Lágrimas corrían por sus mejillas ¿Qué había pasado? Esa pregunta rondaba en los pensamientos de Lima al ver como el chico del cual se enamoró ahora se encontraba en la misma cama con nada más ni nada menos que Arequipa, riéndose, dandose besos y mimos.
Cerró la puerta con cuidado para no ser escuchado, se alejó lentamente y estando lo suficientemente lejos, corrió, corrió en medio de la tormenta de nieve, dirigiéndose a su habitación y metiéndose entre las sábanas descargando su dolor.
No lo entendía ¿Porqué? ¿Porqué Washington le hacía esto? Si todo parecía estar bien entre ellos... claro, fue un tonto, era más que obvio que estaba jugando con él, era más que obvio que esta mierda fue planeada por ellos dos, solo fue un maldito plan en el que cayo como todo un estúpido, fue un maldito muñeco todo este tiempo.
Quería retroceder el tiempo para arreglar todo, quería nunca haberse confesado y nunca haber entregado su cuerpo de esa manera, se arañó y rasco su piel con asco al recordar como las manos de Washington recorrieron su cuerpo, le dieron ganas de vomitar al recordar cada uno de los momentos íntimos que llegaron a tener, por otra parte se sentía aliviado de no haber llegado a más con él y el haber echo aquellas galletas que ahora se encontraban tiradas en el piso, iba a entregárselas, se había levantado a las diez de la mañana y al ver la tormenta decidió hacer algunas y quizás tomar un té juntos, puso su esfuerzo colocándole pequeños detalles a cada una de ellas, galletas en forma de muñequitos de nieve, el esfuerzo fue tirado pero el haberlas echo e ido a entregarselas a su habitación, hizo que abriera los ojos, y estaba agradecido por ello.
Pero otra parte suya, hubiese querido seguir con aquella mentira y no haberse enterado de esa manera.
SEAN BIENVENIDOS A LA OTRA CARA DE LA MONEDA
— Lima, hasta que porfin despiertas, dormiste más que los demás, pero mira nada más esas ojeras – acarició despeinado los mechones de su hijo, dando un beso en la frente de este –
— Supongo que estaba muy cansado – río al sentir los labios de su padre en su frente – ¡Papá! No, ya no soy un niño
— Para mí seguirás siendo mi niño – siguió molestando, haciendo cosquillas al limeño quien echo a reír aún quejándose –
— Ya para JAJAJAJA p-papá!
— Bien bien, has de estar hambriento, ya pasó la hora del almuerzo y esta anocheciendo
— Hay un restaurante aquí, según yo sé, iré a comer ahí, no te preocupes por eso
— Tienes razón, pero no iras solo, todos estamos aquí por tu cumpleaños, y él cumpleañero no puede estar solo
— Oh vamos papá, mi cumpleaños fue ayer, no tienes que acom-
— ¡Washington! – llamó amable, y vio como este venía acercándose –
— ¿En qué puedo ayudarlo señor Perú? – habló dando una mirada al limeño con una sonrisa burlona –
— Quiero que porfavor le muestres el camino a mi hijo hacia el restaurante, lo haría yo, pero ahora mismo tengo algo que hacer, si no es de mucha molestia
— Lo haré con gusto, será un PLACER acompañar al cumpleañero
— Excelente, cuento contigo – se alejó mirando a su hijo con los pulgares arriba y una sonrisa de un "aprovéchalo" –
Lima por su parte estaba agitando las palmas de un costado a otro intentando impedir que su padre se valla, pero para su mala suerte no lo logró, suspiro pesadamente levantando la mirada hacia Washington y achino sus ojos en señal de molestia, se volteó cruzando sus brazos y se encaminó rumbo al restaurante
— ¿Nisiquiera un "Buenos Días Washington"? – habló con cierta molestia, molestia que creció al ver que fue ignorado por completo – Te estoy hablando, si es por lo de la mañana en la bañera, te pido disculpas ¿Okey?
— ¡Ottawa!
Lima corrio hacía el Canadiense quien lo alzó abrazándolo y dando vueltas con el limeño en brazos, planto un beso en los labios del más pequeño, pero no fue correspondido de inmediato lo cuál lo dejo algo confundido, sin embargo decidió ignorar esto cuando el beso se volvió más apasionado, hasta que sintió un toque en su hombro derecho y ahí estaba...
