i want you again; a.i {atw II.}

nine.

-No me puedo creer que al fin vayas a conocer a mi madre.

-Estoy un poco nerviosa, ¿y si no les gusto?

-Les vas a encantar, estoy seguro.

-¿Les? Creía que solo venía tu madre.

-También viene su repugnante novio, George.

-Oh.

-Sí... Es un asco de tío.

-Bueno... no te preocupes. No le eches mucha cuenta durante la cena. Si a tu madre le hace feliz... no puedes hacer más que apoyarles.

-No quiero que le haga daño a mi madre... Ella no se lo merece.

Agacho un poco la cabeza y aprieto un poco su mano entre la mía.

-Intenta dejarlo pasar, ¿vale? Quiero decir... hace como un año que no ves a tu madre, intenta disfrutar de la cena.

Se para un momento, sostiene mi cara entre sus manos y, de repente, me besa. Yo apoyo mis manos en su pecho para seguirle el beso y Ashton se separa nada más escuchar unos "awhs" provinientes del exterior.

Me muerdo el labio nerviosa y Ashton me coge de la mano para seguir caminando hacia la tienda.

Voy a comprarme un vestido para ir a conocer a su madre y Ashton insistió en venir conmigo. En vez de ir tienda en tienda como solía hacer cuando iba de compras con Hayley, para no torturar mucho a Ashton pensé en ir directamente a una tienda que tenga seguramente algún vestido que me guste. Así que ahora nos encontramos de camino a mi tienda favorita.

Cuando entramos, hay gente, pero no demasiada. Adoro esta tienda. La música de ambiente es genial, aunque ni la reconozca. La decoración es genial -el suelo es de madera, las paredes están pintadas de blanco pero hay muchos corchos en lo que hay collages de fotos de gente llevando ropa de la tienda-, y la ropa está distribuida de una forma que me sé prácticamente de memoria.

En el centro de la tienda hay dos percheros blancos sencillos repletos de vestidos de diferente color, talla, forma y estilo.

Al final cojo tres vestidos: el primero es de falda de vuelo por un poco más arriba de la rodilla y de tirantas con un estampado de flores, el segundo es liso y azul, y el tercero de medio muslo de color coral, que deja ver parte de la espalda.

-¿Sabes qué? Todos te quedan absolutamente genial -opina Ashton sobre el último vestido, sentado en las sillas de en frente de los probadores-. Pero el tercero es el que más ganas me dan de quitarte, así que te recomiendo que te lleves ese.

-¿Seguro?

-Claro que sí, bebé. Ya sabes que yo no te miento. Si digo que con ese vestido me entran más ganas de lo normal de hacerte el amor aquí mismo, lo digo porque es verdad.

Siento que mis mejillas arden y sonrío un poco.

Evidentemente me llevo el vestido color coral.

-o-

Ya ha llegado la noche de la gran cena. Estamos en el coche a unos quince minutos de llegar al restaurante, planeando nuestra historia para contársela a Danna, la madre de Ashton, y a George.

No vamos a contarle que se obsesionó conmigo cuando tenía quince años y que todas las mañanas se masturbaba pensando en mí cuando salía de casa al colegio.

-Entonces, ¿cómo y cuándo nos conocimos? -me pregunta Ashton, para asegurarse de que me he quedado bien con la historia.

-Fue hace más de cuatro años. Jolie había muerto hacía ya un año y nos conocimos en el supermercado a dos calles de mi casa, cuando tú me ayudaste con las bolsas porque llevaba demasiado peso y me iba a caer. Nos hicimos más o menos amigos ya que tú aún estabas depresivo por lo de Jolie, y al parecer yo te animé un poco. Pero al principio lo nuestro solo era amistad. Luego yo me fui a Londres por la carrera hace como dos años y pico y perdimos contacto. Pero cuando viniste a Londres con tu prima Giselle a buscar trabajo ya que en Manhattan no encontrabas nada, recordaste que estaba aquí, retomamos contacto y nuestra amistad. Unos meses después de eso me pediste salir y yo acepté. Y así hasta hoy.