Cigarettes et cerises

𝑼𝒏 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐 𝒊𝒏𝒊𝒄𝒊𝒐

- Así que aquí viviremos - Jaehyun admiraba el espacioso lugar que le fue brindado por los Lee como regalo de boda por adelantado por la futura unión de las dos familias - Sí que tus papás se lucieron con este regalo

Taeyong asintió en silencio mientras tenía la mirada en un punto fijo, su mente pensaba miles de cosas. Aquellos pensamientos que muchas veces lo atormentaban durante las frías madrugadas.

Los ojos del más bajito se llenaron de líquido cristalino, mientras las primeras gotas resbalaban por sus blanquecinas mejillas recordando que a partir de ahora esa iba a ser su vida y todos sus anhelos que incluían a Eunwoo fueron a parar a un basurero.

A pesar del acuerdo al que había llegado con su exnovio, no podía evitar sentirse mal.

- ¿Taeyong? ¿Qué ocurre? - preguntó Jaehyun al notar el estado de ánimo que tenía su ahora prometido

- No es nada, creo que son las hormonas del embarazo y-

Su frase no pudo ser concretada pues el más alto, tiró suavemente de su brazo y lo atrajo a su cuerpo para abrazarlo fuertemente, mientras liberaba feromonas para calmar al omega.

- Perdóname si te estoy dañando con esto - susurró lo suficientemente audible para el contrario - Si aquella decisión estaría en mis manos, haría todo por mantenerte feliz a pesar de las circunstancias

Taeyong lloró aún más fuerte por sentir a su corazón latir tan fuerte como aquella vez que vio por primera vez a Eunwoo.

Culpó a su lobo de lo que le estaba sucediendo y decidió dejar pasar eso. Él creía firmemente que su corazón solo pertenecía a un alfa y ese era Eunwoo.

- E-Es que apenas nos conocemos y no sé si podré acostumbrarme a esto, estoy asustado

- No empezamos precisamente como se debe, por ello estaba pensando mucho en la idea de un cortejo, debo de ganarme tu corazón para que esto funcione para nosotros y para nuestro bebé

El corazón y su pulso aumentaron de sobremanera, en ese momento deseaba tanto que Eunwoo le dijese eso. Sin embargo, su realidad era distinta y no tenía las palabras adecuadas para decirle a su prometido que no quería ser cortejado porque alguien ya ocupaba su corazón.

"Si mil veces, mi alfa" chilló su omega moviendo la colita y corriendo alegremente ante la propuesta del alfa, quién lo miraba con cierto brillo en sus ojos.

"No, claro que no" dijo Taeyong un poco molesto por la reacción de su parte animal

"Dile que sí, humano tonto"

- ¿Y bien?

- Déjame pensarlo ¿si? - forzó una sonrisa lo suficientemente buena como para convencer a Jaehyun de sus palabras

- Antes de hacer otra cosa, quiero darte esto - Sacó una pequeña caja negra y la abrió dejando a la vista un precioso collar plateado. En ese momento, Taeyong quedó sin palabras ante el objeto que le era mostrado en ese momento - Este no es un simple collar, hay una razón en especial para elegirlo - el corazón de Taeyong se emocionó nuevamente por aquella muestra de cariño que ni siquiera el propio Eunwoo había hecho en tantos años. A decir verdad, ni sus padres se molestaban tanto en hacerle regalos, con una tarjeta llena de dinero bastaba para ellos - Como puedes ver tiene forma acorazonada, y con ello quiero que sepas que es como si te estuviese entregándote mi corazón. Si aceptas ser cortejado por mí, quiero que lo uses como un símbolo que me asegura que vas a cuidar bien de esa parte de mi

Cerró el objeto y se lo entregó a Taeyong, aún con una sonrisa en el rostro, debido a la sensación de libertad pues por fin tuvo el valor para abrirse con el omega que le robaba el aliento desde hace un tiempo.

Por otro lado, Taeyong se encontraba extrañamente conmovido por las sinceras palabras del contrario. Por lo que, decidió aceptar esa caja y guardarla con cuidado en uno de sus bolsillos.

Sin otra palabra, el más bajo comenzó a caminar nuevamente, tratando de distraer su mente en los grandes detalles que había en la gran mansión elegida por sus padres.

Se sentía extraño y los sentimientos de su lobo lo confundían aún más, aún no entendía qué quería decir con "es él".

Quería descifrar aquello, por lo que terminaba preguntándole a su lobo, pero su única respuesta era "debes de darte cuenta tú solo".