Capítulo 29: ¡Dolor!

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¡Enamorarse! Sólo era una palabra, una que Shoto jamás pensó que diría en relación a él mismo. Claro que a veces pensaba en el tema, en cómo sería enamorarse de verdad. Lo había intentado varias veces pero... sus relaciones nunca funcionaban. Bakugo solía decirle que necesitaba enamorarse de alguien con su misma profesión, alguien que pudiera entenderle pero...

Miró a Inasa tras el muro de hielo que había levantado. ¿Se había enamorado? Y de haberlo hecho... ¿era la persona incorrecta de nuevo? ¡Traicionado! Así se sentía. Ese dolor en su pecho era mucho más intenso que las heridas de bala que sufría su cuerpo. Bajó sus defensas con ese chico y había terminado en el hospital, ahora... ya no sabía qué pensar de todo aquello pero su cuerpo reaccionaba involuntariamente para defenderle de cualquier persona o acto que le resultaba sospechosamente peligroso, y eso incluía a Inasa y sus compañeros.

¡Dolor! Fue lo único que Inasa vio en los ojos de Shoto. Al otro lado del muro de hielo, ambos se observaban en silencio. ¡Ya no se fiaba de él! Y, por una parte, Inasa entendía ese sentimiento. Él también sentía que de una u otra forma le había fallado. Durante las últimas semanas fue su compañero y aunque su relación empezó de la peor de las formas, en esas semanas donde trabajaron juntos, había llegado a sentir un aprecio y cariño especial por él. Shoto era un chico inocente, quizá poco sociable pero ahora entendía que no era su culpa serlo, era introvertido porque no sabía ser de otra forma. Había entrenado toda su vida, nunca se había relacionado con otras personas, sólo era un niño que no había disfrutado de una infancia saludable.

Sin siquiera darse cuenta, pasó de querer vengarse de él a amarle. Sus sonrisas... escasas pero hermosas, su fuerza de voluntad por convertirse en un héroe en el que todo el mundo pudiera confiar, esa confianza desbordante suya y su amabilidad fueron unas de las pocas cualidades que le hicieron caer en su encanto natural. Se había enamorado y ahora, no sabía cómo iba a recuperar la confianza que había perdido. Esa complicidad que en un momento llegaron a tener se había esfumado por completo.

Absorto por unos segundos, Bakugo, que todavía estaba al lado de su compañero, le observó. Dubitativo, con una mirada triste, algo tembloroso y prácticamente sin fuerzas, se había quedado mirando el otro lado del transparente hielo como si aquello fuera un muro insalvable entre él y el que había sido su compañero las últimas semanas.

Enfadado, Bakugo se mordió ligeramente el labio inferior. Aquella situación era mala para todos y por más que le gustase, no podía contar con su compañero al cien por cien. Necesitaba que se repusiera pero... incluso aunque se hubiera repuesto emocionalmente, sus heridas aún estaban presentes, lo que indicaba claramente que no estaba en condiciones de pelear.

— Sal de aquí – comentó Bakugo finalmente hacia su compañero. Shoto, por un instante, dudó.

Por primera vez desde que el equipo de Inasa llegó a la escena, Shoto desvió la mirada para observar a Bakugo. Parecía sereno y, a la vez, enfadado, tanto como para cometer locuras y, por eso mismo, Shoto no quería irse de allí, aunque sabía que tenía que hacerlo si no quería ser un estorbo. Chasqueó los labios en señal de frustración. Él había decidido ser un héroe, ayudar siempre y ahora, se sentía terriblemente impotente teniendo que ser protegido en lugar de ser de ayuda.

Con una mirada algo más suave, Bakugo trató de calmar a su compañero haciéndole ver que todo estaría bajo control pero debía retirarse. Sabía lo difícil que era para Shoto recular en esos momentos donde sus amigos estaban en peligro, así que tenía que aflojar su tono de voz con él.

— Venga, yo me encargo. Sal de aquí.

Shoto miró hacia Izuku frente a él. Estaba a una distancia demasiado grande como para poder llegar a él, pero al menos, Endeavor estaba a su lado cubriéndole del villano que seguía observando la escena con una sonrisa egocéntrica en su rostro.

Destiny (Bakugo-Deku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora