Cigarettes et cerises

17

Jaehyun despertó abruptamente en su habitación, desconcertado por las heridas en sus brazos. Trató de comprender lo sucedido, pero en ese momento, su lobo interior emergió con una urgencia palpable.

"Nos llama", anunció el lobo interno con un tono lleno de preocupación.

"¿Quién nos llama?" preguntó Jaehyun, confundido por la inquietante situación.

"¡Nuestro omega nos llama! Quiere a mis cachorros", respondió el lobo.

"¿De qué estás hablando, perro estúpido?"

"Pero mi omega necesita ser anudado ahora, y no puedo negarle eso. Tenemos que ir a buscarlo", insistió el lobo.

"Ni lo intentes", desafió Jaehyun.

Después de una intensa discusión interna, el lobo finalmente tomó el control absoluto del cuerpo humano de Jaehyun. Sin vacilar, comenzó a intentar liberarse del encierro. Sus golpes contra la puerta alertaron a los padres de Jaehyun.

-¡¿Qué está pasando ahí?! - exclamó Chanyeol al escuchar los gruñidos tras la puerta - Jaehyun, cálmate o entraré yo mismo.

-¡Omega! ¡Omega! -rugió Jaehyun entre gruñidos, destrozando todo a su alcance.

-Lo mejor es darle las pastillas de una vez -dijo Baekhyun, preocupado por los sonidos que provenían de la habitación de su hijo.

-Intentaré hacerlo, cielo -respondió Chanyeol, tomando un frasco de pastillas y refugiándose con Baekhyun en su habitación.

Una vez Chanyeol se aseguró de que su pareja estuviera resguardada, usó una llave para abrir la puerta de la habitación de su hijo.

-¿Qué te sucede? -preguntó Chanyeol enojado, pero al observar a su hijo, entendió la situación -Hey, escúchame.

-Papá, ayúdame -susurró Jaehyun, cayendo de rodillas y derramando lágrimas.

-¡Jaehyun! -gritó Chanyeol, desesperado al intentar sostener a su hijo.

-Él me está controlando, mi lobo está tomando mi cuerpo -sollozó Jaehyun evidentemente agitado

-Tranquilo, papá está aquí -dijo Chanyeol, abrazando a su hijo y ofreciéndole pastillas alfa calmantes.

Jaehyun, con un gesto violento, destrozó las pastillas frente a su padre, quien lo miraba desconcertado.

El joven alfa se abalanzó sobre su padre, lanzándolo hacia una esquina, y descendió precipitadamente para buscar a su omega. Aunque su parte humana no recordaba la dirección, su lobo guiaba el camino, orientándose por los chillidos desesperados de su omega.