Capítulo 12

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Mapa del merodeador

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--¿Dónde está la señora gorda? – Pregunté al aire, esperando una respuesta de cualquiera hasta que vi llegar a Dumbledore

-- ¿Qué está pasando aquí? Muévanse – Gritó Filch. Aunque muchos no lo notaran, nuestro director se puso muy nervioso al ver aquellas garras plasmadas ahí

– Señor Filch dígales a los fantasmas que busquen en cada cuadro del castillo a la señora gorda – Dijo firmemente el director

-- No es necesario, la señora gorda está ahí – Dijo con su gata en mano mientras señalaba el cuadro de un gran hipopótamo

-- Yo lo vi, es él, del que todos hablan -- La escuchamos hablar, se notaba el miedo que tenía y sus ganas de llorar – Él está aquí, Sirius Black está en el castillo -- Miré rápidamente a Harry, él ya me miraba; nuestras caras se mostraban preocupadas por aquella confesión

-- Todos al gran comedor – Dijo después de mandar a Filch a asegurar el castillo, todos obedecimos y fuimos rápidamente al punto asignado.

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Todos estaban muy asombrados y aterrados, esa noche nos hicieron dormir a todos en el gran comedor, fue una noche muy incómoda, pero por gracia no se volvería a repetir, había escuchado que Sirius no estaba en el castillo, eso me aliviaba, al menos Harry estaría bien por el momento. Ya en sala común me puse a hablar un poco con Cho

-- ¿Y bien? ¿Cuándo se lo darás? – Pregunté, no se había atrevido y todavía tenia la caja con una pequeña nota encima de su cajón

-- No es tan sencillo, tomaría el consejo que me diste anteriormente, pero quiero dárselo yo misma – Al menos eso ya era un avance, decidir que ella misma se lo iba a entregar – Pero no he encontrado el momento perfecto

-- ¡Oh, tenga una gran idea! – me miró expectante – Mañana Hufflepuff juega contra Gryffindor ¿Y sí vamos? – Ninguna de las dos era de ir a los partidos, pero si era la única oportunidad para que mi amiga se atreviera a darle el regalo, iría sin ningún problema

-- Eso sería perfecto, que gran idea – se puso demasiado feliz mientras cogía la cajita con sus manos y la apretaba a su pecho, algo que me pareció muy tierno.

El día anterior había quedado con Harry para hablar, como hace rato no nos encontrábamos teníamos todo tipo de conversaciones de las cuales ponernos al día, así que rápidamente me dirigí al gran comedor y cuando por fin logré encontrarlo con mi mirada no me alegré mucho, estaba él que era importante pero se encontraba con los gemelos, que tragedia; esta vez no podía irme o simplemente sentarme en otro lugar cuando claramente iba por Harry y menos cuando este ya se había percatado que yo estaba presente, así que subió su mano y se hizo notar, algo en lo que ya me había percatado hace rato, con pasos lentos e inseguros me acerqué, saludé a todos los presentes, no quería ser grosera; George contestó pero Fred ni me volteó a ver.

-- Hace rato no te veía *_* -- Habló George – Deberíamos de salir algún día

-- Lo mismo digo de ti George, hace rato que no te veía – Hablé con seguridad, sabía que el pelirojo intentaba coquetear conmigo -- Para ti, cualquier día estoy disponible – Le seguí el juego, Fred me miraba con furia mientras golpeaba a su hermano

-- *_* aún sigo aquí sabes – Miré a Harry, hicimos una leve pausa para luego empezarnos a reír

-- Oh es cierto, aquí estás – Noté como los dos gemelos se paraban y después de despedirse se marcharon no sin antes George voltear y dedicarme un pequeño guiño con la mirada enojada de Fred encima de él – te quería decir algo – Volteé a donde se encontraba Harry – Espero te vaya bien en el partido de mañana – Me sonrió amablemente mientras me agradecía

-- ¿Me harías un favor? – Su cara era como de súplica, asentí esperando su pregunta – Lleva a Cho al partido de mañana, Ginny ya consiguió el libro, pero no sabe cómo y cuándo entregárselo – Estaba intentando no reírme, sí que había conseguido el libro rápido

-- ¿Cómo lo consiguió? – Fue lo primero que salió de mi boca

-- Ayer le conté y justo en ese momento le mandó una lechuza a su madre, esta mañana recibió la lechuza de respuesta con una nota y el libro – Que lindo es el amor – Por favor, le prometí que Cho iría – Si que le prometía cosas a esa niña

-- Sí, está bien – Se alegró demasiado, tanto que casi se me tira encima con el abrazo que me regaló – Solo estoy ayudando, no es para tanto

-- Te tengo que mostrar algo – Luego de separarse de mí, miró alrededor para asegurarse que nadie lo escuchara – Vamos a afuera del castillo – Que misterioso, pero tampoco lo iba a cuestionar así que lo seguí hasta la parte exterior del castillo y cuando estábamos lo suficiente lejos volvió a hablar

-- Mira esto – Vi como sacaba un papel sin encanto de su bolsillo

-- ¿Y eso qué se supone qué es? – Me había traído hasta afuera para esto, que ridiculez

--Te sorprenderá lo qué es – Respiré, estaba a punto de decirle que volviéramos adentro hasta que este volvió a hablar -- Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas -- Observé cómo en el papel se me empezaban a notar algunas figuras y letras -- Este mapa muestra en dónde se encuentra cada persona del colegio, también todos sus pasadizos secretos -- Agarré el mapa con sumo interés, se veían los pasos y arriba de ellos el nombre del dueño de estos -- Es increíble ¿No?

-- ¿Cómo lo conseguiste? Es un mapa fascinante -- Pregunté curiosa

-- Los gemelos, estaba en el cuarto de Filch, ahí donde se encuentran todos los artículos que él decomisa -- Tan traviesos cómo siempre pensé

-- Y mira -- Puso su varita de nuevo sobre el mapa -- Travesura realizada -- Todo se fue, quedó igual que al principio, vacío.

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