Él, sin verle más sentido a su vida, considera que es buena idea simplemente terminar con ella. Es entonces que abre sus ojos y descubre una nueva razón para seguir respirando.
✧ Un largo viaje de años y años, donde un cuervo eligió su pareja para...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El aroma a sangre era sumamente delicioso para las fosas nasales del Ángel de la Muerte, sobre todo cuando la persona que tenía clavada como una estaca en la cabeza era el que estaba repleto de ella. Lo veía cada vez que terminaba de asesinar a alguien para él y luego se deslizaba lejos de la escena como si nunca hubiera estado ahí. La rata se mueve perfectamente bien entre callejones e incluso alcantarillados para evitar toda la ciudad en la superficie. ¡Qué trabajador!✧
Muy trabajador, pero él repudia estar sucio de la inmundicia de otros, así que, al llegar a casa se arrastra cansado a darse una ducha.
─『Tú no te mojas, tampoco te ensucias. Eso es bueno. Puedo ver el blanco perfectamente impecable todos los días. Mantenlo así.』─
Poco y nadie lo sabía, Fyodor Dostoyevsky no soporta ni una sola mancha, mucho menos en el color blanco. Su lado obsesivo relucía al querer limpiar a toda costa las manchas en el blanco.
Nikolai se encontraba en un rincón, observando a Fyodor mientras se limpiaba las manchas tanto como podía. Tenía los dedos lastimados, quizás por pasar la mayor parte de su tiempo pensando en nuevas formas de regalo.
. . .
Al día siguiente Nikolai se presentó frente a él con el traje blanco bañado en gotas de sangre. La expresión que su Alma puso fue nueva. . . además de un ceño fruncido filoso, iba de la mano un silencio mortal. Lo miró de esa forma durante incómodos segundos.
Él no se moja, por ende no puede limpiarlo, y cambiarlo de ropa no sería suficiente porque sabría que no está limpio en realidad.
