Extra

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4 años después.

Una pequeña niña corría de un lado a otro con su mochila en manos, el cabello enmarañado y la cara sucia mientras su madre trataba de alcanzarla.

—Chaewon, irás a la escuela —habló fuerte su madre, deteniéndose a respirar.

—¡No quiero! —la niña se detuvo un momento, también cansada de correr.

—Debes ir cariño, si no vas sabes que tu mami va a enojarse y ¿sabes qué significa que se moleste?

Se miraron fijamente antes de gritar al mismo tiempo.

—¡No habrá galletas de chocolate! —dijeron al unísono.

Lalisa aprovechó la distracción para levantar a su pequeña en brazos y llevarla a su cuarto ignorando los chillidos que soltaba por ser atrapada.

Así era la vida para ellas ahora, desde la llegada de Chaewon que cambió por completo sus vidas, era muy feliz con ello. Habían pasado ya cuatro años desde entonces, donde ambas cuidaban a la pequeña con su vida. Las cosas se habían puesto complicadas después de haber anunciado el compromiso de Lalisa y Jennie, ya que muchas fans se oponían a la idea de verlas juntas y por supuesto, atacaron sin razón a la bebé en redes sociales de forma cruel.

La empresa mencionó en un comunicado que ambas integrantes dejarían el grupo de forma temporal durante los días de su boda para evitar más problemas y se les haría llegar demandas legales a las personas que amenazaban la seguridad de la bebé. Chaewon había tenido que soportar agresiones en aeropuertos donde Jennie la protegía entre sus brazos para evitar que fuera arrebatada por alguien, siendo mucho peor cuando la castaña sufría de ataques de pánico por la situación. Y bueno, poco después se cansaron de huir de las personas que aún no aceptaban la vida que querían llevar, por lo que firmaron su salida oficial de la agrupación.

Actualmente vivían en una residencia en Seúl, finalmente con la privacidad de una pareja felizmente casada y una pequeña traviesa.

Todo iba bien.

—Mamá, rompiste el cepillo—la niña se ríe al ver el cepillo enterrado en la maraña de cabello.—Mami va a enojarse, ya van cinco mamá.

Lalisa palidece al pensar en ello, iba a morir, tan joven, pobre Chaewon, tendrá que despedirse. Ya le habían advertido, un cepillo roto más y dormía con el perro.

—No le digas nada a mami—ordenó mientras buscaba cómo sacarle el pedazo del cepillo del cabello.

—No diré nada, pero no quiero ir a la escuela —condicionó la pequeña.

La pelinegra negó ante ello, sabía que Chaewon era una pequeña parte de la maknae line junta y había aprendido muy bien que delatar a su madre le traía ciertos beneficios. La última vez Lisa tuvo que ver cómo Jennie besaba y apapachaba a la niña que le sonreía burlona.

Era una niña muy lista y a veces pensaba que darla en adopción era una buena opción.

Tomó del tocador una botella de aceite para cabello para esparcir casi toda la botella en el lado donde el cepillo seguía atorado y luego intentó sacarlo. Pero logró solamente enredarlo más.

Entró en pánico.

La niña tarareaba una canción mientras su madre corría de un lado a otro buscando su teléfono para marcarle a alguien rápido.

—Habla con Park Hermosa Roseanne, ¿quién es la plebeya fiel que me contacta?

Unnie, ¿Cómo sacas un cepillo del cabello de alguien?

Ah, eres tú. Bueno, a veces funciona el acondicionador.

Qué alivio, gracias unnie.

—Lis, solo no le hagas nada al cabello de la niña. ¡le tengo envidia a esos rizos!

Lalisa colgó para ir en busca del acondicionador de su esposa en el cuarto de baño y luego regresar para tratar de quitar el cepillo de la niña que se quejaba con cada tirón en su cabello. Suspiró frustrada, no había nada más que hacer.

—Chaewon, ¿Te gustaría un nuevo corte de cabello?

—¡Mamá estilista!

—¡¿Qué le pasó a mi hija?! —la voz de Jennie las hizo sobresaltarse

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—¡¿Qué le pasó a mi hija?! —la voz de Jennie las hizo sobresaltarse.—Mi nena, ¿quién le hizo este corte tan feo?

La castaña había ido en busca de un trabajo mientras dejaba a su hija a cargo de su esposa. Confiaba plenamente en ella, pero no pudo evitar llevarse casi un infarto al ver a su princesa con un mechón de cabello en sus manos y un corte mal hecho.

¡Una ambulancia, un médico, un psicólogo!

—Mami, ¿no te gustó? —la niña puchereó.

—No, no, te ves muy bonita princesa. Eres como un pollito, ¿te gustan los pollitos, verdad?

La niña sonrió en grande, lanzándose a los brazos de Jennie, quien la abrazó con cariño. Con cuidado cargó a la niña para dejar sus cosas en el comedor y buscar a su esposa.

—¿Dónde está mamá, Chaewon? —preguntó mientras tomaba una cajita de jugo para dársela a la niña.

—Mamá es estilista, y se quedó limpiando su nuevo negocio—respondió inocente.

Jennie volvió a mirar el corte de cabello de su hija y caminó rápidamente hacia el cuarto de ella, donde Lisa limpiaba apresurada los cabellos en el piso.

La castaña sonrió levemente.

Lalisa temió por su vida.

—Kuma, ¿cómo logras dormir aquí? Es tan pequeño—se quejó Lalisa

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—Kuma, ¿cómo logras dormir aquí? Es tan pequeño—se quejó Lalisa.

El perro ladró en respuesta, moviéndose de un lado a otro con una alegría de tener que dormir con su dueña.

Por quinta vez en el mes.

Lalisa se acomodó en el colchón para intentar escribir letras para el grupo en lo que el sueño la vencía. Puede que haya dejado la agrupación, y nombrado a Jisoo como la nueva líder por petición de Jennie que hablaba de que sería genial ver cómo ponía a todas a trabajar en un sólo chasquido de dedos, pero continuaba escribiendo para ellas algunas que otras canciones. Jennie a veces ponía de su parte, pero Lalisa era quien se dedicaba más a la composición mientras su esposa atendía a la niña.

Pensó en la vida que llevaban, no podía quejarse de nada. Amaba tanto a su familia.

Una lamida en su rostro la hizo levantarse y mirar al perro que había traído su pelota para jugar.

—También te amo a ti—sonrió.

Upps! Bebé en camino | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora