabeza, que tal vez era un asesino en serie y terminaría muerta y enterrada en el bosque. -ambos estallaron de la risa, yo sonreí tímidamente mientras pensaba lo perturbador que aquello sonaba como parte de la historia de su relación. -ahora me río, pero en ese entonces estaba muerta del miedo -suspiró con la mirada perdida en la carretera- pero todo salió bien, ¿no es así querido?
-Sí -contestó él y ambos volvieron a reír.Marianne era mayor que yo por ocho años, era una mujer voluptuosa de cabello oscuro, abundante, ondulado y piel tostada; se había casado con Alessio cuando ella tenía dieciocho y él treinta, cumpliendo para entonces doce años de casados. Actualmente Alessio seguía siendo un hombre atractivo, con el pelo color plateado y una barba a tono que lo hacían también interesante, como sucede con los hombres de su edad.
En la cima de una de las montañas se veía posado el pequeño pueblo apacible y sereno. La casa de mis familiares, estaba en una zona residencial de hermosas casas escalonadas en lo alto, pintadas en tonos similares.
-¡Es hermoso! -exclamé embobada- Como todo está perfectamente armonizado.
-Sí, el gobierno ordena que las casas sean pintadas en una secuencia de colores en específico -me contestó mi cuñado- eso para no deslucir el paisaje y mantener ese aire romántico.
-¡Que hermoso!. -me quedé mirando al horizonte. A la distancia se veía una enorme mansión coronando la montaña.- Es hermosa esa propiedad. -comente. Alessio siguió mi mirada y en seguida supo a lo que me refería.
-Es la casa del Arquitecto, es un hombre muy inteligente y poderoso que ha dedicado su vida y fortuna al paese.
-Oh ya veo... -respondí todavía más intrigada.
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Il bel caffè
RomansaElena es una joven de veinticuatro años, que está decidida a perder su virginidad de una vez por todas, por razones personales se muda a italia y empieza a trabajar en el bar cafe de su hermana. Elena nunca se imaginaría que allí en aquel pueblito...