SCAIF: Los Dos Reyes

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"Toda mi vida soñé con ver a Klaus convertirse en Rey... Mis ojos sólo querían mirarle ascender hasta lo más alto. Jamás quise estar en ésta posición, sin embargo, hice un juramento y voy a honrarlo, seguiré con su legado.

No importa el tipo de bestia o criatura que esté detrás de esa puerta, la aniquilaré, regresaré vencedor, y seré el Rey del Diamante".

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A diferencia del camino que se abrió ante Arwen, el camino que apareció frente al príncipe estaba lleno de luz, así que luego de desenvainar su espada y ser ovacionado por todo el Reino, el príncipe cruzó las puertas con notable prisa.

Al llegar al otro lado, quedó impresionado... El lugar se veía hermoso, como un sueño en las praderas... El puro aroma del aire y el olor a flores se le hacían conocidos de algún lugar, pero no lograba recordar de dónde.

— Morirás... Todo el que ponga un pie en este lugar, morirá. — Al escuchar una voz detrás de sí, giró rápidamente para acabar con su oponente.

— ¿Pero qué?... ¿Qué está pasando aquí?... Dafi... ¿¿qué demonios haces aquí??

—Muere.—Con espada en mano, Dafi corrió hacia él.

"Maldición... ¿Qué es esto? ¿Una ilusión?... No, no, no... no puedo arriesgarme a lastimarla".

Esquivando sus ataques con dificultad, Zen trataba de no lastimarla siendo víctima de algunas cortadas en brazos y mejillas.

— ¡Dafi, soy Zen!, he crecido pero... ¿acaso no me reconoces?

— Yo... no ...

— Dafi... ¿de verdad no sabes quién soy?

— En toda mi existencia, jamás conocí a ningún Zen.

"Esto no se trata de que me recuerde o no... definitivamente algo ha pasado, yo sé que Dafi jamás me olvidaría, nunca podríamos olvidarnos del otro... Es ella en sí, su existencia es diferente... sus ojos y su apariencia... Ha pasado mucho tiempo pero recuerdo muy bien sus hermosos ojos y su indumentaria color rosa. Un ojo negro y un ojo rojo... Definitivamente algo anda muy mal aquí... Se supone que debo matarla para ganar el SCAIF pero ni en un millón de años sería capaz de hacerlo".

Mientras Zen pensaba en cómo responder, Dafi oscura manipulaba con sus manos el viento convirtiéndolo en hoces cortantes que atravesaban rocas y árboles en búsqueda de Zen, quien corría ágilmente por el bosque evadiendo sus ataques.

"Es demasiado fuerte... Si tan sólo uno de sus ataques me tocara terminaría muerto al instante. No puedo seguir tratando de razonar con ella... me matará, aún así debo buscar la forma de acercarme".

Cambiando de rumbo corrió hacia ella,  y mientras continuaba evadiendo sus ataques buscaba la forma de confrontarla para hacerle entrar en razón.

— ¿En serio puedes matarme Dafi?, ¿Te atreverías a hacerlo?... si lo vas hacer al menos, ¡mírame! — En medio del reclamo, lágrimas comenzaron a caer del ojo rojo de Dafi. — ¡Lo sabía! Aún sigues ahí. En algún rincón.... ¡Dafi despierta!, ¡Dafi!

— ¿Lágrimas?, ¿qué significa esto? — Luego de limpiarse la cara, Dafi preparó su espada, lista para atacar de nuevo. — No conozco a nadie llamado Zen... ¡ya deja de molestar!

El príncipe se esforzaba en evitar sus ataques, pero la intensidad de la pelea le obligó a desenvainar su espada, él no quería lastimarla, sólo buscaba la forma de defenderse y cuando chocaron sus espadas, una cadena surgió del arma del príncipe amarrando las muñecas de ambos junto a las empuñaduras de sus espadas, dejándolos inmóviles.

Los Herederos del DiamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora