•Disaster•

Salvando a Bella

Luego de haberme calmado y a ver hablado acerca de lo que Jacob había hecho, llegamos a un acuerdo junto con la familia Cullen, si bella se enteraba, los Volturis no debían de saberlo. Alice llego rápidamente junto con Jasper, algo preocupada, y la tensión que había en el lugar volvió a florecer.

-Bella está en peligro –Dijo preocupada.

Me levante rápidamente, a lo que Edward Cullen imito mi acción.

-Se donde esta, iremos en el auto de Carlisle –Tomo mi mano y rápidamente nos dirigimos al garaje de la mansión Cullen.

Carlisle se acercó a nosotros antes de que Edward prendiera el auto.

-No maten a nadie, por favor, y lo digo por ti Edward –Hablo preocupado Carlisle.

Edward asintió y salimos del garaje con el auto a toda velocidad. Iba demasiado nerviosa y Edward estaba tenso por todos los problemas. El de vez en cuando, me hablaba diciendo "Todo estará bien" "bella estará a salvo". Eso me tranquilizaba, aunque no por mucho tiempo. Llegamos a un estacionamiento oscuro, donde no se transitaba mucho. Vimos a lo lejos unos hombres rodeando a mi hermana, tratando de tocar su cabello. Edward casi atropello a uno de los hombres que estaba rodeando a bella, obligándole a retroceder hacia la acera de un salto. Bella se lanzó en medio de la carretera. Abrí rápidamente la puerta del auto plateado, saliendo así también Edward detrás mío.

-Entra –Ordeno Edward a bella, con una voz furiosa.

Bella rápidamente entro al auto, sentándose en la parte de atrás, trabando así la puerta de esta. Podía sentir su respiración algo agitada, y el miedo. Edward le gruño a los hombres, haciendo que estos retrocedieran del miedo.

-Vamos, no valen la pena estos idiotas –Dije tomando su brazo.

El sin mirarme retrocedio hacia el vehiculo, entrando ambos en este. Edward acelero haciendo que los neumáticos hicieran un ruido fuerte, dando así un volantazo que hizo girar el vehículo hacia los atónitos hombres de la calle antes de dirigirse al norte de la ciudad.

-Ponte el cinturón de seguridad –Le ordené; entonces la vi aferrada al asiento con las dos manos.

Obedeció rápidamente. El chasquido al enganchar el cinturón sonó con fuerza en la penumbra. Edward avanzo a la izquierda para avanzar a toda velocidad, saltándose varias señales de stop sin detenerse.

Me sentía totalmente aliviada, por el momento, necesitaba llevar a bella a casa. La mire con profundo alivio, un alivio que iba más allá de mi repentina liberación.

- ¿Están enfadados conmigo? -Pregunto bella, con voz ronca.

-No –respondí tajante, aunque mi tono de voz parecía de furia.

Nos quedamos en silencio, mientras yo contemplaba la cara de Edward mientras el miraba al frente con unos ojos rojos como brasas, hasta que el coche se detuvo de repente. Mire alrededor, pero estaba demasiado oscuro para ver otra cosa que no fuera la vaga silueta de los árboles en la cuneta de la carretera. Ya no estábamos en la ciudad.

- ¿Sabrina? -Pregunto con voz tensa y mesurada.

- ¿Sí?

Mi voz sonaba ronca. Intente aclararme la garganta en silencio.

- ¿Estas bien?

Aun no me había mirado, pero la rabia de su cara era evidente.

-Si –Conteste con voz ronca.

-Distráeme, por favor –Ordeno.

Puse mi mano en su hombro, sintiendo como lograba relajarse un poco.