¿Cullen disculpándose?

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Toda la noche estuvo Edward Cullen en mi mente, después de aquel incidente con la furgoneta y con bella, nunca en mi vida había estado más estresada de lo normal. Después de aquel incidente, el aparecía en mi cabeza, en mis pensamientos, a veces no solo aparecía una imagen de él viéndome con esos ojos cafés dorado, sino que hasta a veces su nombre resonaba en mi cabeza, como un disco con una sola canción, su nombre se repetía constantemente.

El mes siguiente al accidente fue violento, tenso y, al menos al principio muy embarazoso.

Para mi desgracia, bella y yo nos convertimos en el centro de atención durante el resto de la semana. He escuchado que Tyler Crowley andaba detrás de bella toda la semana, hasta consiguió la dirección de mi casa y todos los días venía a verme, era algo insoportable, en cualquier lugar que me veía se acercaba a mí, obsesionado con compensarnos a mí y a bella de algún modo. Intente convencerle de que olvidara lo ocurrido, pero continuaba insistiendo. Me seguía cuando llevaba a bella a la escuela, hasta cuando la iba a buscar, o cuando íbamos a cenar con Charlie, él ya sabía dónde cenábamos y se sentaba al lado de nosotros, poniendo a Charlie incomodo y de mal humor.

Nadie considero preocuparse por Edward y bella, aunque siempre que llevaba a bella al instituto bella hablaba con sus amigos y le decía que yo y Edward éramos los héroes de la historia, que gracias a nosotros ella estaba bien, a lo que sus amigos comentaban que no nos habían visto y menos a Edward hasta que corrieron la camioneta.

A mí y a Edward jamás nos rodearon curiosos que desearan oír la historia de primera mano. La gente lo evitaba como de costumbre.

Tenía muchas ganas de hablar con Edward y lo intente al día siguiente del accidente. La última vez que lo vi, fue fuera de la sala de urgencias, aunque habíamos hablado muy poco y hasta llegamos a reírnos de las enfermeras del hospital. Bella aún seguía enfadada con nosotros, pero no volvió a tocar el tema, o al menos conmigo. Pero lo cierto es que ella tendría que estar más que agradecida por haberla salvado.

Hace unos días, Fui a buscar a bella con su camioneta ya que ella había ido en autobús. Estacioné la dicha camioneta y ahí mismo lo vi, parado al lado de su auto mirando hacia el bosque que estaba detrás de la escuela. Baje de la camioneta y camine directamente hacia él, espere a que girara su cabeza para saludarme, pero no dio señales de a verse percatado de mi presencia.

-Hola, Edward –dije en tono agradable

Giro su cabeza y solo asintió sin mirarme a la cara y volvió su vista hacia el bosque.

Y ese fue el último contacto que había tenido con él, aunque todos los días estuviera ahí, a treinta centímetros. A veces, incapaz de contenerme, le miraba a cierta distancia, en el estacionamiento del instituto. Contemplaba como sus ojos cafés dorados se oscurecían de forma evidente día a día. Su nombre seguía resonando en mi cabeza día y noche, cómo si el me necesitara o como si yo necesitara ir a buscarlo.

A pesar que mentía a todo el mundo descaradamente, Charlie se dio cuenta y comenzó a preocuparse por verme algo triste estos días. Intente convencerlo de que estaba bien y que eran cambios de humor míos.

Por fortuna, la nieve se fundió después de aquel peligroso día. Pero nuevamente volvió el día nublado y lluvioso que tanto me gustaba, y de mientras pasaron las semanas.

Pase a buscar a bella con la camioneta al instituto sin mirar a nadie ni darle importancia a nada ni nadie. Baje de esta y saque mi teléfono para distraerme un poco hasta que bella saliera del instituto que solo faltaban veinte minutos.

-¿Sabrina?

Su voz no debería de resultarme tan familiar, como si la hubiera conocido toda mi jodida vida.

Levante la cabeza, y ahí estaba viéndome con esos ojos, aunque eran iguales a los míos.

-Ah, solo eres tú ¿vuelves a hablarme Cullen? -le pregunte finalmente, con un tono enojado en mi voz. Sus labios se curvaron, mientras agachaba su cabeza, tratando de esconder una sonrisa.

-No, en realidad no –admitió.

Rodeé los ojos y volví a prestar atención a mi teléfono.

-Entonces, ¿En qué te puedo ayudar? -Le pregunte sin sacar mi vista de mi teléfono.

-Lo siento –parecía sincero –Estoy siendo muy grosero, lo sé, pero de verdad que es mejor así.

Volví a mirarlo y su rostro estaba muy serio.

-No sé qué quieres decir –Le dije confundida por sus palabras.

-Es mejor estar alejados, Lo digo por todo lo que paso, nos exhibimos demasiado a los humanos y más frente a tu hermana. -Explico. -Créeme.

Rodee los ojos

-Es una lástima que no me lo hayas dicho antes –Murmure –Te podías a ver ahorrado todo lo del accidente, Yo podía sola.

-¿Ahorrado? ¿Ahorrado por qué?

-Por no dejar lo de la estúpida furgoneta en mis manos, yo sabía lo que hacía.

Estaba atónito. Su rostro me miro con enfado para luego hablar.

-¿Crees que me arrepiento de a verle salvado la vida a tu hermana?

-Si, sino porque me estarías evitando. -Dije algo brusca

-No es verdad Sabrina.

Claramente se había enojado. Me di la vuelta ignorándolo, y me percate de la abolladura de la camioneta la cual con mis manos arregle, dejándola como antes. Vi a bella salir del instituto y comencé a caminar pero mi chaqueta se atoro en la puerta de la camioneta, haciendo que mi teléfono se callera en el frio suelo, solté una maldición y como pude abrí la puerta de esta y saque con cuidado mi chaqueta, cuando me gire para levantar mi teléfono del suelo, Edward ya se había adelantado a tomarlo, por lo cual lo tenia tendido frente a mi rostro.

-No te daré las gracias por eso –Dije con frialdad

-No hay de que –dijo rodando los ojos y con una mini sonrisa en su rostro.

Bella se acerco a nosotros y lo saludo a este, asiendo que Edward solo asintiera sin darle mucha importancia. Bella me miro, como esperando una explicación de que hacia Edward hablando conmigo, a lo que suspire.

-Charlie nos espera –Dije y bella entendió que no debía contarle nada.

Sin mas nos dirigimos a la casa sin hablarnos lo cual agradecía.  

  

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