Capítulo 13

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Chocolate

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-- Oye ¿Y qué harás con él? - Pregunté curiosa, los gemelos no se lo darían sin razón alguna

-- Con esto podré ir a Hogsmeade, mi tío no quiso firmar el permiso y hoy iremos - Era cierto, sus tíos se acercaban un poco a como eran mis padres conmigo

-- Te meterás en problemas Harry - Aseguré, si lo llegaban a ver en Hogsmeade lo castigarían

-- Recuerda que tengo mi capa, nadie me verá - Buen punto

--Está bien, espero que nadie te vea - Me miró y asintió con la mirada - Nos vemos mañana en el partido Harry - Me despedí mientras dirigía mis pasos adentro del castillo.

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Llegué al salón de mi profesor, aunque fuese fin de semana tenía que cumplir con mi castigo, pero no había de que quejarme, muy feliz me iba hacía allá, además que tenía que aprovechar estas ultimas semanas. Entré y lo vi parado al lado de la mesa cogiendo unos libros y llevándolos a un cajón al lado de la puerta

-- ¿Lo ayudo profesor? - Me hizo una señal de que no necesitaba ayuda - Está bien - Dije

-- Ve y siéntate - Obedecí, me senté en su silla como anteriormente lo hacía, en poco tiempo pasó todos los libros que había y se acercó a mí - Ten - Sacó de su bolsillo una pequeña caja rosada y me la entregó, aunque todavía no sabía que era solo ver la caja me emocionaba demasiado - No es la gran cosa, pero ábrelo - Lo miré feliz y después de un rato admirando la caja la abrí, eran unos aretes en forma de sol

-- Por Merlín, son hermosas - Noté su pequeña sonrisa después de mis palabras, dejé la caja a un lado y me paré para darle un abrazo - Están muy lindas profesor, muchas gracias - Dije mientras mantenía el abrazo y él me apretaba más contra sí mismo

-- Déjame ponértelas - Sonreí mientras me quitaba los aritos que yo tenía en ese momento y me los echaba al bolsillo, él con mucha delicadeza agarró los aretes y me los puso uno a uno; rápidamente me dirigí hacía un espejo y me miré, se veían hermosos - Se te ven bien - Añadió mientras se acercaba a mí y visualizaba mejor los aretes

-- Profesor, ¿Mañana irá a ver el partido? - Su mirada hacía que me sonrojara, así que intente cambiar de tema mientras me dirigía de nuevo hacia la silla me sentaba en ella

-- No lo sé, de pronto - Se paró frente a mí -- ¿Tú irás? - Preguntó

-- Sí, acompañaré a una amiga - Dije mientras me paraba cerca de él-- cuando termine el partido vendré a mi castigo - Me escuchaba atento - Faltan pocos días para que se acabe - afirmé

-- Sí, ya falta poco para que te libres de mí - Dijo mientras jugaba con mi pelo y lo ponía detrás de mi oreja

-- Yo lo quiero seguir viendo, no me quiero librar de usted - Soltó una pequeña risa para luego hablar

-- Es inevitable, además todavía me verás, yo te doy clase o no lo recuerdas - Era obvio que lo sabía

-- Lo sé, pero no es lo mismo - En las clases no me podía acercar mucho a él ni hablar confiadamente como lo hago cuando estamos solos - Es diferente, no lo podré abrazar, besar o tocar cada vez que yo quiera

-- Pues aprovecha mientras todavía estás castigada - Abrió los brazos, sabía lo que significaba y sin esperar mucho me tiré encima de él en un abrazo - Me puedes visitar en mis tiempos libres, no tan seguido obvio

-- Eso sería perfecto y tendría como excusa que le estoy pidiendo consejos de estudio - Mi mente no dejaba de planear como serian mis encuentros con él después de que mi castigo se acabase - Sabe algo profesor, usted huele como a chocolate - Mi cara se hundía en su pecho, su olor me gustaba mucho

-- Sí, me gusta el chocolate supongo que es por eso que huelo así - Me separé un momento de él y busqué algo en mis bolsillos, recordaba que tenia un poco de chocolate guardado -- ¿Qué haces? - Preguntó curioso mientras veía como sacaba una bolsita alargada

-- Este chocolate es muy bueno - Abrí el empaque y lo regué por mis labios, vi como se tapó la cara para poder reírse - Pruébelo - Me miró agarrando mi cara mientras se acercaba a mí y lamía el chocolate que chorreaba por mi mentón, cuando terminó ahí siguió con mis labios, puso los de él contra los míos y empezó a succionar en forma de beso, me mareaba el hecho de que se sintiera tan bien, muy poco le importó cuando ya no había más chocolate que quitar o lamer, me siguió besando; sus manos ya no estaban en mi cara, se habían pasado a mi espalda baja, casi tocando mis glúteos, mis manos se centraban en su pecho sin movimiento alguno, pero cuando pasó un rato más las metí por debajo de su camisa, pude sentir algunas de sus cicatrices, pasé mi mano por ellas, pero cuando iba a tocar otra, él detuvo mis manos y las sacó de ahí

-- Esa es reciente, todavía duele un poco - Cuando iba a hablar para disculparme, él me interrumpió - Es un chocolate bastante bueno, tenías razón

-- Mire se puede quedar con el resto - Le ofrecí lo que quedaba

-- Es bastante bueno, pero cuando está en ti...

-- Es bastante bueno, pero cuando está en ti

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Aquí los aretes

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