— ¿Interrumpo algo? – estaba furioso, Lima no podía estar haciendo esto en frente suyo –
— Si, si que lo haces, hace tiempo que no veía a Ottawa y vienes a arruinar nuestro momento Washington D. C.
Ottawa solo sonrío con superioridad ante aquello
— ¿Perdón? – dijo indignado ante lo dicho por Lima –
— Lo que oíste primo – dijo Ottawa sacando una caja de su bolso – Me fui un tiempo por trabajo y no pude contactarme con Lima y con nadie, lo habrás notado, además nisiquiera pude estar presente ayer, espero no me hayas olvidado bombón – planto un beso en los labios del limeño –
— Sabes que jamás lo haría
— Me alegra oír eso, y tu regalo...
Entrego una caja rectangular que en su interior contenía una daga bañada en oro hasta el mango con detalles inspiradas en la cultura incaica tal como la figura del Dios sol tallada en oro y pequeños rubíes rojos incrustados alrededor.
Ottawa sabía perfectamente que Lima era muy unido a su cultura y que siempre tuvo una gran conexión con esta a pesar de no haber vivido en el imperio incaico como su padre lo hizo, pero para Ottawa eso siempre fue un misterio hermoso, Lima tenía los mismos ojos de su padre y según tenía entendido su abuela Tahuantinsuyo también tenía los ojos dorados, si veías de cerca y con atención podrías notar como incluso los ojos del limeño tenían pequeñas figuras que simbolizaban el imperio Inca
Un toque le llegó al corazón, al abrir aquella caja, le conmovió tanto que el Canadiense recordara aquel detalle que muy pocos notaban de él, su amor hacia su historia y cultura, y eso era una de las tantas virtudes que le gustaba de Ottawa, él era muy atento en cada mínimo detalle, solo tenías que mencionarlo una vez y nunca lo olvidaba, además de ser alguien muy amable, y simpático con todo mundo, y era algo que siempre apreciaría de él, fue uno de los pocos cityhumans que lo trató bien a pesar de tener los vendajes, nunca lo juzgó al contrario siempre lo escucho y opoyo, jamás se avergonzó de andar o hablar con el en público incluso antes de conocerlo sin las vendas
— Es muy hermoso – acarició observando cada detalle de la daga, lágrimas se asomaban en sus ojos amenazando con salir - gracias Ottawa, muchas gracias – dijo limpiándose las pequeñas lágrimas – Es el regalo más hermoso y especial que me han dado en toda mi vida, lo cuidare con mi alma –abrazo al Canadiense quien correspondió enseguida –
Sabía que la daga era muy cara pero ya conocía al Canadiense, no dejaría que se lo devuelva por más cosas que haga, además su hermano Tacna lo reprenderia con un " Es de muy mala educación no aceptar un regalo" no quería volver a vivir esa última experiencia, tres horas en una charla sobre modales con su hermano no era para nada bonito
Lima miró al lado y pudo ver como Washington lo fulminaba con la mirada, tenía el ceño fruncido, cerraba sus puños conteniendo el enojo, parecía que en cualquier momento explotaría, iría a hablar con el al respecto e intentar aclarar las cosas no solo con Washington si no también con los siete, París, Ottawa, Manila, Riád, Magás, Londres y New York , si no fuese por lo que presenció esa mañana y pensar que eso iba a hacer, pensar que quería dar el siguiente paso comenzando a salir con DC, pensar que estaba dispuesto a dejar todo, pensar en eso le revolvió el estómago, quitó la mirada mordiéndose el labio inferior para después escuchar los pasos del albino alejarse
CONTINUARA...
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Se que la historia dio un giro repentino, pero esto se irá eclarando a lo largo de los episodios, la historia tendrá un final bueno es lo que diré, sin embargo habrán muchos problemas y obstáculos para ello, eso sí a partir de ahora se verán escenas +18 de Lima y sus amantes por así decirlo
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▀▄▀▄▀▄ 🎀 𝒥𝓊𝑒𝑔💗𝓈 𝒹𝑒 𝒮𝑒𝒹𝓊𝒸𝒸𝒾ó𝓃 🎀 ▄▀▄▀▄▀ ᴡᴀꜱʜɪɴɢᴛᴏɴ x ʟɪᴍᴀ
CasualeLima un cityhuman que es conocido por ocultar su rostro y manos con vendajes, de quien no podrás ver rastro alguno de piel o cabello. Washington apuesto, adinerado, arrogante , orgulloso. Dos polos opuestos ¿verdad? Estados Unidos y Perú iban a casa...