Rapto - Búsqueda del príncipe Karim

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— Rey Elliot, sigo pensando que todo esto es una mala idea... podemos fingir que tomamos un barco equivocado y regresar. — Dijo Oswin, escolta del Rey del fuego.

— Nuestro informante parecía impresionado... más bien preocupado por el poder militar del Territorio Tamashi, por eso, he decidido verlo con mis propios ojos, quiero conocer la fuerza de mi enemigo.

— Mi Rey, ¿al menos sabe de quién se trata?... gracias al dichoso informante hemos podido entrar y salir del Diamante sin ser percibidos pero... ¿y si todo se trata de una trampa? ¿cómo puede confiar tan ciegamente en alguien que no conoce?

— Porque hasta ahora, todo lo que ha dicho es cierto noto en sus escritos la intención clara de acabar con este Reino....  quiero creer que ésta es una oportunidad para que el Reino del Fuego, por fin, ascienda hasta lo más alto.

— ¡Tierra a la vista! — Gritó un marinero.

—  Aún así, esta situación me preocupa Majestad... todavía los espías que enviamos no han regresado, y seguimos sin tener noticias del Duque Alexander, su hermano.

— Alexander sabe cuidarse solo, y además, nuestra visita al Territorio Tamashi sólo es en calidad de observadores... considerémoslo una visita diplomática... sin invitación.

Mientras que el Rey Elliot desembarcaba con sus hombres al Sureste del territorio Tamashi,  Yudoku y sus guardias navegaban por el canal rumbo a su residencia... y Serena, que estaba sentada justo frente al Conde, observaba a los costados del canal a mujeres, hombres y niños prepararse para la guerra.

No había distinción en el entrenamiento. Más de un niño medía sus habilidades contra un adulto, y ellos no parecían moderar su fuerza contra ellos... los entrenaban con rudeza.

"Es una crueldad... pero creo que entrenarlos así es su forma de protegerlos, finalmente, si llegasen a tener un rival... si la fuerza de estos pequeños fuera imperativamente necesaria, sus oponentes no serían niños.  Así funciona la estructura del Reino... La capital Diamante es el árbol que da vida, el territorio Rokko el toro que defiende nuestras fronteras, el territorio  Volga el búho de la sabiduría, y el territorio Tamashi es la espada afilada que protege al Reino con su magia".

Mientras aún miraba, una niña degolló a cinco autómatas de madera con extrema facilidad.

... "Son sólo alegorías  pero... no está nada lejos de la realidad... y por llevar el peso de ser la espada éstas personas sacrifican mucho. Es un sentimiento que puedo entender porque algo similar sucede en el territorio Rokko, aunque no a éste nivel, en éste territorio literalmente todos nacen con una espada y un grimorio en cada mano... están familiarizados con la sangre y el dolor desde muy temprano... no debió ser nada fácil, Yudoku".

Al sentir su mirada de admiración, él le correspondió, y de inmediato ella giro su rostro en dirección al agua tratando de ocultar sus mejillas rosadas.

— ¿Te sientes bien?

— Sí, sólo estaba distraída.

— ... Tú... ¿estabas recordando eso?...

Ella lo miró confundida, y tras encontrar sus ojos una ráfaga de recuerdos sexuales cayeron como una avalancha en su mente.

— ¡Por supuesto que no! — Reclamó titubeante en voz baja mientras se apoyaba de su pierna, gesto que hizo que el Conde se erizara, aumentando sus latidos. Al darse cuenta de lo que causaba, ella removió su mano y recuperó la postura.

Los Herederos del DiamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora