Capítulo XXIII

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Sexto Mes.

Jennie se removió incómoda en su cama cuando supo que no podía dormir de lado.
Entró en crisis porque no se sentía cómoda en la posición en que dormía ahora obligatoriamente.

Busco con su mano el cuerpo de Lalisa pero no encontró nada.
Hizo un pucherito en sus labios e intentó sentarse por si sola.

No tenia ni dos días en que su vientre había crecido aún más. Sólo que ahora por el espacio su hija se movía más, la muy chistosita.
Le daba risa que estaba tranquila y de repente sentía una patadita que ella reclamaba.

Algo como "Bebé por favor tranquila"
"Mi amor, no patees tan fuerte".

Vio la puerta abrirse para darle paso a su novia con una bandeja en manos.
Sonrió para acomodarse en su lugar y sentarse bien.
Extendió las manos cuando vio que había un plato de kimchi, pero cuando lo iba a tomar otra mano se le adelantó.

──Lo siento Nini, pero este es el tuyo.

Dijo Lisa señalando un plato de sopa de verdura con un poco de pollo.
La sonrisa de Jennie se borró mientras tomaba el plato correcto sin ganas.

Llevaba semanas sin comer como se le diera la gana luego de ir a una consulta y decirle que aunque por el embarazo aumentaba de peso, ella ya había subido aún más de lo normal.
Claro, le recetaron una dieta que la pelinegra le controlaba.

Comió con una expresión decaída mientras observaba a la otra comer lamiéndose hasta los dedos.
Bufó tomando otra cucharada de la sopa que le había preparado Rosé.

──Ya no estés así, si te la acabas te compraré algo dulce.

Mencionó su novia pellizcándole su mejilla derecha mientras Jennie ni se inmutaba.

──De haber sabido que Chaewon me pondría así de gorda hubiera hecho ejercicio desde que me enteré. Al menos sería una embarazada tonificada.

Rió ante su comentario lleno de estupidez.
Entonces recordó que la más alta le debía una salida a una tienda de bebés para comprar algunas cosas para el cuarto de la niña.
Ya tenía deducido el diseño que tendría: De Flamingos.
Una cuna con un pabellón de colores.
El cuarto rosa en totalidad que haría a Rosé pintar.
Mandaría a la maknae line a decorar.
Mientras que Jisoo escogería los últimos detalles.

Un buen trabajo en equipo.

──Me prometiste ir a la tienda de bebés.

Le dijo a su novia haciendo ojitos de cachorrito mojado.
La de cabellos negros apretó los labios tratando de resistirse ante ello.
Pero no pudo al final.

──Bien, te ayudaré a cambiarte.

──¿Qué? No, lo haré sola.

──Vamos, ya te vi desnuda aunque no recuerde bien.

Jennie se sonrojó, sabiendo que tenía razón. Bajó la mirada avergonzada mientras le daba su muda de ropa.

 Bajó la mirada avergonzada mientras le daba su muda de ropa

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──Quiero esta

Señaló una cuna de color rosa con adornos dorados. Un pabellón de colores con brillitos y una lamparita que colgaban de arriba.

La encargada asintió mientras registraba la marca y número de la compra.

──¿Ya casi está todo?

Preguntó Lalisa cansada con unas ocho bolsas pesadas en manos.

──Sólo falta la pintura y listo.

Respondió la castaña dando saltitos.
La pelinegra la miró sonriendo por la actitud tierna que tomaba.
Volteó su mirada dándose cuenta de que había alguien que conocía, por lo que se asustó cuando esa persona miraba a su novia.
Lo pasaría por alto si Jennie no tuviera una pancita enorme.

La persona se acercó sonriéndole mientras hacia una reverencia.

──No esperaba verte en una tienda así

──Nah, no me conoces.

──Es broma, ni siquiera sabia que tenías una novia.

La pelinegra se movía nerviosa mientras miraba de reojo a Jennie, que estaba viendo sobre la pintura.
Pero su súplica de que no voltease no fue escuchada.

──Vaya, no pensé que Kim engordaría así. Espero no le afecte en el baile.

──Hola Jackson.

Saludó Jennie sonriendo, pero se dio cuenta que había un detalle: su embarazo.
Abrió los ojos pero la mirada que este tenía la hizo no moverse a otro lado.

──¿No has hecho ejercicio?

Preguntó el hongkonés.

──No realmente.

──Te recomiendo que entonces lo hagas, adiós chicas, fue un gusto verlas.

Dicho eso se retiró del lugar, permitiendo a la pareja respirar bien.
Jennie tenía en sus manos la cubeta de pintura rosa pastel que le extendió a Lisa para que la cargase.

Le sonrió inocente mientras tomaba las bolsas menos pesadas.
La más alta le mostró una sonrisa sincera y ambas se retiraron del lugar hacia el departamento.

Upps! Bebé en camino | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora