Capítulo 2

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Profesor

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Me paré frente al armario como me lo había indicado el profesor, solo que había un pequeño detalle, ¿Qué debo hacer? Estaba muy nerviosa llegué tarde y claramente toda la explicación me la había saltado

-- Está bien, sé que fuiste la última en entrar – susurró en mi oído generando un escalofrío en todo mi cuerpo -- Saca tu varita y cuando salga el boggart y se manifieste con tu mayor miedo grita riddikulus. Tienes que pensar en algo que lo haga ver cómo la palabra que estás pronunciando. -- no pensé que se iba a tomar el tiempo de explicarme, después de todo había sido una impuntual en la primera clase con él -- Está bien, inténtalo

Me asusté bastante cuando el armario se empezó a mover y mucho más cuando vi lo que reflejaba este al salir. Estaban mis padres con mi hermano menor, y yo sentada en una esquina viéndolo todo, todo lo que quería que me pasará a mí se lo daban a mi hermano ¿Ese era mi miedo? Lo que tengo que vivir siempre que voy a casa, que lamentable. Miré al profesor, no quería estar más ahí, era muy vergonzoso, todos se burlarían de mí después de la clase; estaba segura. Y como si no le hubiese suplicado con la mirada, el profesor se puso frente a mí y dijo la palabra, riddikulus, luego de que apareciera el miedo de él, la luna, ¿Cómo? ¿Por qué le tendría miedo a la luna? Tampoco quería quedarme a averiguarlo, fui al lado de Cho con la cabeza abajo y ella palmeó mi espalda regalándome una pequeña sonrisa comprensiva. Cuando ya se había acabado la clase estaba un poco cabizbaja, Cho se fue rápido ya que todavía faltaba una hora más, cuando me dirigí a la salida, escuché la voz del profesor

-- *_* quédate un momento -- volteé y observé cómo me hacía señas para que llegara a dónde él estaba y así fue -- ¿Te sientes mejor? -- solo me centré en mirarlo, mientras asentía lentamente -- Eres más mayor que los de tu año – dijo haciéndome sobresaltar un poco; no pensé que se me notara tanto

-- S-sí, cuando me llegó la carta mis padres no estaban muy contentos. Después de dos años pude convencerlos que me dejarán venir -- aparté mi mirada y la enfoqué en algunos de sus libros que estaban en la mesa donde él se apoyaba -- ¿Me quería preguntar algo más? -- lo miré devuelta esperando una respuesta

-- No, está bien. Ya te puedes ir. – Dijo finalmente. Agradecí por haberse preocupado y salí.

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Estaba sola pasando por los pasillos, no me gustaba recordar mis problemas familiares por eso agradecía estar aquí, despejarme y solo estar divirtiéndome con mis amigos, nada más, no quería nada más.

-- *_* nos volvemos a encontrar – Una voz bastante fácil de reconocer habló detrás mío

-- Oh, hola Fred, ¿Qué tal? – Estaba nerviosa pero no tanto como las veces anteriores, no tenía muy buen ánimo así que respondí lo mas simple y tranquilamente que pude

-- Muy bien, linda ¿Quieres ir al patio a hablar un rato? – Me sonrojé un poco, ahora estaba segura que antes no me lo había imaginado y si me había dicho de esa manera 

-- Claro, m-me encantaría – Sonreí bobamente mientras me dejaba guiar de él -- ¿Cómo estuvieron tus clases hoy? – No quería mantenerme en silencio, notaba que se iba haciendo un poco incómodo

-- Bien, un poco aburridas ¿Qué tal las tuyas? – Me miró con una sonrisa esperando respuesta, ya habíamos llegado al patio y estábamos mirando dónde sentarnos, asombrada de que no hubiese nadie. Las escalas al lado del muro de entrada estaban bastante bien; nos sentamos y ahí fue que por fin le contesté

-- Igual, un poco aburridas – Reí mientras lo miraba

-- *_* te quería decir algo, sé que yo te gusto, pero entre tú y yo no puede pasar nada – Merlín creo que me desmayaré aquí mismo, mi corazón estaba muy dolido y sentía un vacío horrible – No soy bueno en las relaciones, yo soy mas de divertirme con mi hermano y hacer todo tipo de bromas; una relación me parece algo muy comprometedor – Él tenía razón, si estar con alguien significa privarte de las cosas que más te gustan hacer, entonces es mejor dejar las cosas así – lo siento...

-- Tienes razón Fred, no te preocupes te entiendo definitivamente – Estaba un poco mal, pero no había nada mas que hacer, todo era mejor así  

-- Gracias, pero no he terminado -- ¿Todavía faltaba más? que pena – Es cierto que no estoy interesado en ninguna relación, pero sabes tengo mis necesidades como hombre -- ¿Eh? Acaso... -- ¿Entiendes no? – Claro que entendía, no soy estúpida. Estaba tardando un poco en responder, no sabía que decirle, siendo sincera las mujeres también tienen sus necesidades y yo con 16 casi 17 sabía eso perfectamente y si no era para mí al menos iba a tener el privilegio de probar un poco, ¿Por qué no? – Si no quieres está bien, no quiero faltarte al respeto si eso piensas

-- No, tranquilo. Me parece una buena idea, pienso que sin compromiso todo será más fácil – Vi cómo me sonreía y me extendía la mano como si estuviéramos haciendo un trato legal, me reí y le estreché la mano

-- Perfecto, ven siéntate aquí – Casi me ahogo con mi propia saliva cuando me dijo eso y con su mano palmeaba lentamente su regazo – Está bien, solo ven – Sin queja alguna fui y me senté encima de él

-- Que obediente – Mencionó mientras su mano jugaba con mi falda – Sabes, por ahí dicen que no te gusta usar sostén – lo miré asombrada, era cierto, pero a nadie le había dicho algo así. El sostén me generaba algún tipo de alergia y no me gustaba usarlo -- Aunque eso lo dicen porque uno que otro estudiante a visto que algunas de tus camisas se transparentan un poco

-- Puedes mirar por ti mismo y averiguar si los rumores son ciertos – Su mirada lasciva al recibir ese tipo de respuesta me dejó un poco agitada y segura para dar mi segundo paso.

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